Señor Presidente:
El surgimiento del Consejo de Derechos Humanos fue resultado de la necesidad de enfrentar los dobles raseros, la confrontación y la manipulación política de la antigua Comisión de Derechos Humanos. Estas prácticas, que desacreditaron a la antigua Comisión de Derechos Humanos, no deben volver a entronizarse en un órgano creado para revertirlas. Ese ha sido y seguirá siendo el reclamo de Cuba, nacido del convencimiento que no es esa la mejor manera de contribuir a promover y proteger los derechos humanos.
Lamentamos que el Informe del Consejo de Derechos Humanos, que hoy se nos presenta, siga reflejando una tendencia a la utilización de enfoques punitivos y tratamiento selectivo en la consideración de las diversas situaciones de derechos humanos. Lejos estamos aún de poner en el centro de nuestro accionar en este tema, la cooperación y el diálogo respetuoso, que deberían guiar los trabajos de este órgano.
Abogamos porque se dé al Examen Periódico Universal el reconocimiento y la importancia que le corresponde, como único mecanismo universal existente para el análisis integral de la situación de derechos humanos en todos los países. Recordemos que, cuando acordamos instituir este mecanismo que distingue de manera esencial al Consejo de Derechos Humanos de su predecesora, lo hicimos convencidos de que de esta manera dotábamos a este órgano de un medio para la cooperación internacional en materia de derechos humanos, sobre la base del diálogo constructivo y el respeto a los principios de universalidad, objetividad, imparcialidad y no selectividad. La defensa de estos principios no debe ser un mero compromiso verbal, sino una práctica cotidiana si queremos realmente que el Consejo contribuya a promover avances en la promoción y protección de los derechos humanos a escala global.
Señor Presidente:
Los temas de competencia del Consejo son múltiples y diversos, y todos contribuyen de alguna manera al propósito fundamental de este órgano. Para lograr una efectiva protección de los derechos humanos debemos seguir abogando por un orden económico y político internacional democrático y equitativo, que sustituya el actual que es injusto y excluyente.
Tampoco está fuera de la competencia del Consejo el análisis del impacto que tienen en la protección de los derechos humanos la imposición de medidas coercitivas unilaterales, y el consecuente rechazo a tales prácticas. El perjudicial impacto que ha tenido sobre Cuba una política de bloqueo que dura más de 50 años, es el ejemplo fehaciente de la importancia de abordar y evaluar el alcance de medidas de esta naturaleza.
Seguiremos trabajando denodadamente, dentro de un grupo de países con similar interés, para promover que el Consejo logre la reivindicación del derecho a la solidaridad internacional. Esta es una tarea impostergable, si queremos estar en mejores condiciones para enfrentar los graves desafíos que plantean las profundas crisis económica, financiera, energética, ambiental y alimentaria que afectan al planeta.
Asimismo, seguiremos abogando porque los procedimientos especiales del Consejo observen un estricto respeto a los principios de la objetividad y la imparcialidad, así como al Código de Conducta adoptado durante el proceso de construcción institucional del Consejo. La labor de los órganos de tratado de derechos humanos debe realizarse bajo la observación de pautas similares.
Señor Presidente:
Cuba seguirá trabajando en la promoción de los derechos de los pueblos a la libre determinación, a la paz y al desarrollo, por la realización del derecho a la alimentación, por el establecimiento de un orden internacional democrático y equitativo, en el combate al racismo, la xenofobia y todas las formas de discriminación, por la realización de los derechos culturales y el respeto a la diversidad.
Cuba, ratifica su compromiso imperecedero con la promoción y respeto de todos los derechos humanos para todos.
Muchas gracias.