Ayuda médica de Cuba a Italia, una experiencia de hondo valor humano (+Fotos y video)

Por Frank González

Roma, 11 may (Prensa Latina) Para el médico cubano José Enrique Ortiz, ayudar a combatir la Covid-19 en Italia es una experiencia de profunda significación humana, cuyas huellas lo acompañarán seguramente por el resto de su vida.

Ayuda médica de Cuba a Italia, una experiencia de hondo valor humano Un mes y medio después de compartir con colegas italianos la hermosa labor de salvar vidas, el galeno de 32 años dialoga con Prensa Latina sobre sus vivencias en el enfrentamiento al nuevo coronavirus en Crema, ciudad de unos 34 mil habitantes situada en la región de Lombardía.

Especialista en Medicina General Integral y Medicina Interna, Ortiz llegó a Crema el 22 de marzo último junto con otros 51 colaboradores de la salud miembros del 'Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, Henry Reeve'.

Integrantes de esa organización creada en 2005 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, participaron desde entonces en misiones de socorro en una veintena de países por las cuales recibieron numerosos reconocimientos, entre ellos el de la Organización Mundial de la Salud.

Con su conocida disposición, vocación humanista y profesionalidad, mil 450 profesionales de la salud pertenecientes a esa agrupación participan en el combate a la Covid-19 en 22 naciones de Europa, África, Medio Oriente, América Latina y el Caribe, organizados en 23 brigadas, dos de ellas en Italia.

Aunque el joven galeno pertenece desde hace algún tiempo al Contingente, esta es su primera misión, oportunidad con la cual confiesa soñó desde su época de estudiante de medicina, aunque nunca imaginó fuera en un país del llamado 'Primer Mundo'.

De su labor en el hospital de campaña construido por el ejército italiano en los predios del nosocomio principal de Crema, Ortiz menciona como le impactó el sufrimiento de los pacientes, muchos de ellos devastados por la tragedia, más allá de padecer la enfermedad.

Tal fue el caso de una mujer de 80 años de edad quien tras perder a su esposo, hijo y nieto como consecuencia de la epidemia, pedía que la dejaran morir, situación ante la cual 'tienes que sacar fuerzas para explicarle, animarla, porque además, es tu trabajo, no puedes solamente tocarle el hombro y decirle, tranquila'.

Al comentar sobre ese 'caso extremo' y otros de pacientes golpeados también por la pérdida de familiares, el joven profesional cubano de la salud se refirió, además, al sufrimiento adicional que implica para los enfermos y sus allegados las condiciones de aislamiento en las cuales transcurre el período de hospitalización.

Por eso, apuntó, cada paciente curado 'es un logro' que reconforta, lo cual 'es maravilloso' y 'maravilloso también ver la reacción de los familiares cuando recogen a los pacientes dados de alta', después de días y semanas de distanciamiento.

Entre otros aspectos de esta experiencia en Italia, Ortiz destacó las muestras de agradecimiento y afecto, las buenas relaciones con sus colegas italianos y la posibilidad de constatar, a nivel internacional, la calidad de la preparación recibida en Cuba durante su formación como médico.

(Tomado de Prensa Latina)

 

 

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