NOTAS DEL CAMINO DEL VALLE DE VIÑALES EN CUBA
En el campo del tabaco y la prehistoria
Mural de la prehistoria (Fotos: Mirjana Nikić)
El camino desde La Habana hasta el Valle de Viñales, en el extremo occidental de Cuba, no es fácil ni corto. Por caminos sinuosos a través de densos bosques, donde la lluvia tormentosa se alterna con el sol, el viaje en autobús dura al menos dos horas y media. Sólo hay un lugar en el camino donde se puede tomar café de máquina, por 500 pesos, unos dos euros, al lado del puesto de souvenirs, que, como el café, es más caro que en la capital. Sin embargo, es una lástima ir a Cuba y no ver los campos del tabaco de mayor calidad y más popular del mundo, cuyas marcas "Cohíba", "Monte Cristo", "Romeo y Julieta" trajeron y siguen trayendo a la élite mundial. Cuba.
Crecer entre los secadores de tabaco
Ubicado en la provincia de Artemisa, más precisamente en la zona de Pinar del Río, el Valle de Viñales, llamado así por los antiguos viñedos españoles, con vegetación y clima tropical, es una de las regiones más atractivas, pero también más importantes, de el país latinoamericano. Hasta el 70 por ciento del tabaco cubano proviene de plantaciones locales, nacionalizadas después de la revolución de 1959, y de granjas donde las hojas del tompus más popular se secan y procesan en secadores de caña y madera.
Benito nos dio un curso de como fumar tompus
Benitio Camejo Nodarse nos esperaba delante de uno de ellos. Aquí cinco generaciones de sus antepasados cultivaron y secaron tabaco. Nos explicó detalladamente cómo se elaboran los puros a mano. En definitiva, entendemos que existen muchos pasos para lograr un tabaco de calidad. El primero es el gran cuidado de los tallos del tabaco, que consiste en podar el árbol mientras está bajo y joven. A medida que crece, las mujeres lo retiran cuidadosamente hoja por hoja con agujas. Las hojas se colocan en secaderos donde pasan por un proceso de fermentación especial. Hay un olor fuerte proveniente de las secadoras. Allí se acomodan los paquetes de hojas recolectadas y durante los tres meses de secado se controlan la temperatura y la humedad, importantes para la frescura y la calidad. Por eso todas las pequeñas fábricas de tabaco abren temprano en la mañana. Los llamados stripers procesan tres tipos de hojas: una para el aroma, otra para el sabor y una tercera importante para el contenido mismo del cigarro. Cuando finalmente se coloca el tabaco en la tripa de madera y se forma el cigarro, es importante que la tripa no se llene fácilmente y que la composición sea densa, al mismo tiempo que se controla constantemente la protección contra los insectos. "Es el camino hacia buenos puros ecológicos, que turistas de todo el mundo vienen a comprar a mejores precios", explica el agricultor.
Frente a la casa de Benito
Benito nos cuenta que a los 18 años dejó el inicio de sus estudios en La Habana para trabajar en los campos de sus antepasados. Mientras tanto, con el desarrollo del turismo, también aprendió inglés para poder organizar "cursos cortos" para turistas, como nosotros, en el ámbito del tabaco y de frutas y verduras tropicales inusuales. "Así trabajo sin parar para que el 90 por ciento de la producción y venta de tabaco vaya al Estado y el 20 por ciento a mí", dijo con un guiño.
En los campos de tabaco
Más precisamente, nos enteramos, los agricultores se quedan con el 10 por ciento del tabaco de menor calidad, pero pueden fabricar puros y venderlos sólo en la provincia de Pinar del Río, a locales o turistas. El precio de una cajetilla de cinco tabacos más finos oscila entre los 20 y los 30 euros, dependiendo de si el cigarro es "joven", es decir, de tabaco insuficientemente secado o si es de mejor calidad. Las cajetillas de puros más gruesos rondan aquí los 60 euros, bastante menos que en La Habana, pero debes saber que a nuestro país se pueden traer un máximo de 40 tabacos cubanos. Al llegar de Cuba, el equipaje se baja al escáner.
Benito nos acompañó a almorzar a un restaurante local, donde probamos varios tipos de patatas con diferentes condimentos. La dueña, Mimi Hernández, nos esperaba frente a nosotros. La anfitriona nos condujo primero a su sala de estar en medio de la taberna, y los niños, agradecidos por los dulces, nos despidieron.
Mimi nos recibió en el salón en medio del restaurante.
El comienzo en la roca
Siguiendo a los más viejos y al inusual canto del pájaro tocororo, que con mayor frecuencia desciende sobre la flor del naranjo, llegamos a tiempos prehistóricos: rocas inusualmente grandes que rara vez se encuentran en ningún otro lugar y uno de los murales más grandes del mundo. El mural de la prehistoria fue pintado sobre las rocas durante cuatro años por idea de Leovigildo González Morillo, alumno del pintor mexicano Diego Rivera, luego de que le encomendaran esta tarea en 1961.
El mural gigante de González Morillo fue pintado en la roca según sus instrucciones por los lugareños.
