2 de mayo de 2023
Queridos presidente Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; y primer ministro Manuel Marrero,
Estimados compañeros de la Presidencia,
Compañeras y compañeros:
En noviembre de 1992, en un momento muy parecido al de hoy, en el que la hostilidad del Imperio contra Cuba se acrecentaba con la aprobación de la criminal Ley Torricelli, que endureció el bloqueo a niveles sin precedentes para esa época, el Líder Histórico de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, precisamente en el acto de abanderamiento del Contingente de obreros agrícolas “Primero de Mayo” que laboraría en la zafra azucarera de ese año, expresó:
“(…) la solidaridad con Cuba crece y es evidente en muchos campos, y no podemos defraudar jamás las esperanzas que han puesto en nosotros tantos millones de personas en el mundo. Nuestra responsabilidad es muy grande no sólo con nuestro propio pueblo, sino con todos los pueblos del mundo (…)”.
Por eso nos satisface y agradecemos compartir esta jornada con ustedes: compañeras y compañeros de países europeos, asiáticos y africanos que nos han acompañado siempre; hermanos latinoamericanos y caribeños, con quienes compartimos la Patria grande, los sueños y las esperanzas; y los representantes del pueblo digno y trabajador de los Estados Unidos de América, que también nos honran con su presencia.
Ustedes, que saben bien lo que es luchar por la justicia, son testigos de la resistencia heroica de nuestro pueblo frente al despiadado bloqueo impuesto por sucesivos gobiernos de Estados Unidos durante más de 60 años, recrudecido brutalmente durante el gobierno del presidente Trump con la aplicación de más de 240 nuevas medidas que el actual presidente de ese país mantiene intactas.
El bloqueo, como lo demuestra la difícil cotidianidad del cubano, es el principal obstáculo al desarrollo económico y social de Cuba. Las pérdidas acumuladas durante las más de seis décadas en las que se ha aplicado esta criminal política, ascienden a más de 154 mil millones de dólares a precios corrientes, o más de un billón de dólares si se toma en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro.
Embacuba Dinamarca