No trabajamos solo para nosotros, lo hacemos también para el mundo.

Resulta imprescindible continuar reforzando las medidas epidemiológicas, no solo en las provincias que tienen casos, porque la movilidad en el país crece y puede ocurrir que el virus se traslade a otras regiones que no tienen presencia de la enfermedad en estos momentos.

Mucho ha aportado Cuba, y lo continúa haciendo, en el enfrentamiento a la COVID-19; «no estamos trabajando solo para nosotros, estamos trabajando también para el mundo».

Así lo reconoció el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al encabezar un nuevo encuentro, desde el Palacio de la Revolución, con científicos y expertos que durante ocho meses se han desempeñado directamente en el combate a la epidemia en el país.

Al análisis de los modelos de pronóstico del comportamiento de la enfermedad, punto habitual en estos intercambios, estuvo dedicado el primer momento de la sesión, en la cual el doctor en Ciencias Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, comentó acerca del actual escenario epidemiológico del país y de forma particular sobre las cuatro provincias que presentan en estos momentos una situación más compleja: Pinar del Río, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y La Habana.

Específicamente, sobre el territorio vueltabajero señaló que en el transcurso de la pasada semana se ha mantenido un panorama complicado. Se prevé –dijo– que siga creciendo el número de casos, realidad que está asociada a la actual dispersión del virus que existe en la provincia.

Como elemento positivo destacó que en los más recientes siete días se evidencia un incremento en la cantidad de personas recuperadas. Según los modelos –puntualizó– ya pasó el pico de los casos activos.

Respecto a La Habana, valoró que durante todo el mes de octubre y lo que ha transcurrido de noviembre muestra un control muy bueno de los casos, con un significativo descenso, también de los pacientes activos.

No obstante, alertó, en los últimos días se ha producido un ligero incremento de las personas confirmadas, lo cual no debe ser perdido de vista, pues aún resulta imposible saber si ese comportamiento es el inicio de un momento más complejo de la enfermedad o simplemente una alerta a la que se debe prestar atención.

El pronóstico general para Cuba –aseveró- es que siga creciendo el número de casos positivos en los próximos días y también el número de los recuperados. Paulatinamente deben comenzar a descender las cifras hasta lograr una meseta entre 200 y 500 casos activos, aproximadamente, hasta fines de año.

Resulta imprescindible –acotó- continuar reforzando las medidas epidemiológicas, no solo en las provincias que tienen casos, porque la movilidad en el país crece y puede ocurrir que el virus se traslade a otras regiones que no tienen presencia de la enfermedad en estos momentos.

Muchas y diversas han sido las lecciones aprendidas en estos difíciles meses en cuestiones de preparación, vigilancia epidemiológica, pesquisa activa, pruebas diagnósticas, bioseguridad, intervenciones terapéuticas, letalidad y equidad, en medio de las cuales la gestión del Gobierno en interacción con los científicos ha incentivado la incorporación de toda la producción científica y el talento del capital humano en función de un objetivo común: el control de la epidemia.

Al respecto, el Presidente Díaz-Canel subrayó la importancia de conceder una mayor visibilidad, tanto en Cuba como en el mundo, al trabajo de nuestros científicos e investigadores que tanto han contribuido a que una pequeña nación, con escasos recursos y sometida a una despiadada guerra económica, muestre hoy indicadores muy superiores a los de países del llamado primer mundo en el control y manejo de la enfermedad.

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