Intervención del Embajador, Excmo. Sr. Carlos Miguel Pereira Hernández, en el simposio académico “Cuba en los nuevos tiempos”.
Universidad de Kanagaw.
Estimados profesores, académicos, invitados a este primer simposio académico Cuba-Japón:
Colegas todos:
Ante todo, quisiera comenzar mis palabras agradeciendo a la prestigiosa Universidad de Kanagawa y a todo el equipo de profesores y académicos, quienes con encomiable entusiasmo y rigor han organizado este Seminario “Cuba en los nuevos tiempos”, primero de su tipo en los últimos años, que apreciamos como una excelente oportunidad para reforzar los vínculos académicos entre los dos países, en el ámbito de las ciencias sociales, como importante herramienta para compartir y acercar visiones sobre diversos temas de interés común.
Quisiera dar nuevamente la bienvenida a los ponentes cubanos que asisten a este evento, todos ellos altamente reconocidos y de gran autoridad en cada una de los temas que se abordaran aquí, y cuyos conocimientos y vivencias contribuirán a enriquecer los resultados de este encuentro.
Aprovecho para saludar también a los distinguidos expertos japoneses, algunos de los cuales ya conozco y a quienes agradezco de antemano por sus positivas contribuciones a la difusión de una imagen objetiva de nuestra realidad cubana. A todos les anticipo que se trata sólo de un primer paso, que nos ocuparemos de sistematizar en el futuro.
Dado lo limitado del tiempo y la necesidad de hacer un uso eficiente del mismo, he pedido a mis colegas circular una versión más amplia de estas palabras, en la que se incluyen datos y comentarios de actualidad, que pudieran resultar útiles para comprender la dinámica actual de Cuba y de su política exterior, incluyendo la evolución del proceso bilateral con Estados Unidos. Tómenlo como un modesto aporte nuestro al debate enriquecedor que estoy convencido resultará de este intercambio.
Queridos amigos:
No resulta posible hablar del presente y el futuro de Cuba, sin una mirada a su historia más reciente, y en particular, al contexto adverso y cambiante en el que la Revolución cubana ha tenido que desarrollarse y llevar adelante su programa de transformaciones, en el que ha prevalecido siempre su profundo apego al pleno ejercicio de la soberanía e independencia nacional.
Con el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, se inició en Cuba un proceso de radical transformación socioeconómica que incluyó entre otras importantes acciones la reforma agraria, la nacionalización de importantes medios de producción, la campaña de alfabetización, la universalización del acceso a la educación y la salud, y muchas otras medidas, que reforzaron la pretensión histórica de EEUU de continuar extendiendo su dominio sobre la isla y, en consecuencia, la determinación de los cubanos a ser libres e independientes, no importa el costo a pagar por ello.
La idea de una nación cubana verdaderamente independiente y soberana a sólo 90 millas de sus costas ha sido siempre inaceptable para EEUU, lo que explica su recurrencia a una política de permanente hostilidad, que ha probado en el caso de Cuba todas las opciones posibles: desde disímiles agresiones con grandes costos humanos y materiales, las conocidas acciones terroristas y actividades subversivas, hasta el sistemático y genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra la Isla, desde hace más de medio siglo, que ha impedido a la isla acceder a importantes fuentes de financiamiento y a los principales mercados de equipamiento, tecnología, servicios y productos indispensables para el desarrollo y el bienestar de nuestro pueblo, con el objetivo de intentar asfixiar a la economía cubana y socavar las bases populares del apoyo a la Revolución, tal y como las propias fuentes estadounidenses han reconocido.
En los años más recientes, Cuba ha tenido que enfrentar enormes desafíos para evitar que las circunstancias externas, ajenas a sus propios esfuerzos, terminen por hacerle retroceder en el camino de crear condiciones sólidas para avanzar hacia el desarrollo sostenible. El gobierno cubano ha mantenido siempre una posición firme, pero a la vez constructiva y paciente. Ninguna acción cubana ha estado dirigida a afectar intereses legítimos estadounidenses. Ha sido ésta, por tanto, una relación asimétrica en la que sólo cabe la resistencia firme y la política disuasiva.
