Sao Paulo, sábado 14 de septiembre. El Cónsul General de Cuba en Sao Paulo, Pedro Monzón, inauguró el curso de Historia de América Latina organizado por el Partido Comunista Brasileño con una disertación sobre el tema “América Latina: Una Historia de Lucha Común”, que fue aplaudido por el auditorio. En el curso, que se apoyó en enfoques marxistas de la historia, intervinieron profesores con los temas de Ecuador, Venezuela, Uruguay y Bolivia.
En su intervención el diplomático abordó los siguientes tópicos:
• La necesidad de emprender el estudio de la historia de América Latina teniendo en cuenta la voracidad de EE.UU. Su crecimiento estuvo acompañado con la deglución de territorios aledaños y lejanos.
Aunque EE.UU. mantiene el predominio económico y militar, la desesperación por la pérdida sintomática de terreno, ante la instalación de un mundo multipolar, ha venido provocando acciones extremas de su política exterior. El arribo de Trump al poder es el colmo de tal fenómeno.
• Garantías del éxito de la política hacia América Latina han sido promover la desunión entre los países de la región y establecer alianzas con las oligarquías y los gobiernos que las representan. Esto explica, en buena parte, el retroceso de los últimos años en América Latina.
• Aunque, a veces, la memoria histórica no se cultiva, no es posible concluir que cada etapa de un proceso histórico cualquiera esta desconectada de las precedentes, que no hay acumulación de acontecimientos, experiencias y sentimientos. A pesar de la continua incidencia imperial en su contra, ya se están observando los resultados positivos con México, Argentina y estamos seguros que en Bolivia y otros países del área. No han podido con Nicaragua, ni Venezuela donde han puesto en práctica todas las formas posibles de agresión brutal.
• A Cuba están tratando de asfixiarla con el reforzamiento extremo del bloqueo y la aplicación plena de la criminal e ilegal ley Helms Burton. Hemos resistido 60 años y estamos dispuestos a resistir otro 60, 100 o más años. Cuba continuara siendo una referencia de independencia y justicia social
• La fórmula más eficaz de resistencia, concluyó, es: no permitir que se apodere de nosotros el pesimismo y la ingenuidad; mantener la unidad a toda costa, sin intenciones de protagonismos que dividan; trabajar porque el mejoramiento económico de las clases más desventajadas este acompañada por la formación de la conciencia y cultura políticas de los pueblos y, por último, luchar sin descanso, sin miedo, siempre a la ofensiva, seguros de la victoria. Eso es lo que aprendimos con la conducción de nuestro líder Fidel Castro.
