Por: James P. McGovern y José Ramón Cabañas Noviembre 9 de 2018
Esta semana, JetBlue comenzó un nuevo vuelo directo entre el Boston Logan Airport y el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana.
La nueva ruta trae consigo nuevas oportunidades para una colaboración y cooperación incrementadas entre el pueblo de Massachusetts y Cuba — pero también sirve como recordatorio de que las relaciones entre las dos naciones están atadas de pies y manos producto del embargo vigente por décadas, que ha sobrevivido su propósito original e impide el progreso en nuestros dos países.
La mayoría de los estadounidenses — los cubanos americanos en particular — y los cubanos, así como casi todos los países del mundo, consideran que el embargo estadounidense debe terminar. Su continuidad aísla a los Estados Unidos del resto del mundo y nuestros socios en todo el hemisferio. Solo el Congreso puede cambiar esto, y creemos que ahora es el momento para accionar de manera osada y decisiva, y poner fin al embargo de una vez y por toda.
Proyectos de ley para facilitar mayores ventas de productos agrícolas a Cuba, poner fin a las restricciones de viaje por parte de Estados Unidos, y levantar el embargo, han sido presentados ante la Cámara de Representantes y el Senado. El próximo Congreso debe avanzar uno o más de estos proyectos de ley. Y nosotros creemos que las relaciones de larga data entre Massachusetts y Cuba pueden servir como mapa para que nuestros dos países se redescubran y aprendan de los errores del pasado. Al trabajar juntos, el pueblo de Massachusetts y el pueblo de Cuba solo se pueden beneficiar del compromiso y la sociedad ininterrumpida entre ambos.
Hará más de un siglo, cerca de 1 300 profesores cubanos cursaron estudios de verano en la Universidad de Harvard, implementando lo aprendido para fortalecer el sistema cubano de escuelas públicas. Un siglo después, en abril del 2000, los Representantes Joe Moakley de Boston y Jim McGovern de Worcester acompañaron a directivos y miembros de los claustros de 21 universidades y colegios de Massachusetts en un viaje a Cuba, ocasión en la que exploraron la posibilidad de constatar programas de intercambio académico, investigativos, y para estudiantes en el exterior.
La relación entre el pueblo de Cuba y Massachusetts es profunda y sincera. La educación siempre ha sido un elemento clave de nuestra asociación, pero la investigación, el comercio y el turismo también han jugado su papel.
Los inversionistas de Massachusetts tenían participación en la industria azucarera cubana. The Arnold Arboretum, vivero con fines científicos, apoyó al jardín botánico de Cienfuegos por muchos años. Por décadas, los viajeros de Massachusetts vacacionaron en Cuba, y cubanos acaudalados estudiaron y enseñaron en universidades de Massachusetts.
Luego del triunfo de la Revolución cubana en 1959, la prohibición sobre el comercio y los viajes impuesta a comienzos de la década de 1960 quebraron estos lazos. El embargo de la Guerra Fría tenía como propósito aislar a Cuba y causar daño a su economía; pero es con mucha frecuencia que olvidamos que la ruptura rompió lazos de larga data y causó daño a Massachusetts también.
Lentamente, esos lazos se están reconstruyendo. Las tensiones de la Guerra Fría desaparecieron — aunque no así la prohibición sobre los viajes y el comercio que, a pesar de haberse relajado de manera intermitente, nunca se ha levantado. Los lazos académicos han comenzado a incrementarse a raíz de que administraciones de los Estados Unidos han permitido que académicos cubanos visiten las universidades de Massachusetts, y que académicos estadounidenses visiten Cuba. La relajación de la prohibición sobre los intercambios de estudiantes le ha permitido a las escuelas de Massachusetts reconstruir los programas de estudio en el exterior, de manera que hoy más de una docena de colegios, universidades y programas de este tipo en la Mancomunidad envían estudiantes a Cuba. Recientemente, la Northeastern University lanzó el programa de cooperación en Cuba. Y el número de graduados cubanos y profesores de universidades de Massachusetts va creciendo de manera paulatina.
Una iniciativa específica con la cual cada uno de nosotros ha estado profundamente comprometido es el esfuerzo para conservar y restaurar la casa en Cuba del autor e ícono estadounidense Ernest Hemingway, la Finca Vigía. Un grupo de académicos, conservadores, arquitectos, proyectistas y otros expertos estadounidenses trabajaron con sus contrapartes cubanas — dentro y fuera del gobierno — para salvar esta preciada pieza de historia compartida. La difunta Jenny Phillips, nieta del editor de Hemingway Max Perkins, jugó un papel decisivo en nuestros esfuerzos. Por más de una década, cubanos y estadounidenses trabajaron juntos, a pesar del embargo, para retornarle vida a la casa de Hemingway antes de que se perdiese para siempre.
Mientras que el bloqueo de los Estados Unidos continua prohibiendo la mayoría del comercio con Cuba, los negocios de Massachusetts— incluidos la creciente industria biotecnológica, los dispositivos médicos, y los sectores de investigaciones médicas — miran al futuro. Cuba busca expandir el comercio y la investigación con los Estados Unidos y abrir algunas áreas a la inversión, mientras que líderes de negocios de Massachusetts han visitado Cuba para explorar las posibilidades.
Esto no significa que no tengamos nuestras diferencias.
Conocemos que los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos tienen opiniones diferentes sobre cómo manejar sus economías, sobre en qué constituye la democracia plena, sobre como promover y respetar los derechos humanos, y sobre otros temas. Creemos que podemos y debemos debatir estas diferencias, aprender a entendernos mejor y sí, ser capaces de aprender los unos de los otros.
El bloqueo no tiene sentido — es un remanente de la Guerra Fría que necesita eliminarse. Daña al pueblo cubano y limita su potencial para diseñar y participar en una economía más moderna. También limita a los ciudadanos estadounidenses de viajar y hacer negocios donde ellos elijan.
La mayoría de los estadounidenses — los cubanos Americanos en particular — y los cubanos, así como casi todos los países del mundo, consideran que el embargo estadounidense debe terminar.
Debemos continuar trabajando para mejorar las relaciones bilaterales, con la buena voluntad y el respeto mutuos, en eras del beneficio de nuestros países y pueblos.
Esperamos que este nuevo vuelo de JetBlue constituya un paso más hacia la reconstrucción de las relaciones y hacia la continuidad de ese viaje de descubrimiento entre Massachusetts y Cuba.
James P. McGovern es Representante estadounidense por Massachusetts. José Ramón Cabañas es el embajador de Cuba ante los Estados Unidos.