Díaz-Canel en CARICOM: El irrenunciable compromiso de Cuba con sus hermanos más próximos
Es un honor saludar a los líderes de nuestro Caribe, mar que compartimos como cuna y hogar desafiante, donde contamos las horas con más prisa, por la pasión que nos viene de su calor y su fuerza que pare huracanes, cada vez más frecuentes y destructivos y también por la elevación del nivel del mar, como consecuencia del cambio climático, que ni siquiera provocamos nosotros. Obedezco al corazón de mi pueblo, que manda emocionado agradecer primero a los anfitriones, porque estamos en Jamaica, donde, en los finales del siglo XIX, encontró asilo, lejos del odio de la metrópoli española, Mariana Grajales, la más brava de nuestras mujeres y Madre de la Patria, a quien “Dios ha investido con el grado de general”, según palabras de otra combatiente de primera línea, la esposa de su hijo Antonio, el insuperable Maceo. Aquí encontró refugio y recibió a José Martí, nuestra Mariana, quien murió en tierra jamaicana hace 125 años y reposa hoy en el cementerio patrimonial en Santiago de Cuba. Jamaica está muy cerca, geográfica, histórica y humanamente.