76 AGNU: Intervención de Pedro L. Pedroso Cuesta, Representante Permanente Cuba ante Naciones Unidas en la Reunión Informal de la AGNU para abordar el informe del Secretario General ‘‘Nuestra Agenda Común’’. Nueva York, 25 de octubre de 2021.

Señor Presidente:

El informe del Secretario General titulado ‘‘Nuestra Agenda Común’’ aborda temas de trascendencia y que conciernen a todos los Estados, por lo que agradecemos la convocatoria a esta reunión, que debe ser un primer paso de otros que debieran darse a fin de asegurar un espacio de discusión intergubernamental, abierto e inclusivo, sobre las distintas propuestas e iniciativas que el documento incluye. 

Compartimos los esfuerzos del Secretario General y sus reiterados llamados para fortalecer el multilateralismo y la solidaridad internacional. Al mismo tiempo, estamos convencidos de que un multilateralismo más fuerte y unas Naciones Unidas más efectivas sólo son posibles respetando plenamente la Carta de esta Organización.

Por tanto, cualquier proceso de seguimiento al informe, del cual tomamos nota, debe partir de una reafirmación inequívoca de los propósitos y principios de la Carta, y preservar el carácter intergubernamental de la ONU.

Compartimos la insatisfacción de que Naciones Unidas no ha logrado avanzar todo lo posible y deseable en la implementación de acuerdos internacionales en vigor. Sin embargo, ello no se debe a una estructura obsoleta de la Organización, sino a la ausencia de voluntad política real, en particular de los países de mayores recursos y desarrollo, para movilizar la cooperación internacional hacia objetivos comunes.

Señor Presidente,
El informe en cuestión incluye una amplia gama de iniciativas, de diferente naturaleza, implicación y alcance para la ONU, los mandatos y métodos de trabajo de sus órganos, el rol de los Estados Miembros y la Secretaría, y el involucramiento de otros actores. Cada una de estas propuestas merece ser considerada a profundidad por los Estados Miembros, a fin de poder determinar su viabilidad y conveniencia.

Resultaría contraproducente pretender avanzar aceleradamente en la implementación de estas propuestas sin haber alcanzado antes el consenso, o asumirlas como un paquete que pueda instrumentarse a la vez o mediante un único proceso.

Algunas iniciativas tendrían una repercusión para la propia Carta, buscan la creación de nuevos órganos, o proponen la adopción de nuevos instrumentos internacionales y la celebración de eventos de alto nivel sobre temas específicos.

En tal sentido, el seguimiento intergubernamental a estas propuestas debe ajustarse a los mandatos establecidos al interior de la Organización. De lo contrario, carecería de legitimidad.

Igualmente, no deben aprovecharse estos espacios para promover visiones o conceptos que carecen de acuerdo o definición intergubernamental, y que generan división entre los Estados. Es lamentable la inclusión en el informe de algunos de estos conceptos divisivos.

Por otro lado, apreciamos que un informe sustentado en la idea de construir un multilateralismo más inclusivo, debiera haber ponderado mejor las distintas realidades y condiciones de los países, y la situación de desventaja que sufren las naciones del Sur. Llama la atención que no se tome debidamente en cuenta las vulnerabilidades de los países en situaciones especiales, o de aquellos sometidos a medidas coercitivas unilaterales.

También pudiera haberse encontrado un mejor balance entre la muy importante dimensión social y de derechos humanos, que predomina en el informe, y la igualmente trascendental dimensión de desarrollo. Temas como la erradicación de la pobreza y el hambre, el subdesarrollo y la transferencia de recursos, conocimientos y tecnologías debieron abordarse con mayor profundidad.

Un documento programático como este, debiera haber abordado la urgencia de materializar el derecho al desarrollo, como requisito fundamental para una vida mejor para las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, no hay una sola mención a este derecho.

Señor presidente,

El informe del Secretario General es un documento útil, sobre el que los Estados Miembros tendremos que reflexionar. La eventual implementación de las propuestas contenidas en él, debe ser un proceso conducido por los Estados miembros, con resultados fruto de negociaciones intergubernamentales y adoptados por consenso. A tales efectos sería oportuno establecer un Grupo de Trabajo Intergubernamental de Composición Abierta. Debe tratarse de un proceso balanceado, que no pretenda hacerse avanzar de manera selectiva.

También es necesario que dicho proceso respete los acuerdos contenidos en instrumentos internacionales como la Declaración de Viena de 1993, la Agenda 2030, la Agenda de Addis Ababa y el Acuerdo de París, por sólo citar algunos, y contribuya a su implementación. Sería inaceptable pretender renegociar estos acuerdos usando el informe del Secretario General como excusa.

Por nuestra parte, reiteramos nuestro compromiso a involucrarnos constructivamente en las discusiones intergubernamentales sobre las propuestas de este informe, en defensa del multilateralismo, el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

Muchas gracias