- ACTUAL DESPLIEGUE MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS EN EL CARIBE
La magnitud del actual despliegue militar de los Estados Unidos en el Caribe ha conmocionado a toda nuestra región.
Se trata de una presencia militar ofensiva que no se ha visto en el Caribe en décadas, desde la invasión de Granada por Estados Unidos en 1983.
Hay casi 16 mil soldados, marineros e infantes de marina desplegados actualmente en el Caribe, 8 buques de guerras, un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear, aviones de combate F-35, bombarderos B-52 y B-1, así como aviones de reconocimiento y de carga militar, entre otros medios y fuerzas.
La llegada del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y avanzado de los Estados Unidos, redesplegado desde el Mediterráneo, refleja la clara intención de demostrar la dominación estadounidense en el Caribe.
Desde el 2 de septiembre se iniciaron los ataques militares de Estados Unidos contra pequeñas embarcaciones en el sur del Mar Caribe, causando la muerte, hasta el momento, de casi 90 personas, con el pretexto de una campaña contra el narcotráfico.
Se trata de ejecuciones extrajudiciales, una grave violación de los derechos humanos. Estas son personas que los Estados Unidos califican como sospechosos del delito del tráfico de drogas, pero los asesina, negándoles su derecho al debido proceso.
Como parte de la escalada, Estados Unidos decretó unilateralmente el cierre del espacio aéreo de Venezuela.
El pasado 10 de diciembre, fuerzas militares de Estados Unidos asaltaron un buque petrolero mientras navegaba cerca de las costas de Venezuela.
Este acto de piratería y terrorismo marítimo constituye otra violación grave del Derecho Internacional.
Con acciones como esta, Estados Unidos busca impedir el legítimo derecho de Venezuela a utilizar y comercializar libremente sus recursos naturales con otras naciones, incluidos los suministros de petróleos a Cuba.
Ya durante el primer mandato de Donald Trump, Estados Unidos persiguió a barcos que transportaban combustible a nuestro país. Esta situación se agrava ahora con el uso de la fuerza militar.
- POSICIÓN HISTÓRICA DEL CARIBE EN APOYO A LA PAZ
Lo que está ocurriendo atenta gravemente contra la paz en el Caribe.
La defensa de la paz y estabilidad en el Caribe, sobre la base del respeto al Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, y el rechazo a bases militares extranjeras, ha sido un pilar fundamental de la identidad colectiva caribeña desde hace muchos años.
Esos principios han guiado la política exterior de la región y sus relaciones con el resto del mundo.
A los Estados caribeños nos ha unido por muchos años la convicción de que la paz y estabilidad regional es un bien compartido que ninguna potencia externa tiene derecho a comprometer.
Desde su surgimiento en 1973, CARICOM ha defendido la visión del Caribe como área de paz y libre de dominación militar extranjera.
Esa tradición de paz en el Caribe no es una abstracción ideológica, sino un requisito indispensable para la supervivencia económica. Para nuestras islas, la paz no es un lujo sino un pilar económico esencial.
A diferencia de grandes economías continentales, nuestras economías caribeñas son marcadamente abiertas y dependen de un entorno estable para garantizar el turismo, el comercio marítimo, el transporte, la pesca, la logística, y los servicios financieros.
El clima de inestabilidad afecta los flujos turísticos, paraliza las inversiones, encarece los seguros de transporte, y altera cadenas de suministro vitales, entre otras consecuencias negativas.
La militarización del Caribe no solo es incompatible con la paz y estabilidad regional, sino que también pone en grave peligro los medios de vida de los países caribeños.
- PROCLAMA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE COMO ZONA DE PAZ
Estos elementos explican el importante y activo papel que tuvimos los países caribeños en la adopción formal de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en la histórica II Cumbre de la CELAC, celebrada en Habana, en 2014.
En virtud de esa Proclama, nuestra región se comprometió a resolver las disputas siempre de manera pacífica y sin interferencia de potencias extrarregionales. Se reafirmó el compromiso colectivo con la soberanía, y el rechazo al uso o la amenaza de la fuerza
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha reconocido esta Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, como un ejemplo y referencia para otras regiones del mundo.
- NUEVA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS
Para comprender en toda su magnitud las razones del actual despliegue militar de los Estados Unidos en el Caribe, y la amenaza de inminentes acciones militares contra Venezuela, es imprescindible tener en cuenta la nueva estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos.
En esa nueva Estrategia, contenida en un documento de 33 páginas, publicado el pasado 5 de diciembre, se identifica como objetivo prioritario, y cito: "restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental”.
Es decir, la nueva Estrategia de Seguridad Nacional establece, con absoluta claridad, que la prioridad estratégica actual de los Estados Unidos es imponer su influencia y control en América Latina y el Caribe.
Esto marca una reorientación en la visión de seguridad nacional de ese país.
No se trata de una mera rectificación táctica, sino un cambio de paradigma. Estamos ante un punto de inflexión en la doctrina estratégica de los Estados Unidos.
Al declararse explícitamente el dominio del hemisferio occidental como condición para la seguridad nacional y prosperidad de los Estados Unidos; el Caribe, y con él países como Venezuela y Cuba, ya no son periferia, sino que pasan a convertirse en centro de la seguridad nacional estadounidense.
El Caribe, históricamente zona de tránsito, se convierte en un espacio de primacía estratégica de los Estados Unidos, donde se define el orden hemisférico y global.
En la nueva Estrategia se endosa abiertamente la infame Doctrina Monroe. Al respecto se plantea en ese documento y cito:
“Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la Doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestro territorio nacional y nuestro acceso a geografías clave en toda la región”.
