Organización terrorista en Cuba: la diferencia entre los que aman y construyen frente a los que odian y destruyen

Organización terrorista en Cuba: la diferencia entre los que aman y construyen frente a los que odian y destruyen

Por Rolando Arbesún

Luego de los sucesos del pasado 11 de julio en diferentes localidades de Cuba, se conoció, a partir de denuncias realizadas en la televisión de la Isla, de la existencia de una “nueva convocatoria” a manifestarse contra la Revolución.

La “convocatoria” circuló por redes sociales y fue impulsada, de forma particular por una organización que se autodenomina “Movimiento Acción Libertaria Nacional” (ALN).

Se trata, como se denunció en el informativo central de la televisión cubana de una organización clandestina supuestamente “descentralizada a la que según sus propias palabras pueden pertenecer todos los cubanos que deseen trabajar por la libertad” y que, según reza en los documentos presentados, su “propósito es luchar contra la dictadura hasta su derrocamiento”.

Estos “luchadores por la libertad”, siguen los patrones de los manuales de la CIA y aunque pretenden presentarse como luchadores “no violentos”, sus propias directivas los desmienten.

Esta “organización”, no sólo tiene un nombre y un símbolo, sino que, además, han mostrado “su estrategia de lucha”.

“Se ha formado con una sede en Cuba, con un propósito, con un símbolo y la han estructurado de muchas maneras”, señaló el presentador del informe de televisión.

El informe sobre esta “organización”, describe las “tácticas de lucha” que los mismos se han propuesto.

Ellas van, según se constata en documentos publicitados por la “organización” y presentados durante la presentación informativa, desde “el uso de carteles y grafitis, la divulgación de volantes y octavillas, la difusión de información al pueblo mediante publicaciones clandestinas, desprestigio de las figuras del régimen y sus instituciones, mediante la gestión y la utilización de la información operativa, la atemorización, enfrentamiento y castigo a represores, dirigentes del régimen, así como sabotajes a objetivos vitales como el transporte y los viales, el comercio estatal, las redes eléctricas e hidráulicas, las industrias, los medios de comunicación y las finanzas”.

La idea que impulsan estos “luchadores por la libertad”, es crear un clima de inseguridad e ingobernabilidad total, “ellos sangran y sienten igual que nosotros”, señala el documento que circula en redes y agregan “hagámoslos sangrar”, una frase que es cualquier cosa, menos un llamado a la paz, el civismo y la concordia que ha sido, en los últimos días el permanente llamado al que “supuestamente” apostaron, en redes sociales.

Estos “luchadores por la libertad”, han diseñado también, un conjunto de orientaciones operativas para el desarrollo de acciones de enfrentamiento a “sus objetivos”, porque para ellos “el gobierno cubano es inconstitucional y no goza de legitimidad alguna”.

Para desarrollar esta “estrategia” que incluye la lucha armada, han incorporado a su “arsenal operativo”, entre ellas la denominada “Metsubushi” o “polvos cegadores”.

El significado literal de esta expresión japonesa es “triturar los ojos”, es un método de combate tradicional, que es ampliamente utilizado dentro del arte marcial llamado ninjitsu.

En su “manual de combate”, la organización describe que este método debe ser usado como una forma de “ganar tiempo contra fuerzas numéricamente superiores”.

Dentro del conjunto de técnicas de Metsubuschi, la ALN ha hecho hincapié en el uso de los “polvos cegadores” y para ello describe de qué forma pueden producirse y usarse.

Para su producción, recomiendan el “armado” de lo que resulta de la mezcla de diferentes sustancias sólidas, finamente pulverizadas, para ser arrojadas al rostro de los oponentes con el objetivo de cegarlos temporal o permanentemente.

En el “manual de uso” diseñado por la ALN, se describen “las ventajas y desventajas” de su uso, así como, los materiales susceptibles de usarse para su producción.

Dentro de estos materiales, sugieren el empleo de “arena cernida, sal fina que entra por los ojos y causa ardor, pimienta negra pulverizada que si entra por los ojos puede causar una pérdida temporal de la visión, contribuyendo a la irritación de las membranas mucosas nasales, aserrín de metal, vidrio pulverizado”, entre otras “materias primas”.

“Ahora arriba: a dejarlos ciegos”, convoca esta organización de los “luchadores por la libertad”.

Por la forma en que se han presentado, estos “luchadores por la libertad”, no son ni confundidos, ni ingenuos, tienen un plan y para materializarlo han diseñado lo que denominan un “tratado” de “Selección, modelación y defensa de enclaves para la realización de protestas masivas”.

Se trata, agrega el informe de la televisión cubana, de un conjunto de orientaciones acerca del espacio donde se desarrollaría la protesta para “minimizar riesgos y maximizar los efectos”.

En estas indicaciones se recomienda, atender a la visibilidad que debe tener la acción para que sea recogida por la prensa extranjera, para ello, las protestas “deben ubicarse en espacios donde sea posible que la prensa extranjera pueda filmar (…) hay que dejar de esperar, vanamente esas grandes concentraciones populares a las que aspiramos”, señala uno de los documentos de la organización presentados.

Para alcanzar “el éxito”, agregan en sus indicaciones, toda acción a realizarse debe ser planificada “dentro de la más estricta clandestinidad y compartimentación para neutralizar el actuar de los infiltrados y los chivatos”.

El informe destaca que, a lo largo de todos los documentos a los que se accedió, se destaca el modo en que los mismos son consistentes con los diseños que componen lo que se conoce como “guerra no convencional”, aplicada en esta ocasión contra Cuba.

A pesar de la convocatoria que realizaran para la toma de las calles de Cuba el pasado 17 de julio, lo que todo el mundo sí pudo observar fue que quien, si tomó las calles desde horas tempranas de la madrugada del sábado, fue el pueblo cubano que, a pesar de todas las complejidades y carencias, apuesta a la defensa de la Revolución que un 1 de enero de 1959, le devolvió a su pueblo la dignidad de llamarse y saberse soberanos e independientes.

Es la diferencia, siempre presente, entre quienes aman y construyen, frente al odio de quienes solo destruyen.

 

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