Durante un acto de reafirmación patriótica en contra del ataque armado perpetrado contra la Embajada de Cuba en Washington D.C. el 30 de abril de 2020, el primer secretario de la misión diplomática Rodibel Cardoso, recordó los sucesos de aquel día, cuando un ciudadano de origen cubano identificado como Alexander Alazo, abrió fuego contra la legación diplomática.
El ataque causó daños materiales significativos, incluyendo impactos en la fachada, columnas y en la estatua de José Martí. En ese momento, diez funcionarios cubanos se encontraban además en el interior del edificio, situación que puso en riesgo sus vidas.
A pesar de las denuncias realizadas por el gobierno cubano, “el autor de ese vil atentado no ha sido enjuiciado en todo este tiempo”, subrayó el funcionario. Explicó que una decisión judicial de EE.UU. absolvió a Alazo Baró en mayo de 2024, basándose en un dictamen psiquiátrico que alegó que no era "criminalmente responsable". No obstante, hasta la fecha no consta ninguna orden de reclusión psiquiátrica para este terrorista.
La Embajada de Cuba en Washington ha mantenido un sitial histórico en su lobby, donde se conservan imágenes y recuerdos del ataque. Estos constituyen un permanente recordatorio de que dicho acto fue resultado directo de una historia de hostilidad que alienta este tipo de acciones, comentó Cardoso, quien recordó que tres años después, en septiembre de 2023, “otro ciudadano lanzó cocteles Molotov contra la facha y nadie ha respondido tampoco, ni siquiera fue identificado el autor”.
El colectivo de la misión expresó su rechazo a estas agresiones, las cuales se suman a una serie de actos terroristas dirigidos contra embajadas cubanas en el extranjero, tanto en EE.UU. como en el resto del mundo.