Porque todo parto sea seguro

Incrementar la capacidad de respuesta del sistema de salud ante una de las principales causas de morbilidad y mortalidad materna en el mundo.

Incrementar la capacidad de respuesta del sistema de salud ante una de las principales causas de morbilidad y mortalidad materna en el mundo, y en Cuba, es justamente el propósito del Taller de formación de capacitadores en la prevención y tratamiento de la hemorragia obstétrica: Código Rojo; que sesiona desde ayer y hasta el próximo día 3 en el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro, con la participación de reconocidos profesores colombianos y obstetras representantes de todas las provincias del país.

«La intención es revisar todas las intervenciones que hay para reducir la hemorragia obs­tétrica conocida científicamente, pero ade­más capacitar en la metodología educativa para formar a los proveedores de salud en el manejo de la hemorragia obstétrica, a través de simulación», explicó la doctora Alma Vir­ginia Camacho, asesora técnica regional en Salud sexual y reproductiva del Fondo de Po­blación de las Naciones Unidas, Unfpa, de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe.

En ese sentido, la experta dijo que el Unfpa apoya al país en la importante creación de dos centros de simulación, uno en La Habana, y otro en Santiago de Cuba, donde puedan entrenarse con el uso de esta tecnología, en un primer momento los especialistas y también los que se están formando, con un enfoque de equipo para responder a esta complicación.

Sobre el Taller, que forma parte del plan de trabajo y Programa de Cooperación entre el Unfpa y el Departamento Nacional del Pro­gra­ma Materno Infantil (PAMI) del Ministerio de Salud Pública, significó a Granma Rafael Cues­tas, coordinador internacional de programa de la oficina de Unfpa en Cuba, que el mismo bus­ca mejorar el acceso a la salud sexual y reproductiva con calidad, y es parte de las nuevas acciones que desarrolla el PAMI para evitar las muertes maternas.

El Fondo de Población de las Naciones Uni­das, dijo, apuesta por prevenir: que cada parto sea seguro, una iniciativa global que el Unfpa incorporó desde hace dos años al Programa de país, y que es coordinado y aprobado por el Gobierno cubano y el Minsap. «Para este año la mayoría de los recursos del proyecto se dedicaron a comprar los simuladores, con la expectativa de poder expandirlo a nivel nacional y contribuir a reducir la mortalidad materna por hemorragia», precisó Cuestas.

«Mantener activos los sistemas de vigilancia de la mortalidad materna es lo único que realmente va a informar a los decisores de políticas o los que trabajamos en los servicios de salud, de cuáles son esas causas de mortalidad, y ello requiere un abordaje organizado, en los datos e información que recogen», señaló la doctora Virginia Camacho.

La especialista destacó que a nivel global ha habido una reducción de alrededor del 40 % de la mortalidad materna entre los años 1990 y el 2015, de cara a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y hoy la tasa es de 216  muertes maternas por cada 100 000 nacidos vivos. En América Latina es de 67 por cada 100 000 nacidos vivos, 13 países se encuentran sobre el promedio regional, y el resto por debajo de esta tasa, entre ellos Cuba, con un índice de 39 por cada 100 000 nacidos vivos.

«Los Objetivos de Desarrollo Sostenible plantean reducir la mortalidad materna a nivel mundial a 70 por cada 100 000 nacidos vivos. América Latina, como promedio, está por debajo de la meta, pero las diferencias entre los países son profundas: por territorio, grupo étnico, edad, por lugar de residencia, entre otras. Todavía existen un grupo de poblaciones que son tremendamente vulnerables a la mortalidad materna en la mayoría de los países de la región. La inequidad y la desigualdad siguen siendo uno de los rostros de América Latina», enfatizó la experta.

 

Explicó que entre las causas de muerte materna a nivel global, de la región, y de los países, las más importantes son la hemorragia obstétrica y las causas indirectas, es decir, las mujeres que tienen una condición médica persistente que se agrava con el embarazo, como la hipertensión, la diabetes, el cáncer, entre otras. Son fundamentales los esfuerzos para la vigilancia y seguimiento con grupos orientados hacia la acción. «El dato es importante pero lo es más aún que ese dato tenga una respuesta efectiva», señaló (Granma).

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Cooperación