75 AGNU: Intervención de la Embajadora Ana Silvia Rodríguez Abascal, Representante Permanente Alterna y Encargada de negocios a.i de Cuba ante las Naciones Unidas. Debate General. Primera Comisión. Nueva York. 12 de octubre de 2020.

Señor Presidente:

Respaldamos la declaración formulada por Indonesia en nombre del Movimiento de Países No Alineados.

Nos reunimos hoy, en un escenario internacional sin precedentes, donde la pandemia de la COVID-19 es un desafío que se plantea a todos, generando una crisis de múltiples y demoledores efectos no solo para la salud, sino para la economía, el comercio y nuestras sociedades en general, mientras se modernizan y amplían los arsenales nucleares, bajo el pretexto de conceptos o doctrinas militares de defensa y seguridad, que continúan amenazando a la humanidad.

A 75 años de los criminales bombardeos a Hiroshima y Nagasaki, existen aproximadamente 13 400 armas nucleares, de las cuales casi mil 800 están en alerta operacional y 3 mil 720 desplegadas, más de la mitad de estas pertenecientes a Estados Unidos.

La comunidad internacional no puede permanecer impasible ante la revisión de la postura nuclear de Estados Unidos, que reduce el umbral para el uso de este tipo de armas, incluso en respuesta a las llamadas “amenazas estratégicas no nucleares”.

Estados Unidos, único Estado que ha usado en dos ocasiones el arma nuclear, líder mundial en la realización de ensayos nucleares y país que más invierte en dichas armas, está iniciando una nueva carrera de armamentos, al tiempo que se retira e incumple los acuerdos internacionales sobre desarme y control de armamentos.

Rechazamos la decisión del gobierno estadounidense de retirarse del Acuerdo Nuclear con Irán y del Tratado sobre Misiles de Alcance Corto e Intermedio, acciones unilaterales de graves consecuencias para la estabilidad y la seguridad internacionales. Lo instamos a renovar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas con Rusia (START).

Señor Presidente:

La eliminación total de las armas nucleares es y debe continuar siendo la mayor prioridad en la esfera del desarme.  La energía nuclear debe usarse solo con fines pacíficos para el desarrollo socioeconómico de los Estados, sin discriminación. Seguiremos oponiéndonos a la imposición de medidas y sanciones coercitivas unilaterales, que limitan su uso con fines pacíficos. El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU a Cuba es un ejemplo de ello.

Reiteramos que la única manera efectiva de evitar el terrible impacto de esas armas, es su eliminación total, de forma verificable, transparente e irreversible y que, mientras tanto, los Estados poseedores deben ofrecer garantías universales, jurídicamente vinculantes, incondicionales y no discriminatorias de que no usarán ni amenazarán con usar armas nucleares contra aquellos Estados que no las poseen, bajo ninguna circunstancia.

En ese sentido, esperamos que el documento final de la Conferencia de Examen del TNP contenga compromisos prácticos, concretos y tangibles, con plazos de tiempo establecidos, en los que quede reflejado de manera clara la responsabilidad y el papel que corresponde a las potencias nucleares en el proceso hacia el desarme nuclear, a fin de responder el reclamo prolongado de los Estados no poseedores.

Su éxito dependerá en buena medida de que se respete plenamente su mandato y se aborde, de manera balanceada y sin discriminación, el cumplimiento de todos los compromisos, de conformidad con los tres pilares del TNP: el desarme, la no proliferación y el uso pacífico de la energía nuclear.

Reiteramos el llamado a ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares. Cuba se enorgullece de ser el quinto Estado en haber ratificado este instrumento, de integrar la primera Zona Libre de Armas Nucleares en un área densamente poblada del planeta, de pertenecer a la primera región del mundo en proclamarse como Zona de Paz y de ser miembro activo del Movimiento de Países No Alineados, promotor de la conmemoración del “Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares”.

