Sr. Secretario General Ban Ki-moon,
Excelencias,
“… una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre (…) la solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan (…) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra (...) Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación”.
Las ideas que mencioné fueron expresadas por el líder histórico de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz, en ocasión de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, en 1992.
Entonces algunas personas pensaron que exageraba y otros lo consideraron profético. Veintidós años después, sus palabras tienen plena vigencia, como confirma la evidencia científica inobjetable. El planeta requiere, cada vez con mayor premura, medidas urgentes y efectivas antes de que la situación sea irreversible.
El cambio climático es inequívoco, y la influencia del hombre, cada vez más clara. Disminuyen los hielos sobre la Tierra; aumenta la temperatura global de la superficie y paulatinamente sube el nivel del mar; son numerosos los fenómenos asociados a un clima extremo y se van revelando los efectos de la acidificación de los mares y océanos. Las emisiones mundiales de los gases de efecto invernadero causantes del calentamiento, no han detenido su crecimiento en las últimas cuatro décadas.
A corto plazo los Pequeños Estados Insulares serían los más vulnerables ante el cambio climático. Así se reiteró en la recién concluida Conferencia de Samoa.
Nos corresponde a todos buscar con urgencia solución a esta realidad, sobre la base de nuestras responsabilidades comunes pero diferenciadas. Ello requiere de la voluntad política real de los países desarrollados, los cuales tienen la responsabilidad histórica y disponen de mayores capacidades.
Sr. Presidente:
La causa esencial de la crisis ambiental global, incluido el cambio climático, continúa siendo la irracionalidad e insostenibilidad de los patrones de producción y consumo que sustentan un sistema de dominación económica capitalista generador de mayor desigualdad y pobreza.
¿Cómo hablar de sostenibilidad en un mundo donde el 1 por ciento de la población más rica del planeta concentra el 50 por ciento de la riqueza mundial o cuando las 85 personas más acaudaladas del planeta poseen el equivalente a los recursos económicos de los 3 570 millones de habitantes más pobres, los cuales representan la mitad de la población mundial?
En los países subdesarrollados, aproximadamente una de cada 5 personas vive con menos de 1,25 dólares al día, y casi 1 500 millones de personas en 91 de estos países viven en situación de pobreza multidimensional, con carencias concurrentes en salud, educación y nivel de vida, según las últimas estimaciones.
Paralelamente, 842 millones de personas, cerca de 1 de cada 8 habitantes del planeta, padecieron hambre crónica entre el 2011 y 2013. La inmensa mayoría de ellas, 827 millones, vive en países subdesarrollados, donde la prevalencia de la subalimentación afecta actualmente al 14,3 % de la población, según la FAO.
Es indiscutible la responsabilidad de los países industrializados con la situación de pobreza en muchos países del Sur. Ellos impusieron la liberalización comercial entre actores desiguales y las recetas financieras de ajuste estructural. Sus transnacionales agroalimentarias, que monopolizan la cadena de producción, distribución y consumo, y promovieron la producción de transgénicos en importantes regiones productoras de alimentos, provocaron la ruina de pequeños productores y convirtieron en importadores netos a países que antes se autoabastecían y exportaban alimentos.
El cambio climático agravará los problemas ambientales globales acumulados, inclusive la pobreza y la inseguridad alimentaria. La carencia de medidas efectivas y de financiamiento internacional necesario para erradicarlos, contrasta con el irracional gasto militar impuesto al mundo, que en el año 2012 alcanzó la cifra de 1 756 billones de dólares. Solo a Estados Unidos, correspondió el 37 por ciento de ese monto.
No puede concebirse el enfrentamiento al cambio climático, sin proponernos siquiera abordar sus causas primarias. Tampoco podría concebirse sin un combate más decidido contra la pobreza y la desigualdad. Sabemos que el mercado no resolverá ninguno de estos problemas.
Una mayor participación de los países en desarrollo en los esfuerzos globales de reducción de emisiones tiene que ser proporcional al establecimiento de compromisos no condicionados en materia de financiamiento, transferencia de tecnología y creación de capacidades por parte de los países industrializados. Ello garantizaría una solución justa y equitativa a este sensible problema global.
El enfrentamiento al cambio climático no puede comprometer el desarrollo económico y social de nuestros pueblos ni los esfuerzos de erradicación de la pobreza, prioridad de la nueva agenda de desarrollo posterior al 2015.
Este evento de alto nivel debe apoyar los esfuerzos intergubernamentales que se realizan bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Con la participación de todos los Estados Partes, esperamos adoptar un nuevo acuerdo el próximo año, sustentado en los principios de la Convención; y que incorpore acciones de mitigación y de adaptación.
Sr. Presidente,
Cuba realiza numerosos esfuerzos para combatir el cambio climático; a pesar de las limitaciones que a la nación impone el ilegal bloqueo económico, comercial y especialmente financiero, impuesto por el gobierno de los Estados Unidos.
En este marco, Cuba avanza en su Programa Nacional de Enfrentamiento al Cambio Climático, que prioriza las medidas en la zona costera del archipiélago e incorpora la adaptación a través de otros programas afines; como los de seguridad alimentaria, manejo integral del agua, ordenamiento territorial, la prevención sanitaria, la reforestación, entre otros.
Hemos adoptado medidas adicionales para ahorrar energía, tanto en el sector industrial como en el residencial. Se ha previsto que más de la mitad del crecimiento en la generación eléctrica se produzca a partir de fuentes renovables.
Desde el 2007, nuestros científicos han intensificado las investigaciones en materia de peligros y vulnerabilidad costera, actual y perspectivos, con especial atención al ascenso del nivel del mar durante este siglo. Cuba está dispuesta a compartir sus modestos resultados en este campo.
En el 2013, la generación de electricidad con energía hidráulica, solar y eólica, contribuyó a que se dejaran de emitir más de 114 mil toneladas de CO2.
Para el 2030, se espera que las energías renovables representen el 24 por ciento del total de generación en el país, actualmente dependiente de los hidrocarburos en un 96 por ciento, y se prevé que más de la mitad del crecimiento en la generación eléctrica se produzca a partir de estas fuentes.
Excelencias,
Se requieren ingentes esfuerzos y compromisos claros. Se requiere la voluntad política real de los gobiernos de los Estados industrializados, que definitivamente compartirán el destino del empobrecido Sur.
Trabajaremos por lograr un acuerdo ambicioso, justo y balanceado. Será necesario atender las legítimas reivindicaciones de los países del Sur para hacer prevalecer los derechos de toda la humanidad, incluido el derecho a la vida, a la paz, a la alimentación y al desarrollo.
Muchas gracias.