Entrevista realizada por: Igor Maksimović
https://www.republika.rs/svet/svet/578209/marijela-kastro-intervju-kuba-...
Me siento orgullosa de la capacidad y calidad del pueblo cubano para seguir transformándose en el proceso revolucionario, para seguir aportando, cuestionando, sugiriendo y decidiendo, afirma en entrevista exclusiva Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de la República de Cuba.
El Presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, tras el referéndum celebrado en la isla el 25 de septiembre de 2022, en el que se aprobó el nuevo Código de las Familias, que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo, exclamó: "Se ha hecho justicia... Desde hoy seremos una nación mejor."
Con esto, Cuba se convirtió en el país número 34 del mundo en sancionar legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, este país socialista, atormentado por décadas de bloqueo y sanciones, fue un paso más allá, redefiniendo no sólo el matrimonio, sino también las relaciones familiares y sociales en la sociedad, poniendo énfasis en "el amor, el afecto, el cuidado, la sensibilidad y el respeto" y garantizaba el derecho de todas las personas a formar una familia legalmente protegida.
Todo esto se logró gracias al trabajo incansable del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), encabezado por Mariela Castro, hija del expresidente y del exprimer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, y de la famosa revolucionaria y feminista cubana Vilma Espín.
Mariela Castro concedió una entrevista en exclusiva para el portal Republika y por primera vez para los medios serbios, en la que habló sobre los cambios revolucionarios en Cuba provocados por el Código de las Familias.
Mariela Castro
Foto: Crédito: YAMIL LAGE / AFP / Profimedia
¿Se puede decir que usted es la cubana Alexandra Kollontai, dado que logró transformar la sociedad cubana de patriarcal a socialista moderna en un tiempo relativamente corto con un trabajo incansable? ¿Cuál es el secreto de su éxito y qué ideas le inspiraron?
- Mi obra sintetiza enseñanzas y muchas historias y lecciones de muchas experiencias, de muchas ideas y pensamientos sobre temas de emancipación, y también sintetiza la continuidad del proceso de emancipación cubano.
Así, las ideas, la cultura, la conciencia se van transformando a lo largo de la historia por la articulación de muchos esfuerzos, muchos liderazgos, liderazgos en un sentido más amplio, que tienen más que ver con la soberanía, la independencia del país, los procesos de colonización y descolonización.
Y este trabajo que dirijo desde el CENESEX, de hecho, lo que impulsé y traté de articular desde las redes de la sociedad cubana dentro del sistema político cubano, tiene conexiones con el Partido Comunista, con organizaciones de masas, con instituciones científicas, con la Academia de Ciencias, diferentes espacios para la toma de decisión del Gobierno, mis funciones dentro del legislativo, que aproveché para poder traer estos elementos que articulamos a través de nuestro trabajo.
Entonces, en mi trabajo hay una síntesis de las enseñanzas de Alexandra Kollontai, pero también de Marx, Lenin, John Stuart Mill, Simone de Beauvoir, de todas las mujeres que contribuyeron a las ideas de cambio, mujeres y hombres que contribuyeron a las ideas de cambio cultural desde una visión e interés basados en la justicia y la igualdad social.
Eso es lo que realmente siento que se sintetiza en mi aprendizaje profesional y mi trabajo activista, tanto social como políticamente. Entonces, es una idea que siento cerrada, que se sintetiza, que se articula y que pretende, sobre todo, ser tomada del lenguaje científico, de la comprensión científica del fenómeno de la discriminación por orientación sexual e identidad de género, por género, por género, para luego traducirlo a un lenguaje político y comunicacional que posibilite la toma de decisiones. Esto aseguraría que en las decisiones políticas se incluyan todos los derechos de todas las personas sin discriminación alguna, y creo que eso se logró en un trabajo articulado y colectivo, porque una persona con una buena idea no puede cambiar la sociedad.
El Código de las familias, que es en gran medida fruto de su trabajo, fue aprobada en referéndum con el 67% de los votos y está considerada la más progresista del mundo. ¿Qué tan difícil es liberar a la gente de las creencias tradicionales sobre el matrimonio, la familia y el amor, que han estado arraigadas en su conciencia durante siglos bajo la influencia de los colonizadores cubanos y la Iglesia católica?
