El 20 de diciembre, el pueblo cubano realizó una movilización multitudinaria frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana para exigir al gobierno de ese país, el fin del cruel e inhumano bloqueo y de la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo elaborada por su Departamento de Estado.
La marcha estuvo encabezada por el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz- Canel Bermúdez; otros dirigentes históricos y del Partido, del Estado, del Gobierno, las organizaciones juveniles, estudiantiles y de masas, y miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior.
Esta constituye la mayor movilización popular de los últimos tiempos, con alrededor de 500 000 cubanos de la capital.
Desde la Tribuna Antimperialista, el mandatario cubano destacó que “la pretensión de Estados Unidos de lacerar la dignidad de este pueblo, por medio del garrote, ha quedado deshecha hoy, con esta concentración y marcha combatiente, que demuestran cuán elevado sigue estando el honor de nuestra Patria”.
El Presidente de la República subrayó que son numerosos los pronunciamientos de personalidades estadounidenses y de otras partes del mundo, que demandan al presidente Biden hacer uso de su potestad para que, al menos, retire de esa espuria lista «el nombre de una nación que jamás debió estar».
Señalar a Cuba como Estado que supuestamente patrocina el terrorismo -aseveró el mandatario- «es cuando menos falso e inmoral, venga de donde venga la acusación, pero lo es doblemente, cuando la acusación proviene de territorio estadounidense, donde se entrenan ahora mismo, grupos paramilitares que organizan, promueven y financian acciones terroristas contra estructuras sociales y económicas en Cuba».
La extraordinaria marcha del pueblo cubano fue muestra de la unidad política y el respaldo popular a la Revolución y a la permanente defensa de su soberanía, independencia y voluntad de seguir adelante, a pesar de las dificultades cotidianas provocadas por la política de bloqueo del gobierno estadounidense.
A lo largo del malecón habanero, se concentraron cubanos de varias generaciones, inundando la explanada con los colores de la bandera cubana, demostrando que la isla es archipiélago colorido, que irradia luz y se crece, en medio de las dificultades. Fue una marcha por la vida, el honor y la dignidad, por el futuro del pueblo cubano, que sigue repartiendo alegría, confianza y optimismo, aun en medio de la adversidad.
Pero Cuba no está sola. Numerosas voces en todo el mundo, y dentro de los propios Estados Unidos, se alzan junto al pueblo cubano para reclamar el fin de esta política hostil e inhumana. Recientemente, la Asamblea General de las Naciones Unidas se convirtió, por trigésimo segunda ocasión consecutiva, en tribuna internacional por el fin del bloqueo y la exclusión de Cuba de esa arbitraria e inmoral lista.
Cuba ha sido víctima durante más de 60 años de la aplicación por el gobierno de los Estados Unidos de un bloqueo económico, comercial y financiero que constituye el principal obstáculo a su desarrollo económico y social y que representan una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo un pueblo. A ello se suma la injusta inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, elaborada unilateralmente por el Departamento de Estado, que solo busca infringir mayor daño al pueblo cubano.