Un tributo a la eternidad acompañado de ofrendas florales del líder de la Revolución y General de Ejército, Raúl Castro Ruz, y del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, despidieron al expedicionario del yate Granma, el italiano Gino Doné.
La ceremonia militar de inhumación de las cenizas estuvo presidida por el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez; el Comandante del Ejército Rebelde, José Ramón Machado Ventura, el miembro del Buró Político del PCC, General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; entre otros dirigentes del Partido y el Gobierno.
En el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón y ante la presencia de dos expedicionarios de la gesta que llegó a Cuba justo el 2 de diciembre de 1956 para dar inicio a la lucha armada, los oradores reconocieron los méritos del venenciano Gino Doné, quien luchó contra las hordas fascistas en 1943, durante la 2ª Guerra Mundial.
El Héroe de la República, Fernando González Llort, Presidente del Instituto de Amistad con los Pueblos; lo llamó partisano comprometido y defensor de las causas justas, que contribuyó con la preparación y entrenamiento militar de la tropa del Yate.
«Y ese es el sentimiento y el compromiso que ha unido a muchos amigos en Italia y especialmente a la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba, de la cual Gino fue parte activa durante mucho tiempo. No es casual que, varios de sus círculos ostenten gloriosamente su nombre», precisó la máxima figura del ICAP.
Y destacó la palabras de Gino en su testamento político, al acentuar que a «A Fidel: Fidelidad» y por esa pasión hacia Cuba, se hizo un gran esfuerzo durante 15 años, posterior a su muerte en el año 2008, para lograr que sus cenizas reposaran definitivamente junto a sus compañeros de lucha en su preciada isla caribeña.
Algo que también señaló el Presidente de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba, Marco Papacci, al reconocer que cuando se le preguntó a Gino en México a quien debían avisar en caso de muerte, respondió que a nadie y solo quiso ser enterrado en Cuba. «Han pasado 67 años desde aquel día y 15 desde su muerte en Italia. Sus deseos hoy se han cumplido», patentizó el activista solidario.
En sus palabras destacó la vida y obra del luchador italiano, quien sintió gran admiración por Fidel Castro. Cerró su discurso afirmando sentirse orgulloso de haber realizado esta obra junto a sus compañeros de la organización.
De esa manera se expresó Iván Cadamuro, sobrino de Gino quien asistió a la actividad con su esposa y su pequeña hija. Prometió narrar la historia de su tío a los jóvenes italianos para que se conozca cómo el principio ideológico de solidaridad puede mover la esencia más profunda de las personas.
Fotos: Juvenal Balán
Granma