“Hoy es un día de recuerdo histórico y con un solo corazón y una sola mente honramos a los héroes de Cassinga, cuyo sacrificio iluminó el camino hacia nuestra libertad”, expresó Netumbo Ndemupelila Nandi-Ndaitwah este 4 de mayo, durante una vigilia celebrada en la sede del Parrido SWAPO, en conmemoración al Día de Cassinga.
A 47 años de aquel crimen horrendo, Namibia rinde homenaje a los más de 650 víctimas de la masacre, a las 16 vidas que abonaron la gesta de Cuba en África en defensa de Cassinga y a los que sobrevivieron a esta espantosa página del apartheid sudafricano, considerado uno de los peores crímenes de guerra de la historia mundial reciente.
El 4 de mayo de 1978, a unos 250 km de la frontera con Namibia, en Cassinga, quedó eternizado el dolor de cientos de familias. En ese paraje de la geografía angolana, refugiados namibios que habían huido del denigrante Apartheid que implantó Sudáfrica en su país, fueron sorprendidos por el estridente sonido de cientos de bombas de racimo que oscurecieron repentinamente el cielo y un despliegue de paracaidistas que saltaron para matar sin piedad.
Los agresores racistas redujeron a cenizas la escuelita, los albergues, el almacén de alimentos y el policlínico. Durante la acción, las tropas del régimen de Pretoria utilizaron gases tóxicos y apagaron la vida de todo al que encontraron a su paso.
De este monstruoso acto genocida diría el Comandante en Jefe años más tarde: “[...] Y no podrá olvidarse jamás ―y espero que la historia no olvide jamás― aquella matanza de Cassinga [...] Nunca los podremos olvidar, fue una prueba de cómo actúan estos elementos racistas y fascistas, un acto de terror inconcebible”.
Avisados de la agresión, un grupo de combatientes internacionalistas cubanos que se encontraban a 15 kilómetros del lugar, en Tchamutete, preservando la independencia angolana en la línea de defensa más al Sur, ocuparon posiciones de defensa a lo largo de un descampado terraplén que se convirtió en el escenario de un desigual combate.
Los valientes internacionalistas salieron a pecho descubierto para detener la masacre cometida por la aviación sudafricana que cazaba como presas a niños, mujeres, ancianos. Se cuenta que fue un pasaje espeluznante el que se vivió de Tchamutete a Cassinga.
“Hoy también rendimos homenaje a los internacionalistas cubanos. Nunca olvidaremos lo que hicieron por nuestros sobrevivientes. Como dijo Fidel, no vinieron a llevarse la riqueza de África. Vinieron a ayudar a los pueblos de Namibia, Angola y Sudáfrica. Por eso siempre estaremos con Cuba, en cualquier circunstancia”, sentenció la presidenta namibia.
La actuación cubana en Cassinga, que se suma a las páginas de heroísmo y solidaridad de la Mayor de las Antillas en África, contribuyó a salvar la vida de los refugiados heridos y de muchos sobrevivientes escondidos en bosques cercanos.
La mayoría de los niños que escaparon de la masacre y otros cientos de muchachos que habitaban en el sur de Angola fueron llevados a Cuba y con ellos se fundó la primera escuela de la SWAPO en la Isla de la Juventud.
El Día de Cassinga se recuerda en Namibia como uno de los episodios más tristes de la lucha de este país por la independencia de las ataduras del apartheid. Con la excepción del genocidio perpetrado contra los namibios por los colonizadores alemanes a principios del siglo pasado, ninguna otra masacre colonial ha cobrado más vidas en este noble pueblo.
En el acto de recordación, la presidenta Netumbo Nandi-Ndaitwah ha pedido a los namibios que renueven su compromiso con los valores que los acompañaron en los capítulos más oscuros de la historia del país al recordar hoy la penosa página de Cassinga. “En lugar de quebrantarnos, esta masacre solo fortaleció la determinación de nuestro pueblo de luchar por la justicia, la dignidad y la independencia.
“La memoria de los mártires de Cassinga deberían seguir siendo una luz guía en la construcción de una Namibia unida, justa, pacífica y próspera”, concluyó.