- Bueno, los cambios en la cultura son muy profundos, muy complejos, llenos de obstáculos, llenos de resistencias, entonces no se pueden hacer desde una voz aislada. Cambios de cultura y de conciencia, cambios de subjetividades, porque no se trata sólo de cambiar la cultura, sino también de cómo las personas interpretan individualmente estos elementos simbólicos. Por eso necesitan tiempo, requiere trabajo, comprensión en el diálogo con las personas con las que se trabaja, con grupos y diferentes actores sociales. Las estrategias se construyen a través del diálogo, las ideas se construyen a través del diálogo y llevamos mucho tiempo trabajando en estrategias educativas.
Mire, desde 1972 la Federación de Mujeres Cubanas creó un grupo de trabajo multidisciplinario e intersectorial para desarrollar una política de educación sexual llamado Programa Nacional de Educación en Sexualidad, y desde entonces se ha trabajado mucho para crear conciencia, conocimiento, difusión de qué ciencia ha contribuido a estas preguntas y tomó muchos años de trabajo y todo eso. La institución que asumió la continuidad de esa tarea iniciada por la Federación de Mujeres Cubanas, es el Centro Nacional de Educación Sexual, luego de 16 años de la creación de ese grupo de trabajo, la Federación de Mujeres Cubanas. Se transformó en una institución del Ministerio de Salud Pública, hoy CENESEX.
Entonces, desde entonces, hemos desarrollado diferentes iniciativas que llamamos diálogo científico y activismo social donde realizamos diferentes tipos de actividades a lo largo del año: intercambios académicos, científicos, intercambios de experiencias de la comunidad de la red social CENESEX y activismo de otras instituciones donde intercambiar lo mismo en el mismo escenario, académicos y activistas que ni siquiera tienen formación universitaria, pero que han sido capacitados por nuestra institución para que tengan las herramientas para participar en la sociedad. Son muchas las actividades que desarrollamos: acciones de comunicación, campañas en este sentido, artísticas, que facilitan los diálogos, y en esos diálogos se realizan consultas, se construyen consensos.
Trabajamos para brindar los elementos de voluntad política para sensibilizar a la población, porque incluso estas leyes, como el Código de las Familias, fueron adoptadas como resultado de ese diálogo que generó voluntad política. También fue resultado de investigaciones científicas, estudios de derecho comparado, análisis de nuestros contextos y de otros contextos, y luego, se aprobó, se incluyó, esos derechos quedaron protegidos en la Constitución con artículos relacionados con la no discriminación.
También se pudo garantizar su desarrollo en el Código de las Familias y en otras leyes que se aprobaron y actualizaron, pero si no hay un trabajo de sensibilización de la población, un trabajo de comunicación constante, la gente sigue actuando al margen de la ley, sigue actuar con sus ideas del pasado, con sus prejuicios y si eso no cambia, los derechos no están garantizados. Entonces debe ir de la mano, trabajar para que haya voluntad política, trabajar para que haya desarrollo del conocimiento y socialización del conocimiento científico, trabajar para que se refleje en leyes y políticas públicas, pero al mismo tiempo, si no hubiéramos hecho todo el trabajo educativo todos estos años, no hubiéramos llegado a esa Constitución ni a ese código.
Mariela Castro en la procesión con motivo del Día Internacional Contra la Homofobia
República Foto: YAMIL LAGE/AFP/Profimedia
Fidel dijo en una entrevista en 2012 que si Cuba no cambia su cultura patriarcal y homofóbica no puede progresar como sociedad, y quiere hacerlo, porque el poder de la emancipación pasa por el socialismo. ¿Cree que esta tarea se ha cumplido o todavía queda mucho trabajo por hacer en este ámbito?
