Señor Presidente:
Suscribimos la intervención realizada por la delegación de Azerbaiyán a nombre del Movimiento de Países No Alineados.
Agradecemos a la República Popular China la celebración de este debate abierto, más que oportuno en un contexto internacional que impone el fortalecimiento del multilateralismo, el respeto irrestricto de los propósitos y principios de la Carta de la ONU, del Derecho Internacional, así como la cooperación y solidaridad para enfrentar de forma mancomunada los múltiples desafíos de nuestro tiempo.
A un mundo ya desigual y lastrado por décadas de aplicación de un neoliberalismo salvaje, por irracionales e insostenibles patrones de producción y consumo que impactan con mayor fuerza sobre los países del Sur y por el insoportable peso de una deuda externa, pagada ya varias veces, se ha sumado la devastadora pandemia de COVID-19, que ha desencadenado una grave crisis de múltiples dimensiones.
Es urgente emprender transformaciones profundas e instaurar un orden internacional justo, democrático y equitativo, que permita eliminar las causas de las desigualdades y avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que hoy parecen una quimera.
Señor Presidente:
Preservar a las futuras generaciones del flagelo de la guerra continúa siendo el objetivo primordial de esta Organización. Se debe promover un ambiente y cultura de paz que garantice la seguridad y el bienestar de nuestras naciones, amenazadas hoy por actos de agresión, guerras no convencionales para derrocar gobiernos legítimamente constituidos, y la manipulación y politización de los derechos humanos, mientras se socava su derecho a la libre determinación. Los millonarios recursos destinados a la carrera armamentista, deben destinarse al desarrollo.
Solo a través del multilateralismo podremos alcanzar esos propósitos. Su defensa también implica poner fin de inmediato y sin condicionamientos a las medidas coercitivas unilaterales impuestas a Estados soberanos, que violan los derechos humanos de sus pueblos, el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, y cuya aplicación genera dificultades adicionales en el actual contexto de enfrentamiento a la pandemia.
De manera oportunista, el Gobierno de los Estados Unidos recrudeció de forma brutal el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, al tiempo que financió y apoyó peligrosos actos de violencia y desacato a la ley para promover inestabilidad social y política en nuestro país. El énfasis en obstaculizar las principales fuentes de ingresos, paralizar los suministros de combustibles y entorpecer nuestras relaciones comerciales, alcanzó una dimensión notoria con la arbitraria e injustificada inclusión de Cuba en la espuria lista del Departamento de Estado sobre Estados patrocinadores del terrorismo.
Las campañas del gobierno estadounidense para desacreditar y boicotear la cooperación médica que Cuba ofrece, no lograron empañar nuestra vocación humanista, solidaria y de cooperación, que cuenta con reconocimiento internacional. En tiempos de pandemia, 57 brigadas médicas del Contingente Internacional Henry Reeve han contribuido a enfrentarla en 40 países y territorios.
Señor Presidente:
La observancia estricta de los propósitos y principios consignados en la Carta, y sobre los cuales se sustenta el accionar de la Organización de las Naciones Unidas, es un factor esencial para la preservación y fortalecimiento del sistema multilateral. El respeto a la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de los Estados; la no intervención en sus asuntos internos; abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza y la solución pacífica de controversias, deben continuar siendo el fundamento básico de la legalidad internacional y guiar, en todo momento, la actuación de los Estados y sus relaciones internacionales.
La legitimidad de un gobierno emana de la voluntad expresa y soberana de su pueblo, no del reconocimiento de potencias extranjeras. Debe respetarse el gobierno encabezado por el Presidente constitucional Nicolás Maduro Moros. Los que afirman respetar la voluntad del pueblo venezolano y promover una solución política entre venezolanos deberían reconocer que la República Bolivariana de Venezuela es un Estado soberano, cesar la intromisión y actuar con respeto a la Carta de Naciones Unidas y a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Señor Presidente:
El Consejo de Seguridad debe desempeñar las funciones que establece la Carta en cuanto a la preservación de la paz y la seguridad internacionales, pero debe hacerlo sin dobles raseros ni discriminación, agotando todas las opciones previstas en el Capítulo VI para el arreglo pacífico de controversias.
Reiteramos nuestro respaldo al llamado urgente del Secretario General de las Naciones Unidas para cesar las hostilidades y poner fin a las guerras, y en su lugar abrir oportunidades para la diplomacia y la cooperación, que nos permitan enfrentar juntos los urgentes desafíos que tiene ante sí la comunidad internacional.
Muchas gracias