En un período relativamente corto, Cuba ha tenido que adaptarse a nuevas y abruptas condiciones políticas y económicas tanto internas como externas, para superar importantes rupturas y reajustes en su desarrollo socio económico. En los años 60, perdió sus principales mercados tras la implantación de la política de bloqueo de EEUU. 30 años después, con la desaparición del campo socialista y de la URSS, volvió a perder el 80 % de sus mercados y vio caer su PIB en un 35 %.
Desde el año 2009, el gobierno cubano ha propiciado un proceso de cambios profundos dirigidos a actualizar el modelo económico y social vigente en el país, con el objetivo de edificar, con la más amplia participación popular, la sociedad socialista anhelada y posible de construir en las condiciones actuales y futuras de Cuba, es decir, el modelo económico que regirá la vida de la nación en beneficio de nuestros compatriotas, asegurar su sostenibilidad e irreversibilidad, garantía única de nuestra verdadera independencia.
Como resultado de las políticas aplicadas por el gobierno cubano, el país ha logrado expandir las relaciones comerciales con otras naciones, ampliar gradualmente el trabajo por cuenta propia y otras formas de gestión no estatal, restablecer la confianza gradual y la credibilidad del país frente a sus acreedores y socios comerciales, generando a su vez nuevas posibilidades de comercio y financiamiento externo.
En el último período, ha crecido la exportación de servicios, sobre todo en lo referido al turismo, que registró un 13 % de incremento del número de visitantes, con una cifra record de más de 4 millones de turistas e ingresos superiores a los tres mil millones de dólares en el 2016, todo lo cual ratifica a este sector como el de mejor desempeño y de mayor impacto positivo. El pasado año 2016 y el primer semestre del presente año estuvieron marcados por la afluencia de nuevos visitantes, principalmente de EEUU y Europa, resultado además de la apertura de nuevas rutas aéreas. Japón ratificó también esa tendencia con una cifra record de turistas que superó los 22 mil 800, para un 170 % de incremento.
La estructura del empleo en el país sufrió importantes modificaciones, reduciéndose su componente estatal al 71,2 % e incrementándose al 28,8 % el no estatal, lo que permitió mantener la tasa de desempleo en torno al 3 %. También aumentó la productividad global del trabajo con un 3% como promedio anual, y el salario medio, si bien este último continúa siendo insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de las familias cubanas.
Aun en un contexto de redimensionamiento de sectores sociales protegidos como el de la salud y la educación, reconocidos internacionalmente como sellos distintivos del proceso cubano, se ha logrado preservar que el 51 % de los gastos del presupuesto del estado se dediquen al apoyo y desempeño de ambos sectores. Ello explica que en Cuba no haya habido ni habrá paquetes de ajuste económico ni terapias de choque al estilo neoliberal.
En 2016, la isla logró avanzar en su desarrollo y alcanzar trascendentales conquistas políticas, sociales, culturales, científico-técnicas y económicas. Resaltan indicadores como el de la mortalidad infantil que registró la cifra más baja de su historia, con 4,1 por cada mil nacidos vivos, y una esperanza de vida de más de 78,45 años, que sitúa a Cuba entre las 25 naciones más aventajadas del mundo. De acuerdo con la UNESCO, solo Cuba alcanzó en América Latina y el Caribe los objetivos globales de la Educación para Todos en el periodo 2000-2015. La FAO, por su parte, la reconoce además como uno de los pocos países en la región latinoamericana y caribeña, que ha erradicado completamente el hambre. Los objetivos de desarrollo del Milenio, igualmente fueron acometidos por Cuba, varios de ellos antes del año 2000.