- Creo que hemos cumplido parte de nuestros objetivos, de nuestras intenciones. Como mejor indicador que siempre menciono, que nos dice cuánto se ha logrado en cambios culturales en la sociedad cubana en estas materias, es una comparación entre el Código de la Familia de 1975, que fue aprobada luego de una amplia consulta popular en diversos ámbitos de la sociedad cubana, y las modificaciones que introdujo en la sociedad cubana el referéndum sobre el Código de las Familias de 2022, que fue aprobado y ratificado por la Asamblea. El Código de la Familia '75 y el referéndum sobre la Constitución del 76 ayudó a establecer los valores de la voluntad política del gobierno revolucionario. Aun así, ha habido muchos más avances en materia de igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Las cifras de las estadísticas actuales demuestran que todo este trabajo ha llevado a que la presencia de la mujer en la toma de decisiones y en todos los ámbitos más importantes de la sociedad cubana sea una fuerza realmente enorme. Sin embargo, todavía hay prejuicios que hay que afrontar, desconocimientos que hay que resolver, hay mucho trabajo, estas cosas de lograr la ley no alcanzan y ese es el trabajo que estamos desarrollando ahora.
Usted es especialmente respetada por la población LGBT tanto en Cuba como en el mundo. ¿Está usted orgullosa del hecho de que Cuba, atormentada por el bloqueo y las sanciones, se haya convertido en el país número 34 del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y permitir que parejas del mismo sexo adopten niños, algo que ni siquiera algunos países mucho más desarrollados no han logrado hacerlo?
- Estoy orgullosa de Cuba por muchos logros, pero especialmente aquellos en los que participé de manera más directa. Eso me hace feliz, con muchos desafíos y anhelos que aún no hemos logrado, pero estoy feliz por la capacidad del pueblo cubano de transformarse en su propio proceso revolucionario. Esto es lo que me enorgullece de esa capacidad, de esa cualidad del pueblo cubano de seguir transformándose en el proceso revolucionario, de seguir aportando, de seguir cuestionando, sugiriendo y decidiendo.
Mariela Castro
Foto: Crédito: ADALBERTO ROQUE/AFP/Profimedia
¿Existen ya cambios en la implementación de las disposiciones del Código de las Familias en Cuba? ¿Está satisfecho con su acogida por parte del pueblo cubano y con qué bien utilizan ya los cubanos los derechos de la Ley actual?
- A ver, no estoy satisfecha. No estoy satisfecha, porque en primer lugar hubo un 33% de la población que votó en contra, lo cual no es poco. Esto quiere decir que todavía tenemos mucho por hacer para que la educación llegue a muchas personas que le dan la espalda, que ni siquiera la reciben, que no tienen ningún interés en recibir nuestro mensaje. Esto significa que todavía tenemos que trabajar más en el programa de educación sexual en las escuelas, en nuestras acciones de comunicación, tenemos que trabajar en la capacitación de nuestros profesionales y de nuestro personal político y administrativo, para apropiarnos más rigurosamente del significado ideológico de estas acciones educativas para la emancipación.
Brindamos capacidad de autodeterminación de las personas, autonomía basada en el conocimiento, es decir, brindamos elementos que amplían la libertad de las personas. No todo el mundo lo asimila así, hay quien lo aprende simplemente como un eslogan, una frase, una idea. Hay quienes dicen: “No, no soy machista, porque ayudo a mi esposa en casa”. Y no se trata de ayudar, sino de responsabilizarse igualmente del hogar. Sólo para dar un ejemplo: no tengo prejuicios contra los homosexuales, solo que mi hija o mi hijo no sean homosexuales o que caminen separados por un lado y yo por el otro.
Entonces la tendencia que se da en muchos países es la de crear guetos, círculos cerrados, para que no se contaminen, y lo que defendemos es precisamente no separar, no dividir, no segmentar, no crear espacios para uno o el otro, porque creemos que todos los espacios son para todas las personas. Así como hemos sostenido que todos los derechos son para todas las personas y todo tipo de familias. Entonces esa es el área en la que trabajamos, no dejarnos influenciar por esas modas pasajeras que segmentan, dividen, confunden y trivializan estas luchas por los plenos derechos de todas las personas.
