70 AGNU: Intervención de la Representante Permanente Alterna de Cuba, Embajadora Ana Silvia Rodríguez Abascal en la Reunión Especial en conmemoración del trigésimo aniversario de la catástrofe de Chernobyl.

 
Señor Presidente,
 
Hoy conmemoramos 30 años de la terrible catástrofe de la Planta Nuclear de Chernóbil que cambió el cauce de miles de vidas, particularmente niños, en las áreas afectadas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia. 
 
En 1990 se planteó por primera vez en las Naciones Unidas el accidente nuclear y desde entonces, la comunidad internacional ha estado prestando asistencia humanitaria a la población que sufre sus consecuencias. 
 
Chernóbil es, por tanto, no solo un nombre vinculado únicamente a la tragedia, sino también, vinculado a la respuesta mundial, a la realización de la cooperación internacional como propósito de las Naciones Unidas establecido en el artículo 1.3 de la Carta.
 
Señor Presidente,
 
Cuba fue de los primeros Estados en responder a la petición de asistencia internacional. A principios de 1990 especialistas cubanos visitaron Ucrania con el objetivo de determinar el tipo de asistencia que podría ser proporcionada. El 29 de marzo de ese año, los primeros 139 niños afectados arribaron a la isla para recibir tratamiento médico.
 
A partir de ese momento, un masivo y gratuito programa integral de salud comenzó con la finalidad de proporcionar tratamiento en Cuba a los niños afectados por esta catátrofe.
 
Como parte de ese programa humanitario, que tiene 26 años ya, más de 25.395 personas afectadas de varios países, entre ellos más de 21.340 niños en su mayoría procedentes de Ucrania, han recibido tratamiento en Cuba. 
 
Este programa de asistencia también ha tenido un impacto científico ya que importantes datos de contaminación interna en infantes de las zonas afectadas han sido recogidos. Esta información se ha difundido en importantes eventos científicos y ha sido utilizada por los organismos del Sistema de las Naciones Unidas, como el Organismo Internacional de la Energía Atómica  y el Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los Efectos de las Radiaciones Atómicas.
 
Cuba no da lo que tiene en exceso, sino que comparte lo que posee. El programa para el tratamiento de los niños afectados por la catástrofe de Chernóbil es un ejemplo más de nuestra política humanitaria e internacionalista.
 
Muchas gracias