Señor Presidente,
La vigencia del Programa de Acción de la Conferencia Internacional de la Población y el Desarrollo, 20 años después de su adopción, resulta incuestionable.
El crecimiento de la población mundial correspondió en lo esencial a los países en desarrollo. Sin embargo, la riqueza mundial se concentró aún más en el mundo industrializado.
La crisis sistémica y multidimensional generada en los países desarrollados, se siente con más fuerza en los países en desarrollo, donde se concentra la mayoría de la población mundial y también la pobreza.
El sistema de relaciones internacionales imperante es injusto y desigual; la brecha entre países desarrollados y en desarrollo, y entre ricos y pobres se ha ampliado.
Millones de seres humanos, particularmente en los países del Sur, quienes son víctimas del hambre y el analfabetismo, no pueden acceder a servicios básicos de salud y a una vivienda adecuada. La pobreza les niega una vida digna.
Los seres humanos desapareceríamos si estallara una mínima parte de los enormes arsenales nucleares cuya mera existencia es una grave amenaza.
Los países más ricos expolian los recursos no renovables del planeta e imponen insostenibles patrones de producción y consumo, agravando el Cambio climático que pone en peligro la preservación de nuestra especie.
Señor Presidente,
La Revolución Cubana garantizó el ejercicio de todos los derechos humanos a su pueblo, incluido el derecho a una salud sexual y reproductiva que comprende la planificación familiar, la educación sexual, la despenalización del aborto y la igualdad entre mujeres y hombres.
Los Lineamientos de la Política Económica y Social del País, continúan otorgando especial relevancia a los derechos sexuales y reproductivos de toda la población y a la dinámica demográfica, con especial atención al estímulo a la natalidad y la respuesta al envejecimiento poblacional.
La aplicación del Programa Nacional de seguimiento a los acuerdos del Cairo y toda la estrategia nacional en materia de dinámica poblacional, se ven gravemente afectados por el genocida bloqueo económico, comercial y financiero sostenido y agravado por sucesivas administraciones estadounidenses contra el pueblo cubano.
Señor Presidente,
Ratificamos nuestra voluntad de continuar haciendo realidad nuestro compromiso con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo más allá del 2014, y con el Consenso de Montevideo, que constituye un referente para lograr los objetivos y metas aprobados en El Cairo.
Muchas gracias.