¿Están las mujeres en Cuba saliendo de la esfera privada al espacio público y cuánto se ha avanzado en su mayor emancipación? ¿Cuán representadas están las mujeres en la vida política cubana?
- Según las estadísticas, más del 55% de los parlamentarios son mujeres, lo que nos sitúa desde hace muchos años en el segundo lugar del mundo. El número ha aumentado en estas últimas elecciones, ha aumentado la presencia de mujeres. Las mujeres también son mayoría en el mundo académico: académicas, profesoras universitarias, la mayoría de nosotras somos mujeres en la salud, en la educación, en la práctica judicial, predominan las mujeres. Incluso en las más modernas investigaciones sobre biotecnología de vacunas, la mayoría de los que participaron en estos logros científicos sin precedentes, las cinco vacunas cubanas contra la COVID, ahora con esta nueva vacuna que protege múltiples veces.
Hay más rectoras de universidades, hay más ministras y viceministras, en fin, hay una presencia importante de la mujer en la vida política cubana, en la vida administrativa. El elemento que trabajamos y visibilizamos es que las mujeres tenemos una sobrecarga mayor que los hombres, porque las mujeres son las que están cuando hay situaciones de cuidado, necesidad de cuidado en la familia, son las que dejan de trabajar para tomar cuidado de los pequeños, de los mayores, de los enfermos, lo que demuestra que todavía existe una aplicación de la división sexual del trabajo. En ese tipo de situación de la vida familiar que afecta a las mujeres que están en plena capacidad productiva, en plena capacidad de desarrollo profesional, y tienen que dejar de contribuir a la sociedad para poder hacerlo, y por eso en este momento hay una gran discusión política, un gran debate en la sociedad cubana en relación a cómo vamos a solucionar esta situación.
Mariela Castro
Foto: PABLO PORCIÚNCULA/AFP/Profimedia
Las mujeres tenemos garantizados los derechos sexuales y reproductivos, tenemos derecho al aborto, derecho a muchas cosas que en otros lugares pueden sonar a ciencia ficción. Luego tenemos las licencias de maternidad y paternidad, de las que también se benefician los abuelos, que pueden hacerse cargo del subsidio para el cuidado de los hijos si los padres no tienen los medios para llevarlos a una institución educativa. Hay un grupo de leyes, medidas que se aplican, en las que se está trabajando.
Hacemos acciones educativas y de comunicación para que las personas comprendan cuáles son sus derechos, los reclamen y los hagan efectivos efectivamente, porque de lo contrario todo quedará en una linda carta en papel que se guarda en un expediente y nunca se realiza. A menudo hay prejuicios y la gente todavía acude a nosotros, por ejemplo, la gente viene a la oficina del Defensor del Pueblo pidiendo ayuda, porque hay prejuicios que siguen siendo una carga para su vida familiar o profesional.
El Código de las Familias se formó con la participación y retroalimentación de 6,5 millones de personas, alrededor del 75% del electorado cubano, con 20 borradores preparados en 80.000 reuniones en comunidades locales. ¿Es este modelo de democracia participativa el camino que seguirá Cuba?
Bueno, sí. Cuba ha sido, el proceso revolucionario cubano se ha caracterizado por desarrollar políticas de construcción de consensos participativos. En unos procesos nos ha quedado mejor, en otros menos lo importante es que la población participe y justamente una de las cosas que nosotros estamos aportando desde nuestro trabajo es justamente aportar ideas, aportar cuestionamientos aportar elementos de análisis que faciliten el perfeccionamiento de estos procesos de participación democrática, esta manera de aprobar las constituciones, de aprobar una ley superior como el código de las familias, ya desde las primeras etapas del proceso revolucionario se trabajaron con la participación del pueblo, el diseño de las políticas con la participación del pueblo, ese es el camino que nosotros estamos tomando, el de perfeccionar esos procesos, que es justamente crear los mecanismos para el funcionamiento de una sociedad socialista, a pesar de las hostilidades del imperialismo para obstaculizarlo. Es importante decirlo.
(EmbaCubaSerbia)