Señor Presidente:
El pasado 26 de abril, la delegación cubana dejó registradas en esta Asamblea sus preocupaciones e interpretaciones respecto a la resolución A/RES/76/262, titulada “Mandato permanente para realizar un debate de la Asamblea General cuando se emita un veto en el Consejo de Seguridad”.
Hoy, ocasión en la que por primera vez se activa el nuevo mecanismo establecido en virtud de esa resolución, reiteramos que el Consejo de Seguridad no se puede limitar a presentar informes especiales únicamente en los casos en que se haya utilizado el veto. Ello sería un enfoque claramente restrictivo y selectivo de lo que establece la Carta al respecto en sus artículos 15.1 y 24.3.
Reafirmamos también que el veto no debe considerarse de manera separada al resto de las cuestiones que están bajo el mandato del grupo de negociaciones intergubernamentales sobre la reforma del Consejo de Seguridad, establecido en virtud de la decisión 62/557 de la Asamblea General.
De otra manera, no se podría alcanzar la reforma profunda e integral del Consejo de Seguridad que necesitamos con urgencia.
Señor Presidente:
En el contexto de las múltiples crisis que actualmente enfrenta la humanidad, cuyos efectos han sido exacerbados por la pandemia de la Covid-19, la aplicación de sanciones agrava la situación socioeconómica y humanitaria de los países que las sufren.
El paradigma basado en las sanciones y la política de Estados Unidos de máxima presión, son un obstáculo al proceso de diálogo en torno a la situación en la Península Coreana, e intensifican las tensiones y los problemas de seguridad en la región.
La imposición de nuevas sanciones contra la República Popular Democrática de Corea agudizaría aún más el negativo impacto humanitario que ya tienen estas medidas sobre la población del país que, en el contexto actual, obstaculizan el enfrentamiento efectivo a la pandemia y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Condenamos enérgicamente las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra la República Popular Democrática de Corea, que han agravado la situación económica y humanitaria de su pueblo.
Reafirmamos nuestra convicción de que, para vivir en paz, la humanidad precisa del respeto al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Necesitamos más diálogo y cooperación internacional, no más sanciones.
Llamamos a todos los Estados a abstenerse de realizar acciones que no contribuyen al objetivo de la desnuclearización y que, por el contrario, complican aún más la tensa situación en la región.
Reiteramos nuestro apoyo a la desnuclearización total de la Península de Corea, sin injerencia extranjera, con pleno respeto a la igualdad soberana y la integridad territorial de los Estados y con estricto apego al principio del no uso ni amenaza de uso de la fuerza. Ratificamos el compromiso de Cuba con la paz y el multilateralismo.
Solo a través del diálogo y las negociaciones se puede lograr una solución política duradera, que tome en cuenta las preocupaciones legítimas de todas las partes involucradas y como única vía que puede conducir a la paz y la estabilidad en la península de Corea.
Muchas gracias.