Apoyamos decididamente el establecimiento de Zonas Libres de Armas Nucleares en diferentes países o regiones del mundo. En este sentido, reiteramos la importancia de la aplicación de la resolución sobre el Oriente Medio, aprobada en la Conferencia de Examen y Revisión del Tratado en 1995, con el fin de promover y garantizar la paz y la estabilidad a nivel regional e internacional. Apoyamos, además, la decisión 73/546 de la Asamblea General y la Conferencia sobre el establecimiento de una zona libre de armas nucleares y otras armas de destrucción en masa en el Medio Oriente.

Señor Presidente:

Nuestro país apoya la prohibición y eliminación completa de las armas de destrucción en masa. Reafirmamos nuestro compromiso con la plena, efectiva y no discriminatoria implementación de las convenciones sobre las Armas Químicas y sobre las Armas Biológicas y Toxínicas. 

Mientras se intente modificar el mandato técnico de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, quedan tareas pendientes. La destrucción de los arsenales declarados de armas químicas no ha finalizado. Estados Unidos es el único Estado Parte poseedor que no ha cumplido su obligación legal.

Reiteramos nuestro rechazo a los enfoques selectivos, parcializados y políticamente motivados en la aplicación de la Convención y la creación de mecanismos y procedimientos al margen de su alcance.

Continuaremos apoyando un Protocolo jurídicamente vinculante que fortalezca la Convención sobre Armas Biológicas. La férrea oposición de Estados Unidos en el 2001, imposibilitó alcanzar dicho instrumento.

La aplicación plena, efectiva y no discriminatoria del Artículo X de la Convención sobre Armas Biológicas, referido a la cooperación internacional con fines pacíficos, y del Artículo XI de la Convención sobre Armas Químicas sobre desarrollo económico y tecnológico, siguen siendo tareas pendientes, urgentes y prioritarias.

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba por más de 60 años, es el principal obstáculo para la cooperación internacional y el desarrollo científico y tecnológico del país en dichas esferas.

Señor Presidente:

Reiteramos el compromiso con la implementación del Programa de Acción de las Naciones Unidas para prevenir, combatir y eliminar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos sus aspectos (PoA) y los Documentos Finales de sus Conferencias de Examen, en los que se reconoce el derecho de los Estados a adquirir y poseer armas para su legítima defensa y necesidades de seguridad. Urge poner fin a las trasferencias ilegales de estas armas e impedir los desvíos a actores no estatales no autorizados, principal fuente del tráfico ilícito.

Reiteramos que, para erradicar este flagelo, se deben atender y enfrentar las profundas causas socioeconómicas que lo generan y brindar cooperación internacional y asistencia a los Estados que lo soliciten, de acuerdo a sus necesidades.

Señor Presidente:

Continuaremos abogando por la adopción, lo antes posible, de un Protocolo que prohíba las armas letales autónomas, antes de que comiencen a producirse a gran escala. Deben establecerse, además, regulaciones para el uso de las armas con cierta autonomía, en particular de los drones militares de ataque, que están provocando un elevado número de víctimas civiles.

Reiteramos nuestro apoyo al trabajo del Grupo de Composición Abierta de la Asamblea General sobre las tecnologías de la información y las comunicaciones, proceso histórico donde los Estados Miembros han tenido la oportunidad de discutir sobre el tema de forma transparente e inclusiva. Respaldamos la continuidad de las labores en este formato hasta 2025.

Reiteramos nuestro rechazo al empleo encubierto e ilegal de las TIC´s, con el propósito de subvertir el ordenamiento jurídico y político de los Estados.

De igual forma, repudiamos la militarización del ciberespacio y del espacio ultraterrestre. Ambos espacios, requieren de la adopción de un instrumento jurídico vinculante que aborde los vacíos legales existentes.

Continuaremos exigiendo el respeto al Derecho Internacional, a la Carta de las Naciones Unidas y a la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz; así como el apego al multilateralismo en las negociaciones de desarme, incluida la preservación y fortalecimiento de su maquinaria.

Muchas gracias