Panel 1: La implementación del ODS relacionado con el agua: abordar desafíos y aprovechar oportunidades a través del fortalecimiento de la cooperación y las asociaciones.
Señores co-moderadores:
Agradecemos la celebración de este Diálogo sobre el Agua y trasladamos nuestro reconocimiento a la delegación de Tayikistán por su iniciativa de proclamar un nuevo Decenio Internacional para la Acción “Agua para el Desarrollo Sostenible” (2018-2028), a través de la resolución de la Asamblea General 71/222, que fuera copatrocinada por nuestro país.
Cuba reconoce el acceso al agua potable como un derecho humano fundamental. Constituye responsabilidad del gobierno cubano desarrollar e implementar programas efectivos y planes que garanticen ese derecho a todos los niveles.
Este derecho al acceso se complementa con la responsabilidad y deber de los ciudadanos de contribuir con la protección del agua, la atmósfera, la conservación del suelo, la flora, la fauna y todo el rico potencial de la naturaleza, tal cual lo establece nuestra Constitución.
En diciembre del año 2012, el Consejo de Ministros de la República de Cuba aprobó el Diagnóstico y la Política Nacional del Agua, que prioriza el control y planificación del consumo del agua, además de contribuir a la actualización del modelo económico cubano y a la previsión y enfrentamiento al cambio climático.
Las prioridades de trabajo de esta Política Nacional del Agua lo constituyen el uso racional y productivo del agua disponible, el uso eficiente de la infraestructura construida, la gestión de riesgos asociados a la calidad del agua y la gestión de riesgos asociados a eventos extremos del clima. Incluye el programa de trasvase y de perforación de pozos, fundamentalmente dirigidos a enfrentar la situación de sequía provocada por el cambio climático.
Esta política ha sido desarrollada por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba, entidad encargada de organizar y dirigir, en coordinación con los organismos competentes, la protección de las aguas terrestres, las cuencas, los cauces naturales, las obras e instalaciones hidráulicas contra los peligros de contaminación, azolvamiento y otras formas de degradación y deterioro, así como el control sistemático de la calidad de las aguas.
Para Cuba la gestión del agua constituye una prioridad, aunque somos un pequeño archipiélago y nuestra ubicación geográfica se enmarca en el mar Caribe, nuestro país enfrenta carencias y dificultades con la disponibilidad y calidad de agua producto del negativo efecto del cambio climático.
Al cierre de febrero de este año el 71 % del territorio nacional presentó sequía meteorológica, de lo cual el 33 % se cataloga como moderada o extrema. Se estima, asimismo, que 694 mil personas están afectadas de manera parcial y 58 mil 700 de forma total. Según especialistas del clima es una tendencia que no se revertirá en el corto plazo, de ahí la importancia de tomar medidas para el uso racional del agua.
La sequía que afecta actualmente al país no es un fenómeno nuevo, sino que tiene un carácter cíclico. Este fenómeno es una evidencia del impacto del cambio climático, que no solo repercute en procesos de sequía como el que enfrentamos, sino también con la elevación del nivel del mar y la intrusión salina. Este último proceso afecta sobre todo los depósitos de agua subterránea.
Para minimizar el impacto económico y social de este fenómeno climático, se están aplicando nuevas tecnologías como plantas desalinizadoras y la perforación de pozos. El 60 % del vital líquido se emplea en labores agrícolas, el 20 % es para el consumo de la población, el 5 % para el uso industrial y el resto en otras actividades económicas.
Las acciones relacionadas con la gestión de los recursos hidráulicos se analiza de una forma integrada en la cual convergen los trabajos de varios Ministerios e instituciones a nivel nacional de los sectores Científicos y de la Investigación, Salud Pública, Planificación Física, Construcciones, Agricultura, Economía y Finanzas, dado el impacto transversal que tiene en todos los sectores de la sociedad.
El país lleva a cabo uno sistemática campaña comunicacional en aras de generar y fomentar en la población una cultura del cuidado y uso adecuado del agua. Este tema es igualmente incluido en los programas de estudios, especialmente durante las primeras etapas de la enseñanza educativa.
Pese a las limitaciones que sufre nuestro país, especialmente por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos que nos impide, entre otras cuestiones, importar cilindros necesarios para envasar el cloro destinado a la potabilización del agua; Cuba continuará de manera sistemática con sus esfuerzos a todos los niveles para mantener y mejorar el bienestar y calidad de vida de los cubanos respecto al uso, consumo, tratamiento y disponibilidad de este recurso vital para todo ser humano.
Panel 2: Función del sistema de las Naciones Unidas: mejorar la integración y la coordinación para apoyar a los Estados Miembros y a otras partes interesadas pertinentes en la aplicación y el seguimiento del ODS relacionado con el agua.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en el marco de las Naciones Unidas, constituye la guía con los compromisos que a nivel nacional e internacional deben ser implementados para lograr la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus metas son de carácter integrado e indivisible, de alcance mundial y de aplicación universal, reiteramos que en su implementación se deben tener en cuenta las diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada país y respetar sus políticas y prioridades nacionales.
En ese sentido, reiteramos que los esfuerzos nacionales en la implementación de esta ambiciosa agenda, particularmente del ODS número 6 titulado: “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”, serán insuficientes e inefectivos si los países desarrollados no cumplen con sus compromisos a nivel internacional en materia de:
- Desarrollo de tecnologías ecológicamente racionales y su transferencia, divulgación y difusión a los países en desarrollo en condiciones favorables, incluso en condiciones concesionarias y preferenciales.
- Movilización de recursos financieros adicionales de múltiples fuentes para los países en desarrollo.
- Cumplimiento de sus compromisos en relación con la asistencia oficial para el desarrollo, incluido el compromiso de alcanzar el objetivo de destinar el 0,7% del ingreso nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países en desarrollo y entre el 0,15% y el 0,20% del ingreso nacional bruto a la asistencia oficial para el desarrollo de los países menos adelantados.
- La movilización de 100 mil millones de dólares anuales para los países en desarrollo, a partir de 2020 y la puesta en pleno funcionamiento del Fondo Verde para el Clima.
- Aumentar el apoyo internacional para realizar actividades de creación de capacidades eficaces y específicas en los países en desarrollo a fin de respaldar los planes nacionales de implementación de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Se debe enfatizar en la necesidad de la cooperación internacional que permita el desarrollo de infraestructuras, las capacidades humanas en el área de la gestión de los recursos hídricos, su adaptación al cambio climático y la disminución de riesgos y vulnerabilidades a nivel local.
Aprovechamos para reiterar el papel de la Asamblea General de las Naciones Unidas como el principal foro multilateral para debatir y alcanzar acuerdos mediante consensos sobre el tema del agua y el saneamiento, en atención a su representatividad y carácter universal.