Estimados Embajadores,
Distinguidos representantes,
Vivimos una coyuntura desafiante y compleja, marcada por el impacto demoledor de una pandemia que ha profundizado las inequidades estructurales y catalizado una crisis global multidimensional.
Se acrecientan las amenazas a la paz y la seguridad internacionales; aumentan los conflictos; se imponen injustas e ilegales sanciones y medidas coercitivas unilaterales contra países en desarrollo; se compromete la supervivencia de la especie humana con irracionales patrones de producción y consumo; crece de manera exponencial una carrera armamentista en la que se dilapidan los recursos que deberían destinarse al desarrollo sostenible y a alcanzar la deseada inmunización global contra la pandemia.
El multilateralismo enfrenta enormes retos. En ese contexto, el papel de las Naciones Unidas, la cooperación internacional y la solución pacífica de controversias, resultan cada vez más relevantes.
Cuba, al asumir la presidencia de la Conferencia de Desarme, llama a todos sus miembros a renovar su compromiso con este foro.
Es alentador que se haya adoptado una decisión para reactivar el trabajo de este órgano, componente clave de la maquinaria de desarme de las Naciones Unidas. Se impone ahora cumplir con su mandato negociador, velar por su vitalidad y preservar sus procedimientos y prácticas.
Estamos convencidos de que la Conferencia tiene la capacidad de negociar, de forma simultánea, un instrumento jurídicamente vinculante que prohíba la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre; otro que brinde garantías de seguridad para los Estados que, como Cuba, no son poseedores de armas nucleares; y un tercero, que prohíba la producción de material fisionable para la fabricación de armas nucleares u otros dispositivos de igual naturaleza.
Distinguidos colegas:
Expresamos profunda preocupación y alarma ante el peligro latente de una conflagración nuclear, de la que ninguna nación escapará a sus devastadores efectos.
La eliminación total de las armas nucleares, de forma transparente, verificable e irreversible es y debe continuar siendo la máxima prioridad en la esfera del desarme y de esta Conferencia. Es la única garantía contra el uso o amenaza de uso de esas armas.
Continuaremos promoviendo la universalización del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, materialización del pensamiento humanista del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz.
Cuba se enorgullece de ser el quinto Estado en haberlo ratificado, de integrar la primera Zona Libre de Armas Nucleares en un área densamente poblada del planeta, y de pertenecer a la primera región del mundo proclamada como Zona de Paz.
En nuestra condición de país en desarrollo, pequeño, insular, que ha resistido frente a todo tipo de asedios, amenazas, incluida la agresión militar, la guerra no convencional y un brutal bloqueo económico, comercial y financiero durante más de seis décadas, suscribimos y respaldamos con todo vigor los principios y normas del Derecho Internacional, defendemos la paz en todas las circunstancias y nos oponemos, sin ambages, al uso o amenaza de uso de la fuerza contra cualquier Estado.
El empeño de los Estados Unidos en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario con implicaciones de alcance impredecible, que pudo evitarse si se hubieran atendido con seriedad y respeto los fundados reclamos de garantías de seguridad de ese país.
Continuaremos abogando por una solución diplomática seria, constructiva y realista de la actual crisis en Europa, por medios pacíficos, que garantice la seguridad y soberanía de todos, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional.
Un mundo de justicia, dignidad y paz sólo será posible si se cambia el injusto y antidemocrático orden mundial imperante; si prevalece la cooperación entre los Estados y se respetan estrictamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, los compromisos y obligaciones contraídos, y los derechos de los pueblos a la paz, el desarrollo y la justicia.
Muchas gracias
(Cubaminrex-Misión Permanente de Cuba en Ginebra)