Los retos ante la «mutación» de la crisis sanitaria a lo laboral.

Estamos ante una «crisis sin precedentes», dijo en la alusión a los efectos de la COVID-19 en la vida de millones de trabajadores en el mundo el jefe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, durante la cumbre que desarrolla, desde el 7 y hasta el 9 de julio, este organismo encargado por las Naciones Unidas de atender las relaciones laborales a nivel global.

Pero la frase «sin precedentes», despojada de datos, no ilustra el desespero de la población que vio esfumarse (junto a sus ingresos) el equivalente a 305 millones de trabajos a tiempo completo.

Una fotografía al mundo, ahora mismo, revelaría esto: alrededor del 94 %, de los trabajadores viven en países con medidas de confinamiento; muchas empresas pequeñas y medianas sufren tantas dificultades que tal vez no sobrevivan; mientras las mujeres laboran en los sectores más golpeados, son las primeras que pierden el empleo y las últimas en regresar a ellos.  

Alrededor de dos mil millones de personas cuyo sustento deviene de la economía informal –a menudo carentes de derechos laborales y de protección social– vieron caer sus ingresos en un 60 por ciento solo en el primer mes de la crisis. Y casi las tres cuartas partes de los trabajadores y las trabajadoras domésticas del mundo –más de 55 millones de personas– corren riesgo de perder sus puestos.

«Seamos claros: no se trata de elegir entre la salud o el empleo y la economía. Están interrelacionados: o ganamos en todos los frentes o fracasamos en todos los frentes», añadió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la reunión de alto nivel de la OIT, destaca Reuters.

En medio de semejante contexto, ilustrado no solo por los altos representantes de los organismos internacionales sino por más de 50 Jefes de Estado y de Gobierno y dirigentes empresariales y sindicales de todo el mundo, se sintió la presencia de la Revolución cubana.

«Me honra traer hasta esta Cumbre virtual la voz de Cuba, un pequeño país en desarrollo, donde los trabajadores en el poder batallan cotidianamente por consolidar toda la justicia, sueño y compromiso de los padres de la nación», dijo el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al iniciar su discurso.

Directo y breve, el mandatario explicó las maneras en que la isla hace suyos los nuevos y graves desafíos de la OIT; y denunció los efectos de los «años de política neoliberal y de capitalismo salvaje, regidos por los designios del mercado» como la causa más profunda de la grave situación global.

En esta reunión, que constituye el mayor encuentro de trabajadores, empleadores y gobiernos celebrado hasta ahora, participaron en la jornada de este miércoles varios mandatarios latinoamericanos, entre ellos el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, quien recordó que cuatro de cada cinco trabajadores en el mundo se vieron afectados por las medidas de confinamiento parcial.

Intervino también el colombiano Iván Duque, cuyo discurso versó sobre la necesidad de no «caer en un dilema donde se contraponen la defensa de la salud y la vida frente a la economía»; y el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, quien explicó la crisis atravesada por su nación, cuya economía cuenta con un 70% de trabajadores informales.

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