Señor Presidente:
Cuba avanza hacia la “lepra cero”, a través del “Programa Nacional de Lepra” y la ejecución de la estrategia mundial 2021-2030 contra esa enfermedad.
Si bien la lepra dejó de ser un problema de salud en Cuba desde 1993, cada año se diagnostican alrededor de 180 casos.
Por este motivo, las prioridades nacionales se enfocan en fortalecer la vigilancia, mejorar la prestación de servicios, desarrollar estrategias que promuevan entornos incluyentes y capacitar de forma continua al personal sanitario, los pacientes, los familiares y la comunidad en general.
Cada año la Organización Mundial de la Salud dona a nuestro país el tratamiento para la lepra, que ha demostrado una tasa de curación del 98%, a partir de su administración de manera ambulatoria y supervisada por el médico y la enfermera de la familia. Las fortalezas de la atención primaria de salud son un eslabón fundamental para el éxito de este tratamiento.
Como se indica en el Informe de la Relatora, Cuba participa de manera activa, junto a Brasil y Colombia, en las redes latinoamericanas centradas en la investigación de vacunas, la rehabilitación y el intercambio de datos sobre esta enfermedad.
Coincidimos con la Relatora Especial en que la cooperación internacional para enfrentar la lepra debe ir más allá de los modelos caritativos y basarse en la dignidad, la inclusión y la justicia social. Debemos reforzar las alianzas, los proyectos de cooperación, la creación de capacidades y la financiación sostenible.
La cooperación y solidaridad internacionales son fundamentales, no solo para el enfrentamiento a la lepra, sino para la realización del derecho a la salud de forma general.
Muchas gracias.