Más de 50 000 médicos laborando en el país, uno de los mejores a nivel mundial en cantidad de galenos por habitantes. Más de 50 mil colaboradores cubanos de la salud en 67 países. Por mucho, Cuba es el país de toda la región con menos hechos de violencia en infantes y una de las naciones con más bajo índice de uso de drogas y psicofármacos.
Sin embargo, en materia económica no ha sido posible avanzar al ritmo que se requiere, y en las últimas décadas, sobre todo a raíz de la disolución del campo socialista y del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU, se han agudizado los problemas económicos propios de nuestra condición de país subdesarrollado.
En los últimos dos años, Cuba ha venido enfrentando dificultades con sus ingresos en divisas y con el suministro de combustible, derivados de los problemas enfrentados por la economía venezolana, que constituye su principal socio comercial externo. Sin embargo, las medidas oportunas adoptadas, entre ellas la adquisición de combustible en otros países y la batalla por una mayor eficiencia energética interna, permitió compensar en parte el déficit de suministro venezolano. A ello se une el azote de los huracanes Matthew e Irma, este último el más fuerte de los últimos 70 años, que causaron enormes destrozos y serios daños en la vivienda y en la infraestructura vial, eléctrica, de comunicaciones y hotelera, así como graves afectaciones en la producción agrícola, entre otras negativas consecuencias.
Persisten también desafíos importantes como la dualidad monetaria y cambiaria que distorsiona el funcionamiento de la economía cubana, la carencia de vínculos con instituciones financieras que aseguren el acceso estable y ordenado del país a los financiamientos, así como la necesidad de ir transformando gradualmente el proceso de distribución de la riqueza en el país, sin abandonar la vocación social del proceso cubano.
Delineadas las bases para el desarrollo económico y social del país hasta el año 2030, incluyendo sus sectores y ejes estratégicos, para materializar la meta de construir una sociedad próspera y sostenible en nuestro país, el país requiere lograr tasas de crecimiento superiores, entre un 5 y 7 %, que permitan generar desarrollo, además de garantizar el incremento de las exportaciones y su cobro oportuno, de la producción nacional para reducir las importaciones, lograr mayores volúmenes de financiamiento externo para incrementar las inversiones en materia de infraestructuras, que hoy apenas representan el 4 % del PIB y están financiadas a corto plazo.
La meta de crecimiento anunciada para este año (2 %), parece difícil de materializar, si se toma en cuenta que se parte de un decrecimiento del 0,9 % del año anterior, y la existencia de un entorno internacional desfavorable, no sólo vinculado a las características del crecimiento de la economía mundial sino también a la incertidumbre que genera la Administración Trump hacia el mundo y en especial, hacia nuestro país. A ello se añade la actual situación financiera, en especial los pagos a proveedores y el cumplimiento estricto de los compromisos financieros contraídos, así como el huracán Irma, cuyas secuelas de destrucción obligan a reorientar de manera abrupta e inmediata recursos hacia la reconstrucción del país, los cuales en su conjunto nuevas tensiones en el ámbito económico y comercial.
En esta difícil coyuntura, el gobierno cubano ha reiterado la necesidad de seguir explorando medidas y políticas nuevas como parte del proceso de actualización de su modelo económico, incluyendo la dinamización de la inversión extranjera en el país, para lo cual ya se cuenta con una política actualizada y un marco jurídico favorable y flexible que permita incrementar gradualmente la contribución de este estratégico sector al desarrollo económico y social del país. Hasta la fecha, según informó el Ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, durante la inauguración de FIHAV 2017, se han firmado proyectos por un valor de 2 mil millones de dólares, con perspectivas reales de que dicha cifra continúe incrementándose para fines de este año, lo que refleja una cosecha superior a la de periodos precedentes.
La creación de la ZED Mariel, que ha entrado ya en una etapa decisiva de su materialización como proyecto estratégico, deberá aportar cada vez más en su objetivo de generar exportaciones y promover la sustitución de importaciones, atraer la inversión extranjera, promover la trasferencia de tecnología y know-how, generar nuevas fuentes de empleo y lograr financiamientos a largo plazo, que propicien la sostenibilidad ambiental, el desarrollo de la infraestructura y la creación de un sistema logístico altamente eficiente. En este empeño, la participación de empresas japonesas adquiere una importancia sin precedentes.
