Sr. Presidente,
Cuba se asocia a la intervención realizada por Uruguay en nombre del Grupo de países de América Latina y el Caribe.
Otorgamos particular importancia a la conmemoración cada año del Día Internacional de Recordación a las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Transatlántica de Esclavos, tema de especial sensibilidad para el pueblo cubano. En tal sentido, hemos apoyado las resoluciones 61/19 y 70/7 de la Asamblea General, en virtud de las cuales se conmemoró el Bicentenario de la abolición de la trata transatlántica de esclavos; se designó este Día Internacional y se instituyó el Memorial Permanente.
Más de 200 años han transcurrido desde que se iniciaran las luchas por la independencia en las antiguas colonias americanas que terminaron con la esclavitud, pero sería un imperdonable error histórico ignorar o pretender olvidar el pasado.
Las otrora potencias coloniales de Europa, con la introducción de la trata de esclavos en el hemisferio occidental, cometieron un crimen de lesa humanidad que no prescribe. No puede olvidarse la terrible suerte corrida por millones de hombres, mujeres y niños que durante más de cuatro siglos fueron arrancados de sus patrias en África y transportados por la fuerza a las Américas.
Los grandes beneficiarios de la conquista y la colonización, de la esclavitud y el comercio de esclavos, deben asumir su responsabilidad y la indemnización por los horrendos crímenes cometidos.
Resulta un imperativo dar cumplimiento a los preceptos establecidos en la Declaración de Durban, en particular en sus párrafos 98 al 102, así como de las acciones incluidas en su Programa de Acción, relativos a la enseñanza y la comprensión de la verdad histórica sobre esta tragedia, el restablecimiento de la dignidad de las víctimas y la reparación e indemnización por los daños humanos causados.
Sr. Presidente,
Con creciente preocupación observamos que la esclavitud no constituye un fenómeno del pasado. En pleno siglo XXI, casi 40 millones de personas se ven sometidas a condiciones similares. Y duele constatar, como han alertado la Organización Internacional del Trabajo y otras agencias internacionales, que los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en particular la Meta 8.7, no podrán ser cumplidos a menos que se intensifiquen en forma drástica los esfuerzos para eliminar la esclavitud moderna, como consecuencia de la cual cada año millones de mujeres, hombres y niños se convierten en víctimas de este y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Cuba reitera su llamado a la comunidad internacional para adoptar medidas urgentes que pongan fin a las formas contemporáneas de esclavitud y otras prácticas análogas, que constituyen violaciones flagrantes de los derechos humanos de las personas afectadas.
Sr. Presidente,
El tema central de esta sesión “Triunfos y Luchas por la Libertad y la Igualdad”, nos recuerda que este año conmemoraremos el aniversario 227 del inicio de la primera revolución social victoriosa en América Latina, la Revolución de Haití, cuyo propósito fundamental fue poner fin al oprobioso régimen de la esclavitud. Aquel movimiento se multiplicó en los demás territorios coloniales de Nuestra América, los cuales incorporaron a sus objetivos independentistas la abolición de esa inhumana condición.
Así fue también en Cuba, a donde arribaron alrededor de un millón 300 mil africanos en condición de esclavos. Ellos y sus descendientes fueron actores principales en las distintas etapas de nuestras luchas por la definitiva liberación y contribuyeron extraordinariamente a la formación de nuestra nacionalidad y nuestra cultura. De ellos heredamos el espíritu combativo y el amor por la libertad que nos caracteriza.
Sirva esta recordación como acicate para no olvidar la historia y el legado de aquellos padres fundadores de nuestra libertad, y para recordar a la comunidad internacional su obligación moral de contribuir a reparar el crimen cometido.
Muchas gracias.