Jacob Zurl, de costa a costa

Jacob Zurl (Deutschlandsberg, Austria, 1988) ha hecho un sueño realidad. Durante poco más de dos días —exactamente 58 horas y 48 minutos— el pedalista europeo recorrió más de 1 000 kilómetros desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio, en su proyecto «Cuba, costa a costa», mediante el cual se manifestó en contra del bloqueo económico, financiero y comercial sostenido por Estados Unidos.

Reposando en las arenas de Varadero tras concluir la faena el pasado viernes 21 de abril, el austríaco confesó a Granma sentirse muy feliz por lograr el récord, que demandó un extraordinario esfuerzo físico y mucho poder mental, sobre todo en los últimos tramos del trayecto, cuando ya no pudo comer más y la combinación letal de humedad y calor lo atacaron.

Pero Jacob es un hombre que no se rinde, y recorrer Cuba en bicicleta era un viejo anhelo que en el 2015 no pudo cumplir. «En aquel momento estaba preparado para hacer el récord, el plan era idéntico, pero de camino a la Punta de Maisí me enfermé. Tuve fiebre de hasta 40 y enseguida los médicos en Santiago de Cuba me diagnosticaron dengue.

«Estuve cerca de una semana hospitalizado, por lo que ya fue imposible ni siquiera pensar en completar el proyecto. Me tomó algo de tiempo recuperarme y estar apto para someterme a una carga física tan importante como la de pedalear sin parar más de 1 000 kilómetros», rememora el europeo.

«Cuando regresé a Austria dije que volvería a Cuba por el récord, sin importar la enfermedad o cualquier otro contratiempo, porque adoro este país, el espíritu de su gente, su modo de vida. Quería sentir ese calor humano y, aunque me ha tomado dos años de mi vida, finalmente lo he conseguido», aseguró.

Jacob partió el 19 de abril desde la Punta de Maisí, en el extremo más oriental de nuestro archipiélago, y devoró el millar de kilómetros escoltado por un pequeño grupo de seis personas entre quienes se encontraban sus padres, su novia, un camarógrafo y dos choferes cubanos, además de una ambulancia y oficiales de Tránsito de la policía.

«Debo agradecer al Inder, la Federación Cubana de Ciclismo, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y a todos los que garantizaron cada detalle organizativo, así como al público que se lanzó a la calle y coreaban mi nombre: “¡Jacob sigue, fuerte!”. El ánimo que me daban las personas lo podía sentir desde lejos», relató Jacob, otro ejemplo de superación y hermandad entre los pueblos.

Extraído de: Granma

(Embacuba Austria)

 

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