Ninguna alteración política puede legitimar el ataque armado perpetrado en la Embajada de Cuba en los Estados Unidos.
Aquellos que, como nosotros, profundizamos en el museo arqueológico del Derecho Internacional, sabemos que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961, obliga a los Estados signatarios a proteger detenidamente las sedes de las embajadas.
La batalla contra la Covid-19 lo demuestra, Cuba sigue siendo un país salvador. "Y, por lo tanto, poner en peligro la vida de los diplomáticos cubanos, es por lo menos un cóctel peligroso y explosivo, que amenaza la seguridad internacional y crea condiciones perjudiciales para la interdependencia de los pueblos".
Es deber y responsabilidad de las autoridades estadounidenses dilucidar este incidente diplomático, que acumula por sí solo, todas las calificaciones y sanciones legales posibles.
¡Nunca más!
Rosana Guercy
Politólogo.
Puerto Príncipe, 1ro de mayo de 2020