Estimados amigos:
El último período ha sido escenario también de progresos sustanciales en el entorno internacional de la isla, resultado de los avances conseguidos con EEUU tras la reanudación de las relaciones diplomáticas a mediados del 2015, y también la firma del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación con la Unión Europea que marca el restablecimiento de la normalidad en las relaciones de nuestro país con esa región del mundo. Ello debe traducirse a su vez en un fortalecimiento del comercio y de la cooperación en materia de desarrollo, y nuevas oportunidades para las empresas e inversores europeos.
En lo que a EEUU respecta, los progresos alcanzados con la Administración Obama, permitieron establecer nuevos canales y mecanismos para iniciar o profundizar la cooperación en áreas claves, así como adoptar medidas que Cuba apreció como positivas, pero a la vez muy limitadas en el propósito de modificar la política estadounidense hacia nuestro país, que mantuvo al bloqueo como una de sus herramientas fundamentales.
Sin embargo, el reciente anuncio por parte de los Departamentos de Estado, Tesoro y Comercio de EEUU, de nuevas disposiciones y regulaciones para implementar las medidas de recrudecimiento del bloqueo a Cuba, anunciadas por el Presidente Trump en su discurso del 16 de junio en Miami, e incorporadas en la directiva titulada “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba”, que establece la política de su gobierno hacia nuestro país, confirma el serio retroceso que ha tenido lugar en las relaciones bilaterales, como resultado de su empeño por revertir los pasos dados por su predecesor.
Las nuevas regulaciones en vigor desde el pasado 9 de noviembre, están contenidas en tres documentos:
- Una arbitraria lista del Departamento de Estado sobre “Entidades Cubanas Restringidas”, en las que se incluyen a un total de 179 entidades cubanas, con las cuales, en lo adelante, quedan prohibidas las transacciones financieras directas de entidades y ciudadanos estadounidenses, y a las que se aplicará una política de denegación de licencias de exportación de reexportación de bienes y servicios de EE.UU. Se incluyen entre ellas desde los ministerios de las Fuerzas Armadas y del Interior, la PNR, TGF, hasta empresas, sociedades anónimas, la ZED Mariel, las Terminales de Contenedores de Mariel y La Habana, decenas de hoteles en toda Cuba, agencias de viajes, tiendas y llega al colmo de incluir a marcas comerciales de refrescos (como Tropicola y Cachito) y de rones, y hasta a un servicio de fotografía como PhotoService.
- Nuevas regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, sobre las transacciones financieras y los viajes a Cuba, que prohíben transacciones financieras directas con las entidades cubanas listadas, los viajes de los ciudadanos estadounidenses a título individual bajo la categoría de intercambios “pueblo a pueblo”, que en lo adelante deberán viajar con el patrocinio de una organización estadounidense y acompañados por un representante de esa organización. Imponen condiciones a los viajes educacionales, y establecen requisitos específicos para la categoría de viajes en “apoyo al pueblo cubano”, que denotan claramente la intención política de dicha medida. Se amplía además la lista de funcionarios del Gobierno y el Estado, los representantes de los órganos judiciales, las organizaciones de masas y la prensa con los que está prohibido realizar transacciones.
- Regulaciones del Buró de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento del Comercio, sobre la política de licencias de exportaciones y reexportaciones a Cuba, que deniegan por oficio eventuales solicitudes de licencias de exportación y reexportación de bienes a las entidades listadas por el Departamento de Estado y expanden las categorías de productos que pueden exportarse al sector no estatal, siempre que estos no se utilicen para generar ingresos o contribuyan al funcionamiento del Estado cubano.
