74 AGNU: Discurso de la delegación de Cuba bajo el tema 137 del programa: "Mejoramiento de la situación financiera de las Naciones Unidas". Sesión principal de la Quinta Comisión. Nueva York. 18 de octubre de 2019.

Sr. Presidente:

Damos la bienvenida a la Quinta Comisión al Presidente de la Asamblea General, S.E. Embajador Tijjani Muhammad-Bande.

Agradecemos a la Secretaria General Adjunta de Gestión, la presentación realizada sobre la situación financiera de la Organización; así como al Departamento de Contribuciones por el continuo apoyo que brindan a los Estados Miembros.

Mi delegación suscribe la declaración realizada por Palestina a nombre del Grupo de los 77 más China.

Sr. Presidente:

Las Naciones Unidas sigue enfrentando una difícil situación de limitada liquidez financiera. Conocemos que no es la primera vez que esto ocurre en los 74 años de existencia de la Organización, sin embargo, la agudización de esta tendencia no se puede ignorar.

Nuevamente el Secretario General debe solicitar a los Estados miembros que paguen sus adeudos a la Organización, cuando ello es un deber. A pesar de las medidas adoptadas por esta Comisión durante el pasado periodo de sesiones, todavía la diferencia entre la deuda a esta Organización y lo que han contribuido sus miembros es sencillamente abismal.

Reiteramos el llamado a todos los Estados Miembros a pagar sus cuotas a la Organización en tiempo, por completo y sin condiciones. Al propio tiempo, debemos tener en cuenta las situaciones especiales por las que pasan algunos países en desarrollo, que se ven impedidos de honrar sus compromisos financieros, más allá de su voluntad política.

Sr. Presidente:

A través de la información presentada por la Secretaría, se constata que no hemos progresado casi nada desde la última vez que abordamos este tema en mayo y junio de este año. Las operaciones de mantenimiento de la paz, gracias a la resolución 73/307, podrán sobrevivir a pesar de las retenciones de pagos que algunos Miembros realizan.

En el caso del presupuesto ordinario, lamentablemente comienza a repetirse el escenario del 2018, donde se agotan las reservas existentes y la Secretaría se ve en la penosa situación de tomar fondos prestados de las operaciones de mantenimiento de la paz terminadas, una práctica que no debiera ocurrir.

Es preocupante que el déficit monetario de la Organización sea superior en 230 millones de dólares que el que se experimentó en el mismo mes del 2018. Sin embargo, diferimos en la apreciación de que esta situación se origine en la llamada “rigidez estructural en la implementación del presupuesto”. La causa se encuentra en los pagos demorados de las contribuciones de los Estados miembros, que como ha señalado el Secretario General al final del tercer trimestre han caído a un mero 70 por ciento (de la evaluación del año en curso) en comparación con el 78 por ciento del año pasado.

Actualmente las cuotas pendientes al presupuesto ordinario representan el 31 por ciento del monto aprobado para el 2019, mientras que las cuotas pendientes de años previos representan un 25 por ciento del total de estas deudas a la Organización.

En el marco de esta situación, reconocemos los esfuerzos que el Secretario General y toda la Secretaría hacen para ahorrar en todas las áreas posibles. Expresamos, sin embargo, nuestra preocupación por el impacto negativo que esto tiene sobre la vida de los trabajadores de la Organización y sobre el desarrollo adecuado de los procesos intergubernamentales a los que se debe las Naciones Unidas.

Sr. Presidente:

Sabemos perfectamente quién es el principal responsable de la situación financiera tan crítica que vive hoy la Organización. El gobierno de Estados Unidos insiste en recordarnos su condición de principal contribuyente, cuando debe al presupuesto ordinario casi 800 millones de dólares, un 72 por ciento de los adeudos totales de los Estados Miembros, y de los cuales más de 381 millones corresponden a deudas atrasadas. Esto reiteramos es solo en el presupuesto ordinario, pues en las operaciones de mantenimiento de la paz su deuda asciende a un poco más de 2 122 millones de dólares, por encima del 50 por ciento de los adeudos totales de los Estados Miembros en esta categoría presupuestaria.

La ausencia de estas sumas tiene consecuencias muy reales, desde limitar la capacidad de nuestra Organización para enfrentar eventos de gran trascendencia como el Segmento de Alto Nivel de la Asamblea General, hasta proteger la vida de aquellos que prestan servicio en zonas de conflicto.

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos permanece inmutable ante esto, mientras mantiene a la Organización bajo un chantaje financiero. Optan por entregar cifras millonarias a aquellos programas y actividades de carácter extrapresupuestario con el objetivo de controlar unilateralmente el destino de esos fondos, en vez de hacerlo a través del órgano de democracia universal que es la Asamblea General.

Adicionalmente resultan vergonzosos los lamentos del gobierno estadounidense por los montos que deben pagar a la Organización, cuando todos conocemos que pagan mucho menos de lo que debieran acorde a su capacidad de pago. Por demás, sus empresas obtienen jugosas ganancias por los negocios que hacen con la Organización y por acoger en su territorio a la misma; ganancias valoradas al cierre de 2018 en unos 1 640 millones de dólares anuales.

Sr. Presidente:

Cuba agradece el reconocimiento del que hemos sido objeto por haber cumplido con nuestras obligaciones financieras con la Organización. Para cumplir con este deber, sin embargo, Cuba enfrenta los obstáculos y sacrificios que le impone el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos. Esta política obsoleta, aplicada por 57 años contra el pueblo cubano, y que hoy se recrudece, afecta, dificulta y en ocasiones llega a obstaculizar el pago de nuestras cuotas a la Organización y a otros organismos internacionales.

En tiempos en que el cerco del gobierno de los Estados Unidos parece afianzarse, nuestro pueblo y gobierno han optado por no cerrarse al mundo, sino que apostamos al multilateralismo y para ello hacemos todo lo posible por aportar nuestro grano de arena a las Naciones Unidas. Los Estados Miembros debemos aspirar a ser dignos de nuestra casa común, al menos intentando financiarla y no haciendo de ella un rehén.

Muchas gracias.