La CIA y el odio como arma en las redes sociales

La CIA y el odio como arma en las redes sociales

La información se obtiene a través de Big Data para ser utilizada en trabajos subversivos, especialmente a través de la microsegmentación que permite explotar las inquietudes de cada barrio, familia y persona.
Autor: Raul Antonio Capote | informacion@granmai.cu
11 de mayo de 2021 10:05:28
La división de Actividades Especiales de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) cuenta con un Grupo de Acción Política (PAG) que realiza, entre otras misiones, análisis basados en Big Data, procesando perfiles de sujetos de interés y elaborando planes de acción que se envían al Grupo de Trabajo de Internet. , encargado de realizar la obra.
La información se obtiene a través de Big Data que se puede utilizar para el trabajo subversivo, permitiendo que las fuerzas estén mejor organizadas y movilizadas para cumplir con un objetivo determinado, y especialmente, a través de la microsegmentación del público, las inquietudes de cada barrio, cada familia cada persona puede ser explotada, de una manera particular y específica.
Los analistas del enemigo pueden construir modelos capaces de predecir atributos subyacentes, entre ellos, preferencias políticas, orientación sexual, cuánto confías en las personas con las que te relacionas, qué tan sólidas son esas relaciones, todo gracias a la información que los propios usuarios suben a las redes.
En febrero de 2018, siguiendo instrucciones del expresidente Donald Trump, se creó el denominado Grupo de Trabajo de Internet para Cuba o Grupo de Trabajo de Internet para la Subversión en Cuba, subordinado al PAG, es decir, la CIA.
Este grupo de trabajo se encarga de contratar los llamados netcenters, que realizan sus campañas contra Cuba, mediante la contratación de especialistas que, a su vez, reúnen a decenas de ciber-asesinos a su alrededor. Coordinar las acciones de plataformas y medios contrarrevolucionarios y buscar colaboradores en la isla también son parte de la misión, entre otras tareas.
Hay otro espécimen sórdido en el ciberespacio al que muchos temen: el que odia. El término, importado del inglés a otros idiomas, se refiere a individuos que acosan a otros en las redes sociales.
Utilizan las características físicas, orientación sexual, raza, ideología o religión de sus víctimas para llevar a cabo su acoso, manipulando el dolor, los miedos y las inseguridades de quienes se toman en serio sus afirmaciones.
Algunos buscan entretenimiento, otros motivados por el resentimiento o la envidia, pero hay quienes son verdaderos mercenarios, personas contratadas para realizar campañas de difamación y asesinatos de personajes. Por eso se les llama ciber-asesinos.
El asesinato de personajes, civiles o de reputación, como también se lo llama en los manuales de guerra psicológica elaborados por agencias y organizaciones de inteligencia de todo el mundo, es uno de los métodos utilizados por los servicios especiales de EE. UU. Para destruir a los adversarios del imperio.
Los ciber-asesinos buscan que los sujetos de la agresión se sientan indefensos, sin control de la situación; incitar a las víctimas a agotarse en inútil defensa propia, y eventualmente aislarse, para alejarse lo más posible del acosador. El objetivo es obligar a sus objetivos a justificarse públicamente y a autocensurarse, lo que no necesariamente pone fin a los ataques e incluso puede conducir a una escalada.
En repetidas ocasiones envían mensajes ofensivos, insultantes y muy intimidantes a una determinada persona, incluidas amenazas de daño que hacen que la persona tema por su propia seguridad; circulan rumores sobre alguien, para arruinar su reputación; manipular materiales digitales, fotos, conversaciones grabadas, correos electrónicos, robar contraseñas para hacerse pasar por identidades; difundir noticias falsas y "chismes" crueles sobre sus víctimas; e intento de extorsión económica ... Nada, por deshumanizador que sea, está más allá de los mercenarios de la cia.
Cuando varios acosadores participan en el acoso cibernético, la acción se denomina mobbing y es una táctica utilizada contra los internautas cubanos, especialmente las figuras públicas. Cientos de trolls, sicarios digitales, ciber-mercenarios, todos entrenados y pagados por la CIA, participan en los ataques, que están perfectamente planeados y programados en los laboratorios de guerra psicológica de los Estados Unidos que trabajan para la Task Force.
Líderes revolucionarios, periodistas, artistas, músicos, personalidades de diferentes ámbitos de la vida social, cultural y política del país han sido objeto de intensos ataques de este tipo.
Nadie en las redes sociales que se oponga a las acciones o ideas de sus pagadores escapa a la furia de los odiadores asalariados. Para ello, la caja registradora de la CIA no tiene límites, ni tampoco la inmoralidad o el comportamiento poco ético de sus mercenarios.

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