Como puede apreciarse, las nuevas medidas implican un recrudecimiento del bloqueo y de la prohibición de viajar a Cuba de los estadounidenses, algunas no ocultan su trasfondo subversivo -como la que alienta a los viajeros a realizar actividades de ese corte- para justificar la legalidad de sus visitas a Cuba. Su aplicación práctica no sólo dañará a la economía cubana, incluyendo sus sectores estatal y no estatal, sino también a los ciudadanos estadounidenses, cuyo derecho a viajar a Cuba, único país en el mundo que no pueden visitar libremente, se verá más más restringido aún. Afectarán también a sus empresarios, que perderán interesantes oportunidades de negocios existentes hoy en Cuba, frente a sus competencias.
Así lo han reconocido y continúan reconociéndolo innumerables voces dentro y fuera de EEUU, que de manera creciente expresan su rotundo rechazo a las medidas anunciadas, así como su apoyo mayoritario al levantamiento del bloqueo y a la normalización de relaciones con Cuba, entre los que se incluyen numerosos miembros del Congreso norteamericano, muchos de ellos republicanos; del sector empresarial, de las organizaciones diversas de la sociedad civil norteamericana, de la emigración cubana, la prensa, las redes sociales, y la opinión pública en general.
En su escalada anticubana, el presidente Trump pretende retomar esa retórica anticuado y hostil, propia de la Guerra Fría, y sus gastadas alegaciones sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en Cuba para justificar el fortalecimiento del bloqueo contra la isla, tema en el que EEUU carece de la más mínima autoridad moral para cuestionar a un país pequeño y solidario como Cuba, de amplia y reconocida trayectoria internacional.
Se aferra a un programa que alienta el odio y la división, pregona un peligroso excepcionalismo y supremacismo, disfrazado de patriotismo, que provocará cada vez más violencia, ignorando a su vez la voluntad de más de dos tercios de los estadounidenses y también de los cubanos residentes en ese país que apoyan el fin del bloqueo.
Pese a ello, Cuba no dejará de reiterar su voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con EEUU, y avanzar hacia la mejoría de los vínculos, la construcción de una convivencia civilizada en beneficio de ambos países y pueblos, dentro del respeto a sus diferencias y sobre la base de la igualdad, la reciprocidad, el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, sin que deba esperarse que Cuba realice concesiones o renuncie a ninguno de sus principios.
Estimados amigos:
El pasado año fue también un año histórico y trascendental para las relaciones entre Cuba y Japón. Se lograron avances en las negociaciones para la firma del acuerdo de la deuda a mediano y largo plazos, tras los compromisos alcanzados en el marco del Club de París que concluyó con la firma del acuerdo bilateral en septiembre del 2016. Las visitas a Japón del Primer Vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel en junio, y del Premier Abe a Cuba en septiembre, permitieron fortalecer los vínculos a nivel político y estatal, así como crear las bases políticas para una nueva etapa en lo bilateral de mayor ampliación y profundización de los vínculos.
En el año que concluye los intercambios entre los dos países se han profundizado, alcanzando un alto grado de madurez, lo que ha permitido a su vez identificar nuevas potencialidades para su ampliación y consolidación en los más diversos terrenos, incluyendo el económico-comercial, reflejo también de sus méritos propios y del importante consenso alcanzando a todos los niveles, lo que deberá revertirse en nuevas oportunidades para continuar desarrollando la relaciones a nuevos niveles.
Cuba ha venido cumpliendo con total rigor y disciplina sus compromisos de pago y continuará haciéndolo en correspondencia con los acuerdos vigentes. La coyuntura es muy propicia para que el sector empresarial y de negocios nipón pueda asumir una creciente participación en los planes de desarrollo de la economía cubana. Para ello se ha puesto a disposición del sector público y privado japonés una cartera de oportunidades y proyectos para la inversión extranjera en sectores priorizados.