- HISTORIA DE LA DOCTRINA MONROE
La Doctrina Monroe fue originalmente proclamada por los Estados Unidos en 1823.
En virtud de la misma, se identificó a América Latina y el Caribe como un área de influencia exclusiva de los Estados Unidos, y por tanto, vedada a otras potencias.
Esa doctrina niega el derecho de los países de la región a la autodeterminación y establece que la soberanía de estas naciones solo es válida mientras no interfiera con los intereses de los Estados Unidos.
Ello implica que los Estados Unidos se abroga el derecho de intervenir en los países latinoamericanos y caribeños cuando lo considere necesario, sin el consentimiento de sus gobiernos.
Al revivir la Doctrina Monroe, Estados Unidos evoca una larga historia de intervenciones militares y conspiraciones golpistas estadounidenses en nuestra región.
Bajo la Doctrina Monroe, tropas estadounidenses intervinieron durante los siglos XIX y XX en treinta de los treinta y tres países de América Latina y el Caribe (es decir, el 90% de los países), incluyendo en Cuba.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional, al identificar como nueva prioridad estratégica la hegemonía sobre América Latina y el Caribe, prevé un reajuste de la presencia militar global de los Estados Unidos para priorizar el despliegue en nuestro hemisferio.
- RECURSOS DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional establece que los abundantes recursos naturales de la región son parte del interés nacional estadounidense.
Uno de esos recursos es el petróleo. En América Latina y el Caribe está el 20% de las reservas mundiales de petróleo.
Estados Unidos prioriza ahora el cambio de régimen de Venezuela para asegurar el control de las mayores reservas de petróleo del mundo.
Venezuela con una enorme reserva de 303 mil millones de barriles de crudo, siendo el país con mayores reservas probadas de crudo del mundo. En Venezuela está una quinta parte de las reservas mundiales de petróleo.
El petróleo venezolano es clave para restaurar el dominio energético estadounidense, y el acceso a energía barata y abundante, objetivos que están explícitamente definidos en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional.
Estados Unidos produce petróleo, pero también necesita importar, especialmente el tipo de petróleo que produce Venezuela.
Estados Unidos mayormente produce crudo ligero, utilizado para fabricar gasolina.
El crudo pesado, como el de Venezuela, es crucial para determinados productos que se fabrican en el proceso de refinado, como el diésel y el asfalto.
Pero no es solo petróleo lo que le interesa a Estados Unidos en nuestra región. Busca controlar también las infraestructuras logísticas y otros recursos estratégicos claves.
En la región se encuentra el 60% del litio del mundo, 37% del cobre, 35% de la plata, 1/3 de las reservas mundiales de agua dulce, 31% de la superficie de pesca, más del 30% de los bosques primarios del planeta y 17% de las tierras raras, por solo citar algunos ejemplos.
Adicionalmente, la región cuenta con puntos geoestratégicos de vital importancia para los Estados Unidos, como el Canal de Panamá, el Mar Caribe y parte de la Antártida, entre otros.
- RELACIÓN AMÉRICA LATINA Y CARIBE CON CHINA
Se expresa también lo siguiente en la nueva Estrategia, y cito: “Negaremos a competidores no hemisféricos la capacidad de poseer o controlar activos estratégicamente vitales en nuestro hemisferio”.
Es decir, se anuncia que nuestra región es espacio de influencia exclusiva de los Estados Unidos.
Esta formulación establece un parámetro claro: ningún país del hemisferio puede alinearse con actores extra hemisféricos sin enfrentar consecuencias.
Claramente se trata de un posicionamiento geopolítico de los Estados Unidos contra China.
En los últimos años China ha avanzado de manera rápida y sostenida en la región, con inversiones y acuerdos económicos, comerciales y financieros.
En 2024, las transacciones comerciales entre nuestra región y China alcanzaron 520 mil millones de USD y se estima que podría alcanzar 700 mil millones en 2035.
Ya suman 21 países de la región que se han adherido formalmente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta y otros tienen acuerdos parciales con ese mecanismo.
El gobierno de los Estados Unidos pretende desplazar a China y convertir a América Latina y el Caribe en su “patio trasero”, apostando a la militarización y la injerencia directa.
- CONCLUSIONES
- Resulta claro que la actual masiva presencia naval, aérea y de inteligencia estadounidense en el Caribe, no puede interpretarse como un simple operativo militar coyuntural. Ese despliegue militar va mucho más allá de una campaña de presión temporal contra los gobiernos de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia y otros.
- El peligroso escenario que se ha conformado en el Caribe es el reflejo de la aplicación práctica de la Doctrina Monroe, que reaparece como elemento central de política exterior y seguridad nacional de los Estados Unidos.
- El actual despliegue militar envía un mensaje a toda la región: Estados Unidos utilizará todo el poder de su fuerza militar para garantizar que su voluntad prevalezca en el continente.
- De tal manera, un ataque militar a Venezuela sería en realidad un ataque a la soberanía de toda Latinoamérica y el Caribe. Una acción como esta tendría consecuencias incalculables para la paz, la seguridad y la estabilidad de toda nuestra región.
- En el actual escenario no solo se dirime el futuro de Venezuela, sino la propia identidad de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Está en juego el destino de nuestros países.
- Por eso es fundamental el rechazo y denuncia de la comunidad internacional contra la militarización del Caribe y las inminentes acciones militares contra Venezuela. La comunidad internacional debe movilizarse para detener una acción bélica contra Venezuela y defender la condición de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
