Quiero agradecer al hermano pueblo hondureño y, de manera especial, a la presidenta Xiomara Castro, su generosa hospitalidad y felicitarlos por el trabajo desempeñado al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, una organización constantemente amenazada por vientos divisionistas, que se han podido sortear con gestiones unitarias como la que nos convoca hoy aquí.
Frente a prácticas neocolonialistas que intentan reescribir la historia, reconfigurar la geografía o usurpar zonas de la soberanía nacional de algunos de nuestros países como el canal de Panamá, resulta crucial la preservación de la unidad regional y lograr que esta comunidad de estados siga siendo el espacio idóneo para la reafirmación de la identidad y cultura latinoamericanas y caribeñas y para la defensa de nuestros intereses comunes.