Leinier Domínguez se ratificó como la figura más prominente del ajedrez cubano desde José Raúl Capablanca tras agenciarse la medalla de plata durante la recién finalizada Olimpiada de Bakú, Azerbaiján.
El Ídolo de Güines se convirtió en el segundo antillano en alcanzar una presea en defensa del primer tablero en justas de este tipo, hazaña jamás conseguida desde que el propio Capablanca se alzara con el metal áureo en la cita de Buenos Aires 1939.
En su última presentación, Domínguez (2 720 puntos ELO) alcanzó su tercer éxito consecutivo ante el rumano Constantin Lupulescu (2 618), en 41 lances, para culminar invicto con cinco victorias y e igual cantidad de tablas. El match frente a los europeos culminó igualado con tablas de Lázaro Bruzón (2 623) y Yuniesky Quesada (2 636) y revés de Yuri González (2 553).
Cuba ocupó un decepcionante lugar 25 en el torneo abierto, mientras que las féminas mejoraron su rendimiento y anclaron en la posición 18, gracias a su victoria en la última fecha ante Croacia 3-1, apoyada en los éxitos de Maritza Arribas (2 315) y Lisandra Llaudy (2 269).
Regresando a Leinier, el güinero totalizó 7,5 unidades de diez posibles con un impresionante rating performance (Rp) de 2 839 puntos y solo fue superado por el georgiano Badur Jobava (2 665) quien logró ocho de diez y un astronómico Rp de 2 926. El cubano añadió 15,6 rayitas a su coeficiente ELO, en un evento donde descolló por encima de algunos «monstruos» del ajedrez mundial como el noruego Magnus Carlsen (2 857) sexto entre los primeros tableros, el estadounidense Fabiano Caruana (2 808) tercero y el ruso Sergey Karjakin (2 769) octavo.
La escuadra masculina cubana terminó con 14 unidades debido a seis victorias, dos empates y tres derrotas. Las chicas arribaron hasta los 15 puntos gracias a siete triunfos, una igualada y tres fracasos.
Estados Unidos se impuso entre los hombres por delante de Ucrania y Rusia, listado en el que sobresale el décimo puesto alcanzado por Perú y la oncena plaza de los canadienses. Entre las mujeres, China caminó invicta durante todo el torneo y no tuvo problemas para coronarse por encima de Polonia y Ucrania.