El cuatro de febrero de 2021 el Gobierno de Namibia ratificó su propuesta de nominar al Contingente Internacional Cubano de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” al Premio Nobel de la Paz 2021.
A través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Internacionales y Cooperación, el Ejecutivo del presidente Hage Geingob refería: «Esta nominación tiene sus raíces en el reconocimiento al extensivo trabajo de las brigadas cubanas de exportar el talento médico de Cuba para el beneficio de todas las comunidades a lo ancho del mundo.
«Namibia hace esta propuesta como un compromiso sostenido con el reconocimiento de la salud como un derecho fundamental. Cuba ha mostrado ciudadanía global por excelencia, patrocinando solidaridad internacional, a pesar del embargo económico y financiero que constriñe con severidad al país», agregaba el comunicado.
A cuatro años de este acto de solidaridad y gratitud, la República de Namibia mantiene la colaboración cubana en el ámbito de la salud con una brigada médica de más de 90 profesionales de 27 especialidades, presentes en 16 centros hospitalarios que están distribuidos por once de las catorce regiones con que cuenta esta nación africana.
Hasta estas zonas llegó el embajador Sergio Vigoa de la Uz durante un recorrido realizado por el norte del país, y constató la alta estimación que despierta la labor de nuestros galenos en las instituciones y entre los pobladores de estos lugares, los más apartados e inhóspitas de Namibia.
En Oshakati, Opwo, Rundu, Katima Mulilo y Otjiwarongo el diplomático conoció de primera mano la extraordinaria obra de nuestros profesionales, quienes libran una dura batalla contra peligrosas enfermedades como la malaria, el HIV/SIDA, la tuberculosis o la diabetes; y contra otros males propios de estas zonas intrincadas como los ataques y mordeduras de animales salvajes.
Aunque el idioma oficial del país es el inglés, no todos los nativos lo hablan. Así, nuestros médicos han aprendido a comunicarse en oshiwambo, afrikáans, otjiherero, herero, kavango, nama y ovambo, lenguas de los más humildes que aún sufren de pobreza multidimensional y acceso limitado a los servicios básicos.
En estas zonas rurales que enfrentan desafíos naturales extremos como las sequías o las inundaciones, los especialistas cubanos trabajan largas jornadas, sin disfrutar apenas las necesarias horas de descanso.
Vigoa de la Uz reconoció la labor de estos hombres y mujeres de batas blancas que llevan ciencia y cariño a pobladores que habitan viviendas precarias, con acceso limitado a agua potable, al saneamiento y a la electricidad, y que acuden a las consultas con la seguridad de que salvarán sus vidas y las de sus familias.
Provenientes de casi toda la isla, unos jóvenes, otros más experimentados, los profesionales cubanos mostraron al embajador cubano su agradecimiento por la oportunidad de haber venido a África, especialmente a Namibia, nación con una larga y rica historia de hermandad con el pueblo cubano.
Tres meses después de la independencia llegaron a la “tierra de los bravos” los primeros colaboradores cubanos. En el 2013 se firma el primer acuerdo oficial entre ambos países en este tipo de intercambio y bajo esa alianza han trabajado aquí más de 1200 cooperantes.
Este maravilloso programa que comenzó el 23 de mayo de 1963 en Argelia, fecha que marca el inicio oficial de la colaboración médica cubana en el mundo, exhibe hoy la cifra de más de 600 mil cooperantes que han brindado sus servicios en 165 naciones. En la actualidad, más de 24 mil colaboradores se encuentran en 56 países, ofreciendo su humanismo y solidaridad.
Durante los intercambios, el embajador conversó con los médicos sobre la campaña desesperada del gobierno de los EE.UU. por bloquear la cooperación con los perversos propósitos de cerrar cualquier vía de acceso de ingresos al país y barrer con el modelo cubano.
«En su política de asfixia -comentó- el gobierno de Donald Trump ha adoptado una línea más dura y ha afirmado que retiraría los visados de viaje a los funcionarios de los países que reciben a las brigadas médicas. Es parte del cínico plan que la ultraderecha de origen cubano ha concebido.
«No podrán mancillar la historia de la medicina cubana. Esa es la obra de un gran humanista como el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien habló del valor de la conciencia y de la ética de nuestros profesionales de la salud y calificó a la colaboración médica como un ejemplo genuino de solidaridad», concluyó.