Señores Presidentes:
Apoyamos las intervenciones de Uganda, en representación del Movimiento de Países No Alineados, de la República Bolivariana de Venezuela, en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, y de Senegal, como Presidente del Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino.
Cuba ha sido consistente en su apoyo al pueblo Palestino y en la denuncia de las atrocidades cometidas por más de 75 años por Israel, la Potencia Ocupante, contra ese pueblo, al que han privado del ejercicio de sus derechos más elementales, incluido el derecho inalienable a la libre determinación.
De manera permanente, Cuba ha demandado una solución amplia, justa y duradera, sobre la base de la creación de dos Estados que permita al pueblo palestino ejercer su derecho a la libre determinación y a disponer de un Estado libre y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital y el retorno de los refugiados, como premisas indispensables para la solución del conflicto.
Hace solo unos días, Cuba participó en la Reunión Ministerial Extraordinaria del Grupo de la Haya, iniciativa de un grupo de Estados interesados en coordinar acciones dirigidas a obtener resultados palpables y avanzar en acciones urgentes para hacer efectivo el cese al fuego inmediato y permanente en la Franja de Gaza y la retirada de las fuerzas de ocupación israelí.
Nos hemos unido al llamado de la inmensa mayoría de la comunidad internacional para lograr una acción decisiva que ponga fin a una de las injusticias más prolongadas de nuestro tiempo, agravada en estos últimos dos años, en los que Israel ha perpetrado impunemente contra al pueblo de Palestina crímenes de lesa humanidad, castigos colectivos, Apartheid y genocidio, mostrando así un profundo desprecio por la vida humana.
El número de muertos, heridos, desplazados, así como la destrucción de hospitales, escuelas, mezquitas, entre otras infraestructuras civiles, en franca violación del Derecho Internacional Humanitario, nos coloca frente a una dolorosa realidad que lacera la conciencia de la humanidad.
La masacre perpetrada contra la bloqueada Gaza ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes, que ha sumido en el terror, la muerte y la destrucción masiva a ese territorio. Según informaciones dadas a conocer por Naciones Unidas, millones de civiles están atrapados en un espacio reducido, luchando contra el hambre, la enfermedad y el desplazamiento constante. En los últimos días, el Ministerio de Sanidad de Gaza ha registrado 101 muertes de palestinos por desnutrición, 15 de ellas en un período de 24 horas[1].
Según los datos recopilados por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, entre el 27 de mayo y el 21 de julio, 1054 palestinos murieron a manos del ejército israelí en Gaza mientras intentaban acceder a alimentos[2].
No podemos ver esta situación como simples cifras frías; si pensamos que cada número representa una vida, una historia, una familia destrozada. Ante ello, la comunidad internacional está urgida a salir de su inmovilismo.
Al propio tiempo, persisten las prácticas colonizadoras israelíes y se expande su violencia en Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental. No podemos permitir que los asentamientos ilegales y la represión se normalicen, así como los irresponsables intentos de anexionar los territorios que ya ocupa ilegalmente.
Excelencias:
Es imposible hablar de la situación en Palestina, sin denunciar la complicidad histórica del gobierno de los Estados Unidos, quien es responsable también del genocidio, al utilizar de manera reiterada su derecho al veto en el Consejo de Seguridad para impedir la implementación de un cese al fuego que detenga la masacre y haga valer la demanda de la comunidad internacional.
La parálisis del Consejo de Seguridad es una afrenta, aprovechada por Israel para continuar con su política criminal sin temor a las consecuencias. Urgen acciones concretas en este órgano para frenar el genocidio en curso, permitir la entrega de ayuda humanitaria suficiente y sin restricciones, y garantizar el trabajo vital de UNRWA.
Más de 145 países ya reconocen al Estado de Palestina, una cifra que debe aumentar hasta que se revierta la injusticia histórica. La admisión plena de Palestina como Estado miembro de la ONU no resiste más dilación.
Estimados colegas:
El tiempo de las declaraciones ha terminado. Es vital que se inicie la reconstrucción de Gaza, se creen las condiciones para el regreso de los desplazados, se retiren, de forma total e incondicional, las fuerzas de ocupación israelíes y se cumpla con lo dispuesto en los acuerdos alcanzados entre las partes.
La aspiración de que este foro brinde perspectivas reales para una solución justa, permanente y duradera del conflicto es compartida por millones de personas en el mundo. No los defraudemos.
La justicia para Palestina no puede esperar más. Actuemos con la urgencia que la humanidad demanda, que el pueblo palestino necesita, como condición ineludible para alcanzar una paz justa, duradera y permanente en Oriente Medio.
Muchas gracias.