Crece el interés de las empresas niponas en el mercado cubano favorecido por la ampliación de la apertura cubana a los negocios y a la inversión extranjera. Son 14 ya las empresas japonesas que cuentan con sus Oficinas de Representación en Cuba, incluidas 6 de las 7 grandes casas comerciales japonesas conocidas como sogo sochas. Se registró también una participación record de empresas japonesas en FIHAV 2017, donde Japón estuvo presente por primera vez con un pabellón propio y el más grande de su historia con más de 800 m² de espacio expositivo.
También se hizo realidad la ampliación del acceso de Cuba a nuevas modalidades de cooperación económica a través de las agencias de cooperación del gobierno japonés. Se trabaja en la apertura de una Oficina de JICA en Cuba, la cual facilitará la aplicación de nuevas modalidades de cooperación en sectores de prioridad para el gobierno cubano.
A finales del pasado año, se celebró en Tokio, de manera conjunta y exitosa, el II Comité Conjunto sector público – sector privado y la XIV Reunión de las Conferencias Económicas de Cuba y Japón, ocasión en la que visitó Japón el Ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, la primera de su tipo en más de 30 años. La importancia de ambos mecanismos y su contribución al desarrollo de los vínculos bilaterales cobra una vigencia aún mayor en la etapa actual, en favor de la ampliación y consolidación de los intercambios económicos bilaterales.
En febrero se realizó en La Habana la I Conferencia de Infraestructura de Alta Calidad, auspiciada por el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo, y los ministerios cubanos homólogos, lo que permitió materializar uno de los acuerdos de la visita a Cuba del PM Abe. La próxima apertura de la Oficina de JICA en Cuba y la conclusión de la negociación de los acuerdos de donación (AD) y agentes (AA) con la JICA y JICS, permitirán ampliar la cooperación económica bilateral a nuevas modalidades, así como el acceso gradual a nuevas y más favorables condiciones de financiamiento en apoyo al desarrollo económico cubano.
Cuba ha venido cumpliendo con total rigor y disciplina sus compromisos de pago y continuará haciéndolo en correspondencia con los acuerdos vigentes. La coyuntura, por tanto, es muy propicia para que el sector empresarial y de negocios nipón pueda asumir una creciente participación en los planes de desarrollo de la economía cubana. Para ello se ha puesto a disposición del sector público y privado japonés una cartera de oportunidades y proyectos para la inversión extranjera en sectores priorizados.
A nivel político, la visita a Cuba del entonces Ministro de Estado de Relaciones Exteriores, Sr. Kentaro Sonoura, en ocasión de la Reunión Ministerial de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), en marzo de este año, ocasión en la que Japón devino observador y socio de cooperación importante de ese organismo integracionista regional, y las más reciente a Japón, del Viceministro Primero de la cancillería cubana, Marcelino Medina González, en septiembre, para presidir la XIV Reunión de Diálogo Político Intercancillería, constituyen pasos trascendentales que dan continuidad al diálogo político de alto nivel entre los dos países.
La tarea por delante es ardua, se trata de aprovechar al máximo posible la actual coyuntura y perspectivas favorables de nuestras relaciones bilaterales para lograr que estas continúen ampliándose y consolidándose, en beneficio de nuestros pueblos y países, hasta alcanzar su mejor nivel histórico.
La celebración el próximo año del 120 aniversario de la llegada del primer migrante japonés a Cuba y en el 2019 del 90 aniversario del establecimiento de nuestras relaciones diplomáticas, nos permitirán continuar reforzando los intercambios y explotar las potencialidades que ofrece la cooperación entre los dos países. El apoyo y contribución de todos, incluyendo la ampliación y dinamización de los intercambios en el terreno académico, seguirá siendo clave para el logro de esa anhelada meta.
El apoyo y contribución de todos ustedes, así como la ampliación y dinamización de los vínculos en el terreno académico, seguirá siendo clave para el logro de esa anhelada meta. Agradezco de nuevo esta feliz iniciativa y el interés de todos ustedes en conocer y debatir sobre Cuba.
Muchas gracias.