Señor Presidente:
Le agradecemos la convocatoria de este debate y apoyamos sus esfuerzos para impulsar las negociaciones sobre la reforma del Consejo de Seguridad.
La Asamblea General ha debatido durante más de veinte años sobre este asunto, que ha sido importante e indispensable para plantear las posturas de los países y fomentar una mejor comprensión sobre la urgencia de la reforma del Consejo de Seguridad.
Es difícil sostener el status quo a casi siete décadas de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas, sin tener en cuenta la enorme evolución política, social y económica que ha experimentado la historia de la humanidad durante ese tiempo.
Cuba reitera la necesidad de convertir el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en una institución democrática, transparente y representativa, con la que los 193 Estados miembros de la ONU se sientan realmente representados y reconozcan plena legitimidad en la disposición del Artículo 24 de la Carta, que confiere al Consejo la responsabilidad de actuar a nombre de ellos.
Lo anterior requiere cumplir cabalmente el mandato conferido por la Asamblea General a través de varias decisiones, incluida la más reciente del 17 de septiembre, sobre la cuestión de la representación equitativa en el Consejo de Seguridad y del aumento del número de sus miembros y cuestiones conexas. Agradecemos los esfuerzos en este sentido, Señor Presidente, de su predecesor y del Representante Permanente de Jamaica.
Las rondas de discusiones celebradas hasta ahora y las compilaciones de posiciones que han producido confirman, a nuestro juicio, que la inmensa mayoría de los Estados Miembros apoya, como mínimo, la ampliación del Consejo de Seguridad en sus dos categorías, miembros permanentes y no permanentes; eliminar el derecho de veto; reformar profundamente los métodos de trabajo que contemplaría también aprobar definitivamente las Reglas de Procedimiento del Consejo para que dejen de ser provisionales; y respetar los mandatos respectivos de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad conforme a lo dispuesto en la Carta de la ONU.
Señor Presidente:
Cuba está preparada para emprender las negociaciones que este proceso requiere sin más dilaciones, y coincide con la mayoría de las delegaciones en que se deben tomar en cuenta todas las propuestas formuladas a lo largo de las deliberaciones del grupo intergubernamental. Este proceso debe ser inclusivo y transparente.
Si bien las posiciones de Cuba son bien conocidas, me permito reiterarlas para beneficio del nuevo ciclo de discusión.
Favorecemos un incremento amplio de la membresía del Consejo de Seguridad alrededor de los 25 ó 26 Estados. La ampliación debe tener lugar en ambas categorías de miembros y el incremento básico debe recaer en los países en desarrollo.
El objetivo fundamental debe ser superar la injustificable falta de representación de los países en desarrollo en el Consejo de Seguridad.
Los nuevos miembros de un Consejo ampliado, tanto permanentes como no permanentes, deberán contar exactamente con los mismos deberes y prerrogativas que los actuales miembros de ese órgano, incluido el veto si el mismo no pudiera ser eliminado. Cuba no se opondría a la posibilidad de reelección inmediata de los miembros no permanentes.
Cuba no favorece la creación de nuevas categorías de miembros porque ahondaría aún más las diferencias existentes y fomentaría la división al interior de ese órgano. En lo que se refiere al veto, son bien conocidos los criterios de Cuba respecto a ese antidemocrático y anacrónico privilegio y nuestra firme convicción de que debe ser eliminado.
La reforma del Consejo tendrá que incluir como prioridad la reforma de sus métodos de trabajo. Abogamos por un Consejo de Seguridad transparente, en el que las consultas a puertas cerradas sean la excepción y no la regla. Aspiramos a un Consejo que se ocupe de los temas que le corresponden y no invada los de otros órganos principales de la ONU. Queremos un Consejo que tenga realmente en cuenta las opiniones de los Estados miembros de la Organización antes de adoptar decisiones, y que garantice un nivel de acceso real a los Estados que no son miembros de ese órgano.
Señor Presidente:
Reitero que Cuba no aspira a lograr un acuerdo inmediato, comprendemos perfectamente las complejidades y sensibilidades de este proceso que necesitará tiempo, esfuerzo y, sobre todo, espíritu de flexibilidad en las negociaciones. No obstante, pretender que aceptemos como válidos la estructura y los procedimientos del Consejo de Seguridad, configurados en 1945 para un orden mundial que ya no existe, y ante desafíos y amenazas actuales inimaginables en los orígenes de la Organización, sería desconocer con tozudez la dramática evolución de las relaciones internacionales y, junto a ellas, de las Naciones Unidas, en los últimos 70 años.
La reforma del Consejo de Seguridad en el siglo XXI será el triunfo del multilateralismo, la paz y la madurez que concede la experiencia de siete décadas; y no la repartición de poderes a resultas de una confrontación bélica global.
Cuba está lista, señor Presidente, para superar con éxito ese reto.
Muchas gracias