Sr. Presidente:
Cuba se asocia a la intervención realizada por Marruecos, en nombre del Movimiento de Países No Alineados.
La Organización de las Naciones Unidas tiene la responsabilidad principal en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Está comprometida a hacerlo de conformidad con los propósitos y principios consagrados en su Carta, en particular, observando los principios de igualdad soberana, la independencia política, la integridad territorial de los Estados y la no intervención en sus asuntos internos.
Las OMP requieren, igualmente, del pleno respeto y la preservación de los principios de imparcialidad, consentimiento de las partes y no uso de la fuerza, excepto en casos de autodefensa. Cualquier conducta que se aleje a estos principios estará en contra del Derecho Internacional.
Sr. Presidente:
Es visible la tendencia a la ampliación y complejidad de los mandatos de las operaciones de mantenimiento de la paz en los últimos años. Las OMP han devenido en operaciones multidimensionales, que en ocasiones han conllevado a contradicciones con los principios fundamentales del mantenimiento de la paz.
Es por ello que reiteramos que los mandatos que se le otorguen a las Operaciones de Mantenimiento de Paz, no solo se correspondan con los principios de la Carta, sino que se ajusten a los fines para los cuales fueron creadas.
El establecimiento de nuevas y más complejas operaciones de mantenimiento de la paz no puede sustituir la atención y solución de las causas raigales de los conflictos.
Resulta preocupante el interés de utilizar estas operaciones en tareas de imposición de la paz, lucha contra el terrorismo, el extremismo y la delincuencia organizada internacional, lo que solo contribuirá a aumentar el riesgo de amenazas y ataques contra el personal de mantenimiento de la paz, incluidos el personal civil y las organizaciones asociadas.
Cuba reitera que estas operaciones no pueden ser un fin en sí mismas, sino una medida temporal para crear un marco de seguridad que permita aplicar una estrategia a largo plazo hacia el desarrollo económico y social sostenible. Solo así se podrá superar el círculo vicioso de nuevos conflictos y nuevas operaciones, y evitar los altos costos humanos y materiales que ello conlleva.
Señor Presidente:
La responsabilidad primaria de proteger a los civiles en las operaciones de mantenimiento de la paz descansa en los Estados. Es inaceptable la manipulación de cuestiones relacionadas con la protección de los civiles y los derechos humanos en general, con el propósito de lograr objetivos políticos e interferir en los asuntos internos de los Estados.
Es de suma importancia continuar intensificando la cooperación entre los países que aportan contingentes, el Consejo de Seguridad y la Secretaría. A los países contribuyentes de tropas, en la mayoría de los casos, no se les garantiza una participación realmente activa en todas las etapas del proceso de toma de decisiones de las operaciones de mantenimiento de la paz.
Si bien se reconoce que el uso de las nuevas tecnologías en las operaciones de mantenimiento de la paz puede mejorar el conocimiento del entorno y la seguridad del personal de paz, se han planteado legítimas preocupaciones con relación al uso de drones en las operaciones de la ONU.
Reiteramos que el uso de las nuevas tecnologías en las operaciones de mantenimiento de la paz puede complementar la labor de las tropas en el terreno, pero no sustituirla. Dicho uso debe hacerse a partir de un análisis caso a caso y debe mantenerse en el contexto de los principios de la Carta de la ONU y del Derecho Internacional, en particular el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los Estados miembros.
Por último, consideramos que eliminar el impacto de las amenazas sobre la seguridad del personal de las OMP y mejorar su eficacia, requiere que este tipo de operaciones tenga mandatos realistas y viables, objetivos concretos, claramente definidos y cuente con los recursos necesarios para su realización.
Muchas gracias.