Solidaridad con Cuba en Grecia ante injusta resolución del parlamento europeo.

Solidaridad con Cuba en Grecia ante injusta resolución del parlamento europeo.

Artículo titulado “EN OCASIÓN DE LA RECIENTE RESOLUCIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO SOBRE CUBA”, por Nikos Karandreas, Presidente de la Asociación, HelenoCubana de Amistad y Solidaridad, publicado en el periódico, “Rizospastis”, sábado 19 – domingo 20 de junio de 2021.
“Derechos humanos”, “libertades fundamentales”, “democracia pluralista”. Términos que en la fraseología de la Unión Europea y los Estados Unidos se levantan más allá y por encima del tiempo y el espacio, en la realidad concreta históricamente determinada, como las ideas platónicas. Términos cuyos intérpretes y guardianes son los representantes políticos e ideológicos de la burguesía de los países capitalistas desarrollados y ricos. Términos que rigen las resoluciones viejas sobre la “Posición Común” de la UE y la reciente resolución del Parlamento Europeo que apela a los “derechos humanos” para contribuir de una manera “europea” a la agresión imperialista brutal contra la Cuba socialista.
Pero vamos a huir un poco de la esfera de esos dictados transcendentales y ver la realidad.
Cuba, un pequeño país colonial, ha logrado a través de tres revoluciones y en menos de un siglo conquistar su independencia nacional y a la vez quitarse por encima el yugo neocolonial de los Estados Unidos. Ha sido un proceso doloroso, pero que condujo a una progresiva maduración política tanto de la dirección como del pueblo.
Después del triunfo de la Revolución en enero de 1959, el proceso revolucionario se intensificó y en los próximos 2-3 años se realizó la expropiación de los grandes terratenientes, los bancos y las empresas extranjeras, sobre todo de propiedad norteamericana. La intensidad de la lucha política y social y la ruptura con los imperialistas norteamericanos enajenó definitivamente las masas populares de los partidos tradicionales, incluso de aquellos que se habían opuesto al dictador Batista. Una parte importante de la burguesía abandonó Cuba y se instaló en los Estados Unidos, en Miami. Son conocidos los resultados de la colaboración del Estado norteamericano oficial con las organizaciones de los exiliados cubanos en su empeño permanente de derrocar la Revolución. Miles de muertos y lesionados a causa de ataques y sabotajes militares-terroristas.
El bloqueo polifacético de Cuba por los Estados Unidos se calcula que ha costado a su economía 145 mil millones de dólares en precios fijos.
Todos sabemos, incluso lo admiten sus enemigos, que Cuba en medio de condiciones destructivas pudo no sólo salir de la barbarie del dominio imperialista, del hambre, de la miseria, el analfabetismo, sino también lograr índices de desarrollo social, desconocidos en los demás países de América Latina, pero incluso en países de Europa y en los Estados Unidos. Los éxitos de Cuba en los terrenos de la salud y educación han sido reconocidos por los organismos internacionales competentes y los métodos de la lucha rápida contra el analfabetismo se han adoptado por la UNESCO.
También es conocido que miles de cubanos, desde los primeros años de la Revolución, lucharon y siguen trabajando, enseñando y curando en otros países, donde hay necesidades, de una manera desinteresada y abnegada, en condiciones extremadamente peligrosas, como en el caso del enfrentamiento de la epidemia del Ébola y la pandemia de la COVID-19.
Sin embargo, todo eso, según los Estados Unidos y la UE, se realizó en condiciones de falta de libertad y de violación de los derechos humanos. Por supuesto, es correcto que en Cuba no se garantiza el “derecho” a ser desempleado, sin seguro social, analfabeto, sin techo, el “derecho” a venderse y comprarse, a vender los órganos del cuerpo para ganarse la vida. En Cuba, nadie disfruta el “derecho” a ser vigilado por millones de cámaras, a ser matado, golpeado y encarcelado cuando demanda vivir como lo permiten las condiciones de su país.
Por otro lado, los países ricos de Europa y Norteamérica en menos de 300 años de organización capitalista de sus sociedades lograron crear centenares de guerras locales, europeas, e incluso dos guerras mundiales. Convirtieron a colonias todas las demás regiones del mundo, destruyeron sus economías, robaron sus materias primas, esclavizaron a los habitantes y sobre esa explotación absoluta construyeron sus imperios. A la vez, la acumulación primaria de capital, la revolución industrial y finalmente la creación del capital financiero se basaron también en la explotación cruel de los trabajadores de esos mismos países, que sangraron tratando de conquistar derechos humanos, laborales y políticos fundamentales que les negaba la clase de los plutócratas, esa misma clase que hoy en día pretende que los considera sagrados.
