Excelencias,
Ante todo, quisiera agradecer el liderazgo del Alto Representante para la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas y su Oficina, en el contexto de un preocupante repunte de la intolerancia, la discriminación y la xenofobia a nivel global. Igualmente, quisiera agradecer la información ofrecida sobre las actividades desarrolladas en el último año y las previstas para el 2022.
Compartimos, como pilares de nuestra política exterior, los principios de promoción de la paz, convivencia pacífica, tolerancia, respeto mutuo, cooperación internacional y solidaridad que deben continuar guiando la labor de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas.
Sólo a través de la cooperación internacional y el diálogo respetuoso sobre cuestiones en las que diferimos, podremos avanzar juntos en la solución de los problemas comunes que enfrentamos.
La promoción de una cultura de paz y tolerancia entre las distintas religiones y formas de civilización, es esencial. No puede haber desarrollo económico ni justicia social para todos sin paz y sin un entorno de respeto a nuestras legítimas diferencias.
No puede haber paz, ni consolidarse una cultura que la propicie, sin el cumplimiento estricto de los propósitos y principios de la Carta de la ONU y el Derecho Internacional, en particular la prohibición del uso y amenaza del uso de la fuerza, la no injerencia en los asuntos internos, el respeto a la soberanía y la autodeterminación.
Tampoco podrá avanzar la cultura de paz mientras no se privilegie el multilateralismo, y se continúen aplicando medidas coercitivas unilaterales, que son contrarias a la Carta de la ONU y el Derecho Internacional. La Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas tiene un importante rol que cumplir en este sentido.
Excelencias,
Compartimos la necesidad de continuar promoviendo la libertad religiosa y protegiendo los lugares de culto de las distintas congregaciones. Nuestra Constitución es clara. El Estado cubano reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa. Todas las instituciones religiosas tienen los mismos derechos y deberes, y las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración.
Del mismo modo, compartimos la necesidad de continuar combatiendo el antisemitismo, como expresión de intolerancia. Sin embargo, la Alianza también debiera ser una plataforma para promover una solución amplia, justa y duradera del conflicto israelo-palestino. El pueblo palestino debe ejercer su derecho a la libre determinación y a disponer de un Estado independiente y soberano con las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital. La ocupación israelí debe cesar.
Frente al repunte de la intolerancia, la discriminación y la xenofobia, resulta imprescindible apoyar las plataformas que promueven la paz, el diálogo y el respeto mutuo, como la Alianza de Civilizaciones.
Al concluir, quisiera reiterar el compromiso de Cuba con la paz, el diálogo y el multilateralismo, y nuestro apoyo a la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas.
Muchas gracias.