A continuación, texto del artículo escrito para el diario búlgaro Duma, por la profesora de la Universidad de Sofía, Sra. Emilia Lazarova, bajo el título: "Para Cuba lo más humano hoy es la solidaridad".
“Para Cuba lo más humano hoy es la solidaridad”.
Ante la pandemia del coronavirus, el mundo se ha visto minimizado por el miedo, el terror y la vigilancia médica. En tiempos difíciles siempre se conoce a los amigos; quién hace frente profesional y humanamente a las circunstancias; qué sistema es de alta calidad, efectivo y adecuado para enfrentarse a los desastres. Para aliviar el creciente sufrimiento y la muerte en los países más afectados, equipos médicos de Rusia, China y Cuba no dudaron en responder: ¡se trata de tres países que han sido sancionados y castigados por aquellos que se consideran "los más fuertes ". No en balde algunos predicen que los vencedores en esta batalla contra el Covid-19 serán también los vencedores del mundo por venir.
Si! Junto con Rusia y China, la isla de Cuba, bloqueada durante seis décadas, restringida y reprimida de todas las maneras posibles por su poderoso vecino, Estados Unidos, no ha dudado en ayudado a los países necesitados en la lucha contra el Covid-19. Cincuenta y dos médicos cubanos respondieron recientemente, el 23 de marzo, para ayudar a alivia el sufrimiento de Italia. Y el Ministerio de Salud de Cuba ha recibido solicitudes de más de 40 países que piden la asistencia médica de Cuba contra el Covid-19.
La historia de la revolución cubana y de su modelo socialista, es también la historia de un bloqueo y de sanciones económicas y financieras brutales, y cada vez más severas contra el Estado y el pueblo de Cuba. El presidente Eisenhower las inició el 17 de marzo de 1960. Después vino la Crisis de Octubre en 1962. Hoy el bloqueo y las medidas coercitivas se han extendido y son más feroces. En las últimas décadas, Estados Unidos ha reforzado el régimen del bloqueo con una serie de leyes: Torricelli, Helms-Burton y otras más.
Enfrentando una guerra económica y financiera severa, y tras el colapso del socialismo europeo en 1989, Cuba logró movilizar las fortalezas de su economía en función de las prioridades del país. La atención médica gratuita y la educación universal y gratuita, son las conquistas que Cuba decidió preservar y que ha preservado hasta hoy. Frente a los bloqueos, sanciones y embargos, y a pesar de las difíciles condiciones de los últimos tiempos, no hay hospitales cerrados en Cuba. La tasa de mortalidad infantil en el país es más baja que en Bulgaria y EE. UU.. ¡La esperanza de vida es de 77 años, algo que para nosotros es un sueño!
Todo esto es el resultado del sistema de salud efectivo establecido en el país, probado por la vida, y reconocido por destacados especialistas mundiales en el campo de la medicina. Paralelamente al cuidado de la salud de los cubanos, en 1990, Cuba aplicó una estrategia muy prospectiva en las condiciones de la Globalización, anticipando los peligros inminentes y las epidemias, invirtiendo grandes recursos (cuando nosotros destruíamos los existentes) en la construcción de biolaboratorios y en el desarrollo de productos médicos y biotecnológicos avanzados y con alta tecnología, los cuales, a excepción de los que se utilizan para cubrir las necesidades del país, se exportan a países necesitados.
De esta manera, se desarrolló la producción de medicamentos y medicinas cubanas, incluidas las vacunas contra la difteria, disbacteriosis, tos ferina, meningitis, varios tipos de hepatitis, para el tratamiento de enfermedades oncológicas y de otras enfermedades graves que azotan hoy a la humanidad.
La gloria de los médicos cubanos en el mundo aumentó con las operaciones oculares conocidas como “Operación Milagro”, que devolvieron la visión a millones de personas. Otra área de la industria médica y de las exportaciones cubanas es la producción de equipos médicos y hospitalarios, con los cuales se han equipado policlínicos y otras instalaciones médicas en el país. Es consabido que los políticos occidentales se sorprenden de la incomprensible politecnología médica de Cuba.
El sistema de salud cubano, en opinión de prestigiosos especialistas estadounidenses, que así lo han declarado al diario The New York Times, es exitoso; todo lo opuesto al estadounidense. Cuba dedica el 11% de su producto interno bruto (PIB) para el cuidado de la salud, y esto sin dudas arroja resultados.
En los últimos años, Cuba ha formado más de 60 000 médicos, bien entrenados. La alta calificación, el humanismo y la solidaridad de los médicos cubanos y los logros de la medicina cubana han sido probados en el mundo durante casi seis décadas. Desde 1963 más de 400 000 prfesionales cubanos de la salud han brindado asistencia y tratamiento a personas necesitadas en más de 164 países. En el 2020, 30 000 profesionales médicos cubanos están en misiones en 67 países, especialmente en África y América Latina. El modelo de cooperación médica de Cuba está en consonancia con los tratados internacionales vigentes, a pesar de lo que pregonan las campañas enemigas que se organizan contra esta cooperación.
