Este miércoles el mundo vio una imagen inesperada de Estados Unidos, el país que se jacta de ser la «primera democracia del mundo»
«Atacar el capitolio, destruir el senado norteamericano, poner en peligro la seguridad. Esto no es una protesta, es una insurrección», indicó el recién electo presidente de EE.UU., Joe Biden, al opinar acerca de la irrupción de los partidarios de Donald Trump en el Capitolio durante la reunión del Congreso para contar los votos electorales. Este miércoles el mundo vio una imagen inesperada de Estados Unidos, el país que se jacta de ser la «primera democracia del mundo».
Cuando el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, abrió la sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes en Washington D.C., los manifestantes que se encontraban afuera irrumpieron en los alrededores de la sede legislativa, presionando contra la Policía que sostenía la cerca perimetral. Posteriormente, los participantes de la protestas lograron ingresar al edificio en medio de enfrentamientos con los agentes, informó Russia Today.
Imágenes subidas a las redes sociales muestran a los manifestantes saqueando la instalación y a grupos de personas corriendo por los pasillos. Los breves videos destacan la utilización de gases lacrimógenos, golpes físicos, empujones y uso marcado de la fuerza corporal para limpiar la edificación y sus alrededores. Se reportó que una mujer falleció tras ser alcanzada por un disparo de la Policía.
Ante los violentos enfrentamientos, Biden se dirigió al país en televisión nacional y aseveró: «En este momento nuestra democracia está bajo un asalto sin precedentes, diferente a todo lo que hemos visto en los tiempos modernos».
La alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, emitió una comunicación oficial para decretar un toque de queda especial para la capital de EE.UU., en un intento de apaciguar las posturas violentas de los simpatizantes de Trump, quien podría enfrentar cargos judiciales por convocar a estas acciones sediciosas.
En este sentido, Mike Pence, a través de su cuenta en Twitter, aclaró que «la protesta pacífica es un derecho de todos los estadounidenses, pero este ataque a nuestro Capitolio no será tolerado y los involucrados serán procesados con todo el peso de la ley».
Hasta que se interrumpió el conteo de votos electorales, los demócratas tenían el control del Senado, después de que Jon Ossoff ganó una segunda vuelta en el estado de Georgia, al igual que su colega de partido Raphael Warnock, y validó los votos en 50 a 50.