ESTADOS UNIDOS DESATA NUEVA AGRESIÓN PIRATA CONTRA VENEZUELA Y AMENAZA A TODA AMÉRICA LATINA
La Internacional Antifascista, capítulo Bolivia, condena el asalto imperial perpetrado por los Estados Unidos el pasado 10 de diciembre contra un buque petrolero de la República Bolivariana de Venezuela.
Este acto, ejecutado con premeditación criminal, confirma el rol de Washington como potencia agresora que viola sistemáticamente el derecho internacional y convierte l continente y los mares latinoamericanos y Caribe en territorios de saqueo al servicio de sus corporaciones energéticas y su maquinaria bélica.
Una vez más, el gobierno de Donald Trump exhibe su desprecio absoluto por la soberanía de los pueblos. No respeta fronteras, no respeta instituciones multilaterales y no respeta la determinación de las naciones que no se arrodillan ante sus órdenes.
Mientras la Casa Blanca repite el gastado discurso del “combate al narcotráfico” y su inventado “cartel de los soles”, el mundo entero observa lo evidente: Estados Unidos no lucha contra el crimen, sino contra los pueblos libres.
Lo ocurrido el 10 de diciembre no fue un incidente aislado: fue un acto de piratería de Estado, ejecutado para intimidar, robar y sentar un precedente de dominación geoestratégica sobre los recursos naturales latinoamericanos y el Caribe.
Su obsesión por destruir la democracia venezolana y apoderarse de su petróleo es una prolongación de siglos de intervencionismo, disfrazado esta vez como cruzada moral.
Cada sanción, cada amenaza, cada operación encubierta, cada agresión marítima confirma que el imperialismo estadounidense no tolera que Venezuela ni ningún otro país, controle sus recursos, elija su destino y mantenga un proyecto político soberano.
Donald Trump, acompañado por su perro de ataque Marco Rubio, ha convertido a
Venezuela en la pieza central de su maquinaria de desestabilización continental.
Su objetivo es claro: destruir al gobierno venezolano, imponer un liderazgo sumiso encabezado por la marioneta María Corina Machado y transformar el país en una base militar al servicio del control hemisférico.
No es casual que al mismo tiempo impulsen a Milei desde Argentina, utilizando su gobierno como plataforma de entrega económica y avance militar en el Cono Sur. La estrategia es evidente: rodear, asfixiar y quebrar a los procesos soberanos.
Los pueblos del mundo deben entender la magnitud del peligro: Trump y sus aliados están actuando como piratas del siglo XXI, abordando barcos en aguas internacionales, violando tratados, saqueando bienes extranjeros y utilizando argumentos grotescos para justificar sus actos de rapiña.
Si no se los detiene, ningún país latinoamericano podrá navegar, producir o comerciar sin el riesgo de ser atacado por aire, tierra o mar, por la flota imperial disfrazada de guardiana de la “democracia”.
Exigimos que la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos asuman su responsabilidad histórica. La gravedad del crimen cometido no puede ser ignorada. Si los liderazgos actuales de esos organismos callan una vez más, se convertirán en cómplices directos de la piratería imperial y demostrarán, frente al mundo, que han renunciado a su misión de proteger la paz internacional.
Desde Bolivia, tierra que conoce en carne propia los estragos del saqueo imperial, expresamos nuestra solidaridad firme y militante con el pueblo venezolano.
La agresión contra un buque venezolano es una agresión contra toda América Latina. La defensa de Venezuela es la defensa de la dignidad continental. No permitiremos que el imperio convierta nuestros mares en rutas de pillaje y terror.
Hoy levantamos la voz con la fuerza de la historia y de los pueblos que resisten. Y lo hacemos sin ambigüedad ni temor.
¡Abajo el imperialismo norteamericano!
¡Fuera Trump y sus operadores de América Latina!
¡No pasarán los piratas del siglo XXI!
¡Venezuela no está sola!
¡Viva la soberanía de los pueblos libres!
¡Viva la resistencia latinoamericana! Internacional Antifascista, capítulo Bolivia La Paz, diciembre de 2025
