74 AGNU: Intervención de Cuba en videoconferencia abierta del Consejo De Seguridad sobre la situación en el Medio Oriente, incluida la Cuestión Palestina. Nueva York, 21 de julio de 2020.

Señor Presidente:

Respaldamos la intervención realizada por Azerbaiyán en nombre del Movimiento de Países No Alineados.

Los efectos de la COVID-19 exigen de nosotros una respuesta dinámica, concertada, eficaz, basada en la complementariedad, la cooperación y la solidaridad. Esta pandemia es un desafío que se plantea a todos, generando una crisis de múltiples y demoledores efectos no solo para la salud, sino para la economía, el comercio y nuestras sociedades en general. La COVID-19 no respeta fronteras ni ideologías. Las diferencias políticas han de ser apartadas en este momento dramático de la humanidad, como única alternativa para la búsqueda de soluciones mancomunadas.

Reiteramos nuestra profunda preocupación por su impacto en los países del Medio Oriente, y llamamos a evitar cualquier acción que pueda conducir a un mayor deterioro de la estabilidad y la seguridad en esa región.

Mientras los gobiernos del mundo trabajan incansablemente para enfrentar la pandemia, Israel continúa la ocupación del territorio palestino, su políticas de anexión, el aumento de las prácticas y medidas ilegales y colonizadoras, incluida la construcción y expansión de asentamientos en el territorio palestino ocupado, las demoliciones punitivas, las incautaciones de recursos a instituciones palestinas, el desplazamiento forzoso de cientos de civiles y el bloqueo de la Franja de Gaza, que agravan la situación de emergencia del sistema de salud público y la situación socioeconómica y humanitaria de Palestina, particularmente en Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza, dificultando la posibilidad de contrarrestar la propagación de la COVID-19.

Lamentamos la precaria situación en la que se encuentra el Organismo de Obras Públicas y Socorro para los Refugiados Palestinos en el Medio Oriente, como consecuencia de la retirada del apoyo financiero de Estados Unidos.

Señor Presidente:

Rechazamos los planes de anexión de la Cisjordania ocupada, lo que constituye una amenaza para el futuro del Estado palestino tras largos años de negociación, en franca violación del Derecho Internacional y los derechos humanos. 

Resulta preocupante que en el último período no se hayan adoptado medidas para poner fin a la agresión militar y ocupación israelí del territorio palestino, incluida Jerusalén Oriental, conforme a la resolución 2334 (2016), adoptada por este Consejo, que permanece en silencio mientras Israel, impunemente, consolida su política de expansión de los asentamientos ilegales en territorio palestino ocupado y amenaza con anexar los territorios palestinos del Valle del Jordán y otras partes de Cisjordania y de Jerusalén Oriental.

A la luz de los acontecimientos actuales, llamamos una vez más al Consejo de Seguridad a que cumpla la responsabilidad que le otorga la Carta de la ONU en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. El Consejo debe exigir a Israel el fin inmediato y completo de todas sus políticas y prácticas colonizadoras, y la abstención de cualquier acción unilateral contraria a las resoluciones sobre la situación en el Medio Oriente, incluida la cuestión Palestina, aprobadas por ese órgano, particularmente la resolución 2334 (2016). Debe cesar el uso sistemático del veto estadounidense para garantizar impunidad a los actos de Israel.

Señor Presidente:

Las acciones agresivas, unilaterales e injustificadas de Estados Unidos en el Medio Oriente vulneran severamente los intereses legítimos de las naciones árabes e islámicas y conllevan a una peligrosa escalada en la región. 

Reiteramos nuestro rechazo al llamado “Acuerdo del siglo”, elaborado por el actual gobierno estadounidense, en el que se desconoce la solución de dos Estados, que ha contado con el respaldo histórico de las Naciones Unidas, el Movimiento de Países No Alineados, la Liga de Estados Árabes, la Organización para la Cooperación Islámica y otros actores internacionales.

La acción unilateral del gobierno de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, de establecer su representación diplomática en esa ciudad, irrespetando su estatuto histórico, así como la decisión de reconocer la soberanía de Israel sobre el Golán Sirio, constituyen violaciones flagrantes de la Carta de las Naciones Unidas, del Derecho Internacional y de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.

Reclamamos, una vez más, la retirada total e incondicional de Israel del Golán sirio y de todos los territorios árabes ocupados.

Ratificamos nuestro apoyo irrestricto a una solución amplia, justa y duradera para el conflicto israelo-palestino, que permita al pueblo palestino ejercer el derecho a la libre determinación y disponer de un Estado independiente y soberano en las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital, y que garantice el derecho al retorno de los refugiados.

Expresamos nuestra invariable solidaridad con el gobierno y el pueblo palestino y el respaldo al ingreso del Estado de Palestina como miembro pleno de las Naciones Unidas.

Señor Presidente:

Ratificamos nuestro pleno apoyo al Plan de Acción Integral Conjunto con Irán y nuestro rechazo a la retirada de Estados Unidos del Acuerdo, a sus intentos de desconocer la validez de la resolución 2231 (2015) que endosó el Plan, a la reimposición de sanciones unilaterales y a la amenaza militar contra la República Islámica de Irán.

Reiteramos nuestra más enérgica condena a las sanciones de Estados Unidos contra Siria y a la implementación de la “Ley Cesar”, que afectan la reconstrucción de ese país, después de nueve años de guerra y en el contexto de la COVID-19, en grave y flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y los derechos humanos del pueblo sirio.

Resulta inadmisible que algunos países sufran la aplicación de arbitrarias medidas coercitivas unilaterales, violatorias del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Demandamos el fin inmediato y sin condicionamientos políticos de las ilegales medidas unilaterales impuestas contra Estados soberanos que, además de sus efectos permanentes para los países afectados, dificultan el enfrentamiento a la pandemia.

Señor Presidente:

En este complejo escenario, Estados Unidos despliega una política exterior dirigida a atizar y promover conflictos, divisiones, chovinismo y posiciones supremacistas y racistas; ataca el multilateralismo y descalifica injustamente el papel de las organizaciones internacionales, en particular a la Organización Mundial de la Salud.

Su conducta amenaza la paz y la seguridad internacionales y las agresiones constantes contra determinados países la agravan. Secundamos el llamado urgente del Secretario General de las Naciones Unidas “a poner fin al mal de la guerra y luchar contra la enfermedad que está devastando nuestro mundo: la pandemia del coronavirus”. Todas las guerras, incluidas las no convencionales y las llamadas de baja intensidad, deben cesar.

Ante tamaños desafíos, la defensa del derecho a la paz continúa siendo prioridad fundamental.  Es deber de todos los Estados y, en particular de los miembros del Consejo de Seguridad, la defensa del multilateralismo y de los propósitos y principios de la Carta, incluidos el respeto a la igualdad soberana de los Estados y a su independencia política, unidad e integridad territorial; la solución pacífica de las controversias, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados y abstenerse del uso o la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales.

Muchas gracias.