La UE habla de la democracia pluralista. Toda la historia de los países europeos demuestra que cualquier diferencia básica entre los partidos burgueses se extinguieron después de la cristalización del dominio del gran capital. Así que, en los países industrializados de Europa, el siglo anterior vivió la creación del fenómeno de los dos partidos, iguales en realidad, que trabajaron y siguen trabajando eficientemente como una válvula de escape del sistema. A la vez, se desarrolló un mecanismo inmenso de manipulación de la opinión pública por parte de los supuestamente independientes medios de divulgación, concentrados en las manos de unos pocos grandes capitalistas. Todo eso por supuesto en los países que tienen el lujo de hacerlo. Porque en otros países, en los países capitalistas del llamado Tercer Mundo, esa comedia toma la forma de una tragedia.
Además, no debemos olvidar que el voto universal y la posibilidad de crear formaciones sindicales y políticas fuera del marco burgués eran y siguen siendo exclusivamente el resultado de la lucha dura de los trabajadores, y no han sido regalados por nadie. Y que en la primera ocasión el Estado burgués se apresura a abolirlos, como lo vemos a pasar ahora de manera coordinada en toda la UE.
En el marco del dominio del capital, la caída del porcentaje de la ganancia conduce a políticas que tienen como objetivo y logran la mayor explotación de los trabajadores. Para enfrentar cualquier reacción en la reducción de los salarios, el aumento del horario laboral, el abatimiento del Bienestar Social, de la Salud y la Educación, la UE se blinda con leyes cada vez más autoritarios, limita el accionar sindical, prohíbe el accionar de Partidos Comunistas y organizaciones que cuestionan el sistema, criminaliza incluso la manifestación de “opiniones radicales”. En pocas palabras, la superestructura política y estatal de la burguesía revela cada vez más su carácter dictatorial, según la opinión marxista e incluso común.
Entonces, esa UE “pluralista” viene a reprender a Cuba porque en condiciones de una guerra declarada en realidad por los Estados Unidos, bajo la permanente amenaza de ataques terroristas y sabotajes, aplica leyes que prohíben a sus ciudadanos ser financiados y dirigidos por sus enemigos, leyes más suaves en comparación con aquellos que rigen en los Estados Unidos y en muchos países de la UE.
Incluso la UE oficial no puede negar que la inmensa mayoría del pueblo cubano apoya activamente la Revolución. Se trata de un pueblo informado (incluso por la propaganda enemiga), organizado y armado.
Hay muchos problemas y seguramente una sociedad socialista desarrollada presupone un nivel de vida que no existe en Cuba. Presupone un nivel de participación aún más elevado de los ciudadanos en el ejercicio del poder, en la toma de decisiones y en el control de su aplicación, y eso lo saben los cubanos, lo admiten y, sobre todo, lo aspiran.
Entonces, de ninguna manera nuestro criterio puede ser cuando hablamos de derechos humanos en Cuba las acusaciones hipócritas de la UE que tienen como objetivo el desarmamiento de la Revolución. Más aún, no puede ser un criterio la situación misma de los derechos humanos en la UE y en los Estados Unidos. En nuestros días, es obvio que el capitalismo no puede existir sino sólo a través de una reducción permanente de los derechos fundamentales, políticos y culturales y las conquistas de la gran mayoría de la población de la tierra, en un camino hacia una barbarie generalizada y una catástrofe ecológica.
Al contrario, el socialismo presupone tanto un nivel de bienestar como también un proceso de un desarrollo interminable en la participación, la creatividad, la integración de la personalidad de los ciudadanos tal que eventualmente por ahora no nos podemos imaginarlo.
Así, cualquier crítica que se haga a Cuba a través de la perspectiva socialista, pragmática y dialéctica, con respeto y gratitud por las luchas y los logros de su heroico pueblo, estoy seguro que es bienvenida y provechosa, para no decir necesaria.
Hoy en día es necesario fortalecer la lucha por poner fin al cruel bloqueo norteamericano, ejercer presión para que se adopte la resolución que se discutirá el 23 de junio en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

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