Señor Presidente:
Nuestro país reitera su inquebrantable voluntad de combatir el terrorismo y manifiesta su firme rechazo y condena a todos los actos, métodos y prácticas terroristas en todas sus formas y manifestaciones, sean cuales fueren sus motivaciones, incluido el terrorismo de Estado.
Cuba, en cumplimiento de los 18 convenios internacionales relativos al terrorismo de los que es Estado Parte, ha puesto en vigor medidas legales relevantes, como la Ley 93 contra actos de terrorismo.
El pueblo cubano ha sufrido en carne propia las consecuencias de actos terroristas, organizados, financiados y ejecutados desde el extranjero, con un saldo de 3.478 muertos y 2099 discapacitados.
El gobierno cubano nunca ha permitido, ni permitirá la utilización de su territorio nacional para realizar, planificar, alentar, encubrir o financiar actos de terrorismo contra ningún otro Estado, sin excepción de ningún tipo.
Señor Presidente:
Nuestro país respalda la adopción de una convención general sobre terrorismo y favorece la convocatoria de una conferencia internacional, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, que brinde una respuesta multilateralmente concertada al terrorismo. Rechazamos y condenamos los dobles raseros y la selectividad en el tratamiento de este tema.
La lucha contra el terrorismo no puede ser utilizada como pretexto para la injerencia y el intervencionismo, la agresión, ni las violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos.
Reclamamos el cese del financiamiento, equipamiento, adiestramiento, suministro de armas y el apoyo de todo tipo a grupos terroristas.
Señor Presidente:
A la luz de la militarización del ciberespacio, la proliferación del ciberdelito y el ciberterrorismo, resulta cada vez más urgente que los Estados aseguren que la tecnología de la información y las comunicaciones, Internet, la televisión, la radio y otros componentes de su infraestructura crítica, no sean utilizados por grupos terroristas.
Como resultado de la creciente interconectividad, las infraestructuras de información esenciales están hoy expuestas a un número cada vez mayor y más variado de amenazas y vulnerabilidades que plantean nuevos problemas de seguridad. El empleo por parte de actores estatales y no estatales, de las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones,con propósitos incompatibles con la paz y la seguridad internacionales, es un grave problema que requiere el esfuerzo de todos los Estados.
El empleo encubierto e ilegal, por individuos, organizaciones y Estados, de los sistemas informáticos de otras naciones para agredir a terceros países, tiene potencial para generar graves conflictos. La cooperación mancomunada entre todos los Estados para lograr la seguridad cibernética y la protección de las infraestructuras críticas mediante el apoyo a los esfuerzos realizados a nivel nacional para mejorar la capacidad humana, crear más oportunidades de aprendizaje y empleo, mejorar los servicios públicos y elevar la calidad de vida de la población, es el único camino para prevenir y enfrentar estas amenazas.
Es crucial lograr un instrumento internacional legalmente vinculante, dentro del sistema de las Naciones Unidas, que regule el empleo de las TICs y asegure su utilización de conformidad con el Derecho Internacional y, en particular, la Carta de las Naciones Unidas.
Muchas gracias.