Señora Presidenta:
Cercanos a la celebración de los 20 años de la adopción de la resolución 53/243, Cuba reitera la vigencia de la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, así como su compromiso con esta agenda y el multilateralismo.
Los esfuerzos de la comunidad internacional por la paz deben centrarse, en primer lugar, en el pleno respeto de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
Se debe poner fin de inmediato a las causas raigales de los conflictos, entre las que destacan la pobreza extrema, el hambre, la desigualdad, la exclusión, la falta de acceso y de calidad en los servicios de salud y educación. Se debe impulsar la comprensión, la tolerancia y la solidaridad, el respeto a la cultura, a la historia y a las diversas religiones y la idiosincrasia de cada nación.
Señora Presidenta:
A pesar del sostenido reclamo internacional para que se logre y fortalezca una cultura de paz, subsisten fenómenos que obstaculizan y socavan las posiblidades reales de alcanzar tan noble objetivo.
Entre esos fenómenos se destacan: la promoción de agendas encubiertas de cambio de régimen en países en desarrollo; la violación de los principios del Derecho Internacional por parte de algunos Estados; la amenaza y uso de la fuerza contrario a la Carta de Naciones Unidas; el desarrollo de nuevos, más letales y mucho más sofisticados armamentos, incluida la persistencia de grandes arsenales nucleares; las medidas coercitivas unilaterales; la intolerancia y la discriminación por motivos étnicos, religiosos o raciales.
Una cultura de paz requiere también condenar sin vacilaciones todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo; y adoptar acciones concretas para combatir este flagelo, sin importar sus formas, manifestaciones y por quienquiera que los cometa, incluido el terrorismo de Estado.
El ejercicio manipulado y los dobles raseros en temas como los derechos humanos, con el objetivo de singularizar a países en desarrollo y desacreditar sus gobiernos legítimos, tampoco contribuye al ideal de una cultura de paz.
La declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en 2014, en La Habana en el marco de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), constituye una muestra del compromiso de nuestra región con el fortalecimiento de la paz y las soluciones negociadas a los conflictos y diferencias; así como un aporte a la cultura de paz a nivel global. Por ello, reafirmamos su plena vigencia y validez.
Señora Presidenta:
Aprovechamos esta oportunidad para expresar el respaldo de Cuba al proyecto de resolución presentado por la delegación de Venezuela a nombre del Movimiento de Países No Alineados sobre el Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz. Esta iniciativa muestra el firme compromiso de los miembros y observadores del Movimiento con la promoción de la paz, el entendimiento, así como el respeto mutuo entre las Naciones. Contamos con el apoyo de todos en la adopción de esta resolución contenida en el documento A/73/L.48.
Muchas gracias