Hoy, los médicos cubanos; el "ejército de batas blancas", son reconocidos como el "arma secreta" contra el coronavirus, después de haber combatido con éxito el temido Ébola en el 2014, con más de 460 médicos y enfermeras, 165 de ellos trabajando por encargo de la Organización Mundial de la Salud en África Occidental. Hoy, nuevamente el sector de la salud de Cuba da una lección de humanidad, empatía y solidaridad con el sufrimiento del mundo. Decenas de brigadas médicas cubanas llegan a los países más afectados por la pandemia con el medicamento conocido como Interferón alfa-2b, probado y reconocido por su efectividad por médicos y virólogos chinos. Este medicamento se fabrica con biotecnología cubana. Inmediatamente después del inicio del Covid-19, el sistema de salud cubano movilizó sus principales recursos para controlar la enfermedad y ayudar en el diagnóstico de la pandemia.
A pesar del creciente bloqueo económico impuesto por la actual Administración estadounidense, Cuba está centrando sus esfuerzos en asegurar recursos para combatir el nuevo coronavirus, así como para tratar otras patologías, y todo ello, guiada por la convicción de que la solidaridad y la cooperación son las únicas formas de abordar la crisis causada por esta pandemia.
Cuba ha enviado en las últimas semanas 14 Brigadas médicas del Contingente Internacionalista de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres t Graves Pandemias “Henry Reeve” para luchar contra el Covid-19. Cuando el mundo enfrenta una de las peores crisis de salud en décadas, Washington limita la capacidad de Cuba de enfrentar este grave problema, y persiste en imponerle sanciones en el espíritu de las leyes del bloqueo, en cada ocasión y oportunidad.
Cuba sostiene que en la situación epidemiológica que enfrenta el mundo deben cesar las guerras y las sanciones, que "…la solidaridad es la causa más humana que podemos defender". Y lo sostiene, poniendo en peligro la salud y la vida de sus médicos en todo el mundo.
El 9 de abril, el Foro de Sao Paulo, lanzó un llamamiento a la acción a todos los partidarios de eliminar el bloqueo de Estados Unidos y las sanciones económicas internacionales contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. Se trata de un llamamiento que no se limita a América Latina, sino que pretende extenderse a todo el mundo, en un nuevo intento por eliminar el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba, para lograr su condena y eliminación. Los argumentos de este llamamiento son convincentes y serios. El Llamamiento del Foro de Sao Paulo declara que "el bloqueo es el principal obstáculo al desarrollo económico y social de Cuba, una violación grave y masiva de los derechos humanos del pueblo cubano”.
Durante más de seis décadas, el bloqueo ha violado las normas y principios fundamentales del Derecho Internacional, ampliamente reconocidos por la Carta de las Naciones Unidas, entre ellos, los principios de autodeterminación de los pueblos, de libertad de comercio, de igualdad soberana de los Estados, etc. Además, Cuba no representa, de modo alguno, una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos ni de ningún otro país. El Llamamiento también recuerda que Cuba defiende la condición de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y Cooperación. Este momento de pandemia y de crisis mundial exige, cada vez más, solidaridad global, cooperación, prudencia, combinación de esfuerzos a nivel nacional, regional e internacional, sin discriminación de ningún tipo.
Cuba es un país abierto, humano y compasivo, que está siempre listo a ayudar con sus profesionales médicos y también del sector de la educación a todos los países necesitados. Sin embargo, desde el 2017, Estados Unidos ha endurecido el bloqueo contra la isla, con la aplicación de más de noventa nuevas medidas agresivas contra el desarrollo económico y social del país.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, los daños ocasionados por el bloqueo superan la cifra de $ 922 mil millones 630 millones, y solo en el período de abril de 2018 a marzo de 2019, se reportaron pérdidas por $ 4 mil millones 343 millones. En ese período, las afectaciones a la salud (tecnología, productos reactivos, materias primas, equipos y medicamentos) fueron superiores a los $ 104 millones.
El efecto devastador de las sanciones limita la capacidad de las autoridades de Cuba, Venezuela, Nicaragua, de acceder al sistema financiero internacional o al libre comercio, y en estos momentos, atenta drásticamente contra sus esfuerzos para enfrentarse a la COVID-19. Los participantes en el Foro en San Paolo han declarado que hoy estamos conminados a elegir entre: "bloquear la solidaridad o decir SÍ a la solidaridad".
En los últimos días, hemos sido testigos de la ampliación y fortalecimiento del apoyo de la solidaridad internacional en la denuncia contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
Hoy, en tiempos de desastres naturales inesperados e inminentes en el mundo, cuando Cuba, con notable humanismo y solidaridad, junto con Rusia y China, responde con asistencia oportuna y competente a los brotes más temibles de COVID-19, se refuerza la solidaridad y el apoyo al levantamiento del bloqueo y las sanciones contra ese país. Por el humanismo, por la justicia, por la solidaridad con Cuba; esa Cuba que tan generosamente ayuda a los necesitados del mundo.