Señor Presidente:
Cuba apoya una verdadera y profunda reforma del Consejo de Seguridad, que lo transforme en un órgano eficaz, transparente, representativo, democrático y ajustado a la evolución de las Naciones Unidas y de las relaciones internacionales.
Saludamos la aprobación por el Consejo de Seguridad de su Nota Presidencial S/2017/507, en la que se consolidan todas las notas presidenciales sobre los métodos de trabajo del Consejo.
No obstante, se requieren sin dilación esfuerzos adicionales para avanzar hacia la democratización del Consejo de Seguridad, tanto en su composición como en sus métodos de trabajo, con vista a no poner en riesgo la credibilidad de las Naciones Unidas y su legitimidad a largo plazo.
Si bien reconocemos el aumento en los últimos años del número de debates abiertos, reuniones informativas, sesiones mensuales de recapitulación y el proceso inédito de consultas e intercambios con los Estados miembros para la selección y nombramiento del Secretario General; continúa la tendencia del Consejo a trabajar, fundamentalmente, en formatos cerrados y a tomar decisiones sin atender las preocupaciones de los miembros no permanentes y del resto de los miembros de las Naciones Unidas.
Se requieren fórmulas efectivas para desterrar las prácticas excluyentes y garantizar una verdadera participación y democratización en las labores y la toma de decisiones del Consejo.
Recordamos que, conforme al Artículo 24 de la Carta de la ONU, sus miembros reconocen que el Consejo de Seguridad, al desempeñar sus funciones, actúa a nombre de ellos y que, por consiguiente, la labor del Consejo es una responsabilidad colectiva de todos los Estados miembros.
Señor Presidente:
Cuba reitera la necesidad de que el Consejo adopte un texto definitivo que regule sus trabajos y ponga fin así a la condición de "provisionalidad" que por más de 70 años han tenido sus reglas de procedimientos. Esto es indispensable en función de la transparencia y la necesaria rendición de cuentas.
Lamentamos que el Consejo siga presentando a la Asamblea General informes anuales que constituyen una mera reseña descriptiva de las reuniones, actividades y decisiones del órgano, en vez de reflejar un contenido explicativo, exhaustivo y analítico de los trabajos del mismo, que permita evaluar las causas e implicaciones de sus decisiones.
Es lamentable que el Consejo de Seguridad continúe sin presentar informes especiales sobre las medidas para mantener la paz y la seguridad internacionales para la consideración de la Asamblea General, como lo solicita la Carta, en sus Artículos 15 y 24.
En relación con la cuestión del veto, estrechamente vinculada a los métodos de trabajo del Consejo, reiteramos que resulta un privilegio anacrónico y antidemocrático, que debe ser eliminado cuanto antes.
Señor Presidente:
Además de un cambio en los métodos de trabajo, el Consejo de Seguridad debe ajustar sus funciones al mandato que le fuera conferido en la Carta de las Naciones Unidas.
Al respecto, Cuba expresa gran preocupación por la tendencia del Consejo de Seguridad a considerar temas que no plantean una amenaza inmediata para la paz y la seguridad internacionales y a asumir funciones fuera de su competencia, usurpando cada vez más el papel asignado por la Carta a otros órganos de las Naciones Unidas, particularmente a la Asamblea General.
La manipulación selectiva en sus prácticas de funcionamiento, los intentos de introducir temas que no forman parte de la agenda del Consejo y la politización de determinadas cuestiones en función de particulares intereses de dominación y hegemonía deben cesar y ser rechazados enérgicamente.
No podrá existir una verdadera reforma de las Naciones Unidas, hasta tanto no se reforme el Consejo de Seguridad. Solo así preservaremos el multilateralismo y podremos contar con un Consejo de Seguridad reformado, democrático, transparente, eficiente y que represente los intereses de todos los Estados miembros de la Organización.
Muchas gracias