Del 15 al 21 de marzo de 2025, la ciudad de Santiago de Cuba se convertirá en el epicentro del cine documental con la celebración del XXII Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam. Este evento, que rinde homenaje al legado del destacado cineasta cubano Santiago Álvarez, ha establecido como una de sus principales características el compromiso con la reflexión crítica y el análisis profundo de la realidad a través del cine.
En esta edición, el festival tendrá como eje central la cinematografía cubana. Se presentará una cuidada selección de obras de realizadores locales que abordan con sensibilidad, profundidad y rigor los temas que conforman la rica y compleja realidad de Cuba y su gente. Desde sus inicios, el festival ha sido un espacio para mostrar la diversidad cultural y social del país. A través de estos documentales, se invita a los espectadores a explorar y reflexionar sobre las dinámicas sociales, políticas, históricas y culturales de la nación.
El evento también convoca a cineastas y documentalistas de todo el mundo a compartir sus perspectivas, sus visiones sobre las realidades que nos rodean, y a plasmar en sus obras las complejidades de los temas que afectan a nuestras sociedades. El festival se posiciona como un foro en el que el cine documental no solo se celebra como una forma artística, sino también como un acto de resistencia y reflexión .
En un mundo cada vez más saturado de contenidos que, a menudo, despojan a las realidades de su complejidad, este festival se erige como un espacio para el cine comprometido, aquel que da voz a las historias que necesitan ser escuchadas y que, a través de sus imágenes, se convierte en una herramienta de transformación social. En este sentido, se hace un llamado a un cine documental que no se conforme con las versiones oficiales de los hechos, sino que busque siempre ir más allá, revelando las voces y las luchas de los pueblos desde una perspectiva emancipadora y soberana.
La edición de 2025 será una oportunidad única para establecer un diálogo genuino entre los realizadores y los públicos. En este encuentro, las historias documentales no solo serán una forma de contar, sino una manera de comprender, de sentir y de reaccionar ante el mundo que nos rodea. En este contexto, el cine se convierte en un catalizador de reflexión crítica y, sobre todo, en una herramienta para la construcción de una visión más justa, plural y libre de los pueblos.