Señor Presidente:
Mi delegación suscribe la intervención realizada por Indonesia en nombre del Movimiento de Países No Alineados.
Compartimos el objetivo del desarme general y completo, en particular el desarme nuclear, como la máxima prioridad en esta esfera. Debemos continuar llamando a la implementación de otras medidas de desarme y de seguridad internacionales.
Es hora de exigir a los mayores países productores de armas que antepongan la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos a los mezquinos intereses de los complejos militares industriales y la maquinaria de la guerra. Los gastos militares mundiales que alcanzan la cifra récord de 1,82 billones de dólares deben reducirse y reorientarse, junto con los progresos científicos y tecnológicos empleados en las armas, a actividades generadoras de desarrollo económico y social.
Reiteramos el llamado a establecer un fondo internacional de Naciones Unidas, al que se destinen la mitad de los actuales gastos militares anuales, para apoyar la implementación de la Agenda 2030.
Avancemos en iniciativas legalmente vinculantes, multilateralmente acordadas, para prohibir la militarización del espacio ultraterrestre, del ciberespacio y las armas letales autónomas; así como regular los drones militares de ataque. Ello desaceleraría la carrera armamentista.
Señor Presidente:
Cuba reitera que es un imperativo que los foros y las negociaciones internacionales sobre desarme y limitación de armamentos, tengan plenamente en cuenta las normas ambientales pertinentes y que, en la aplicación de los acuerdos alcanzados, se respete la normativa internacional sobre cambio climático.
Lamentamos que Estados Unidos, uno de los principales países contaminantes y de los mayores productores de armas, no solo no tenga en cuenta la observancia de las normas medioambientales, sino que se retire del Acuerdo de París y amenace el frágil equilibrio de las negociaciones climáticas.
Señor Presidente:
Cuba reitera la vigencia del multilateralismo como principio básico de las negociaciones en materia de desarme.
Es por ello que respaldamos el establecimiento del Primer Grupo de Trabajo de Composición Abierta de la Asamblea General sobre los avances en la esfera de la información y las telecomunicaciones en el contexto de la seguridad internacional.
Naciones Unidas debe asumir un papel central y establecerse como foro permanente para el diálogo, la consulta y la cooperación entre los Estados Miembros, frente a la proliferación de los usos ilícitos de las tecnologías de la información y las comunicaciones y la creciente militarización del ciberespacio a través del desarrollo de capacidades y operaciones ciberofensivas.
Resulta muy grave que, en la Estrategia Cibernética del Departamento de Defensa de Estados Unidos, en 2018, se autorizara el uso de armas cibernéticas ofensivas y operaciones ciberofensivas, incluso la posibilidad de realizar ataques cibernéticos preventivos para disuadir a sus adversarios.
Rechazamos estas doctrinas agresivas, guerrerista y amenazantes, que consideran el uso de la fuerza como una respuesta legítima a un ataque cibernético. Es inaceptable que un Estado, sin evidencia alguna, determine una fuente potencial de amenazas derivadas del uso de las TIC y emprenda un ataque punitivo.
Expresamos preocupación y condenamos el empleo encubierto e ilegal por individuos, organizaciones y Estados de los sistemas informáticos de otras naciones para agredir a terceros países.
Reiteramos que el uso hostil de las telecomunicaciones, con el propósito declarado o encubierto de subvertir el ordenamiento jurídico y político de los Estados, como el establecimiento de la Fuerza de Tarea de Internet para Cuba, es una violación de las normas internacionalmente acordadas en esta materia.
Rechazamos la agresión del espacio radioeléctrico cubano desde el exterior, mediante transmisiones radiales y televisivas ilegales. Durante el 2019, se transmitieron de manera ilegal contra Cuba 1865 horas semanales, a través de 21 frecuencias, desde el territorio de los Estados Unidos, en contravención de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y las disposiciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
Exhortamos, una vez más, a que se ponga fin de inmediato a estas políticas agresivas y lesivas a su soberanía, que resultan, además, incompatibles con la paz, la seguridad, el desarrollo y con la cooperación entre los Estados.
Exigimos que se levanten de inmediato, las medidas coercitivas unilaterales que limitan el acceso, uso y disfrute de las tecnologías de la información y las comunicaciones; así como de los materiales y equipos que requieren los países para su desarrollo, como lo constituye el bloqueo económico, comercial y financiero y la Ley Helms Burton impuesto por EE.UU. contra Cuba.
Muchas gracias