Según el guía cubano Tony Morfa, el investigador Dr. Antonio Núñez Jiménez informó al presidente Fidel Castro sobre su visita a estas montañas, donde se encontraron restos fósiles de criaturas marinas prehistóricas, así como restos de la primera cultura cavernícola. De ahí surgió la idea de un pintoresco mural que da testimonio de la vida de los primeros habitantes del archipiélago cubano, pintado en la pared de una montaña. Después de limpiar las rocas, fueron pintadas por agricultores locales, atadas a plataformas de paracaídas con cuerdas, según las instrucciones del artista. Así, el mural es una obra de grandes dimensiones de Viñales, sobre un terreno de 120 metros de ancho y 80 metros de alto. Como se trata de la evolución de la humanidad, junto al mural se inauguró un café internacional con banderas de todos los países, donde a los turistas serbios se les sirvió un cóctel de piña colada, con piña local y coco, a un precio mucho más bajo que para los invitados del oeste.
En el "curso corto" de cócteles cubanos, de camino a la Cueva del Indio, el guía nos llevó a un original cóctel de remolacha azucarera con zumo de limón y ron (la versión cubana de la caipirinha), que dos anfitriones nos prepararon en el acto, exprimiendo el jugo de los nabos frente a nosotros. "Lo necesitarás", dijeron mientras nos enviaban en un paseo en bote por un río subterráneo en una cueva, entre rocas inusualmente antiguas que parecen mostrar los contornos de figuras humanas y animales.
El patrón Leo nos llevó por la Cueva del Indio.
Un "jefe" sonriente se cernía sobre nosotros y, sobre él, "la luna", señala el conductor del barco. Todas las figuras son obra de la naturaleza. La cueva fue habitada por primera vez por nativos y fue descubierta en 1920. Navegamos río abajo hasta la cascada cuyo final no se ve, pero por suerte nos aceptaron desde el barco en el muelle frente a las cataratas.
Lorenzo y Gama tejen cestas con hojas de plátano
Frente a la cueva, navegando por el turismo, Lorenzo y Gama tejen cestas con hojas de plátano. Dicen, vendiéndolos por dos euros, que el color de la cesta pasará de verde a marrón, como ocurrió en Belgrado, al cabo de unos días. Nos señalaron con orgullo el "pequeño museo de grandes artistas del valle", como decían, al lado de la cueva.
La pintora Kika inmortalizó a mujeres de las plantaciones de tabaco
Nos fijamos en un cuadro firmado por Kika, una pintora local que registró la tradición de fumar tabacos entre las mujeres cubanas, las mismas que trabajan diligentemente en la recolección de hojas de tabaco.
Al final queda, como para todo turista, tomar fotografías en el mirador de Viñales. Las piscinas del complejo hotelero entre las altas montañas rocosas sobre las que cae la vista parecen un relámpago tras el paso por pueblos de esmerado cultivo de tabaco. El refresco más grande, sin embargo, fue el licor de menta local helado sin alcohol, que nuestro guía Toni nos invitó después de largas conversaciones y viajes, deseando que volviéramos.
La vista desde el mirador sobre el Valle de Viñales.
Cómo fumar tabacos
Lo más interesante fue el "pequeño curso" sobre cómo fumar tabacos. Como nos mostró Benito que lo encendió por primera vez, es importante cortar el extremo superior, sacar el humo, pero para que sople y no aspire. Los millonarios en las películas, recuerda, tienen un anillo que indica cuánto tiempo se fuma el cigarro, mientras que los pobres lo usan hasta el final. Los indios fumaban con encuadernaciones de cuero. También añadió que el tabaco nunca debe apagarse, sino dejarse arder.
"Es importante saber cuándo no te hace daño, sino que se convierte en tu amigo", añadió, presentándonos su cocina de verano. Frente a él está aparcado un antiguo "Lada" azul, junto al cual el "guardián" del pueblo, un gato, duerme idílicamente una siesta.
"Debes, según nuestro ritual, tener delante de ti en la mesa una taza de café cubano, ron blanco doméstico y un cigarro, dispuestos en ese orden. Porque primero se toma un sorbo de café, después de un breve descanso un sorbo de ron. Cuando también se desliza por la garganta, la temperatura corporal aumenta y el cuerpo está preparado para la temperatura del tabaco", dio una interesante explicación el presentador con un pronunciado sentido del humor, típico de los habitantes de esta región. Es cierto que la mayoría de la gente notó que, con ron y café, al menos el tabaco no funciona muy bien... También se puede fumar con una mezcla de café y ron, que se llama carajillo.
En el campo del tabaco y la prehistoria
La historia del "Cohiba" cubana comienza cuando Fidel Castro, como nuevo presidente electo de Cuba, probó accidentalmente los puros de uno de sus guardaespaldas en los años 1960. Le gustaron tanto que la producción de "Cohiba" comenzó inmediatamente, inicialmente sin marca y estrictamente controlada, en 1961 en las afueras de La Habana, en una fábrica convertida en escuela de mujeres para hacer y torcer puros. Esa empresa producía sólo una cantidad limitada de puros, para Castro y altos funcionarios del Partido Comunista, y también eran un regalo diplomático. Pronto se convierten en una marca de renombre mundial y el presidente Castro organiza una subasta de puros "Cohiba" en el famoso bar "Cabaret Tropicana" de La Habana, con el fin de recaudar dinero para el país. Al concurso se reunieron unas cuarenta personas ricas de Estados Unidos y otros países occidentales. La caja más barata con 25 puros se vendió por 35.000 dólares. Fue firmado por el propio Fidel Castro.
https://magazin.politika.rs/scc/clanak/569105/putovanja/mural-praistorije-tompusi-kuba
(EmbaCubaSerbia)